Qué barbaridad, ya 8 de agosto. Se me ha pasado semana y media de mis (supuestas) vacaciones en un pispás. Se suponía que mi último día era el viernes 28 de julio. En condiciones normales lo hubiese sido: total, en cuatro semanas hubiese estado de vuelta y no hay nada que no pueda esperar cuatro semanas. Pero siendo el último día de un ciclo… pues no es lo mismo, había que dejar temas completamente cerrados. De hecho, no me dió tiempo y el 31 lunes estuve trabajando como cualquier otro día. A partir del día 1 tuve que quedarme forzosamente en casa, porque la «guarde» sí tiene vacaciones y el pequeñajo también. A todo esto, mi mujer todavía está trabajando hasta el próximo fin de semana. Así que la semana pasada fué una mezcla de «amo de casa», «babysitter» y «teletrabajador» porque aún había cosas que terminar.
Esta semana (ayer) dí por finalizado el trabajo que tenía que hacer. Aun así, todavía tengo que pasarme una o dos tardes por la oficina a recoger mis cosas, asegurarme que todos los ficheros están en red, dejar todo preparado para un adecuado «traspaso de poderes» a quien quiera que vaya a heredar mis asuntos…
Y entre medias, cositas que hay que ir haciendo para WSL. Lo cual no está mal, es símbolo de que la cosa marcha, pero canibaliza las vacaciones. Porque para mí estar de vacaciones es estar completamente desconectado de cerebro. Y si tengo que dedicar aunque sea un par de horas a obligaciones varias… sí, es un ritmo de trabajo más que relajado, pero ya no son vacaciones puras.
Y, para colmo, este viernes nos vamos de vacaciones reales. Es decir, coger el monovolumen, cargarlo hasta arriba (trona para el bebé, minicuna para el bebé, cortavientos para la playa para el bebé, la olla exprés para el puré del bebé, la batidora para el puré del bebé, leche de continuación y cereales sin gluten para el bebé, los biberones del bebé, la cubeta de esterilización de los biberones del bebé… y eso sin contar con el maletón que suele preparar mi señora :P). Eso exige una logística que ya hay que poner en marcha (lavadoras, plancha, listados de cosas, etc.).
En fin, esperaba en estas dos semanas haber tenido un poco más de tiempo para mí: leer un libro, ver alguna peli con tranquilidad, echar una partidita a la play o simplemente vegetar. Me temo que no va a poder ser tanto como había pensado. Y es que las vacaciones de antaño (las de tres meses sin responsabilidades de ningún tipo) me temo que es difícil que vuelvan.
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