Ayer estuve en el Iniciador en el que fue ponente Antonio González-Barros. Que dijo un puñado de cosas interesantes. De entre ellas, una de las que más me gustó fue su referencia a la «buena gente«. Mencionaba que, de cara a incorporar emprendedores y proyectos a su Grupo Intercom, uno de los factores que más consideraba (por encima incluso de la idea de negocio, o de las habilidades del emprendedor) era una cierta comunión en valores humanos sin los cuales resultaría muy difícil la convivencia en la empresa.
Qué importante. Recuerdo que cuando me hablaban de estrategia, y de la definición de «misión, visión y valores», solía pensar que había mucho de palabrería en todo eso. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, creo que el hecho de que las personas dentro de una proyecto empresarial compartan de verdad esas cuestiones (otra cosa es que sea un ejercicio superficial, un juego de salón que no se corresponda a la realidad) le proporciona una enorme solidez que contribuye a su viabilidad, a su éxito y a su capacidad de superar adversidades.
Y sin embargo, parece que sea una cuestión que muchas veces se deja de lado. Nos centramos en cuestiones más operativas, analizamos y valoramos rasgos más superficiales, y pasamos de este elemento de cohesión. Creo que es un error que, antes o después, acaba por hacer fracasar las iniciativas. Si no hay unos cimientos sólidos, no importa lo bonita que sea la construcción: será débil y acabará cayendo. Por lo tanto, creo que merece la pena dedicar todo el tiempo del mundo a buscar gente con la que compartamos esos valores básicos.
El problema es que para calibrar los valores reales de otra persona hace falta tiempo. Porque la realidad de los valores no está en las declaraciones altisonantes, sino en los hechos. Y normalmente no en hechos puntuales, sino en los detalles cotidianos.
Encontrar a estas personas es un proceso de decantación lento, que parece incompatible con el ritmo acelerado de nuestra sociedad. Pero si al menos tenemos en mente su importancia, podremos trabajar para conseguirlo.
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Muy cierto. A veces son muy pequeños detalles pero para muchos destacan sobre todas las demás cosas. Es el elemento diferenciador en muchos casos, y aunque el trabajo siempre es algo serio y con abundantes cargas de responsabilidad, tensiones, etc., no se debe obviar lo que comentas.
Creo además que es algo recíproco: uno mismo debe estar ilusionado y creer en su proyecto, y a la vez debe ver los mismos rasgos en su entorno laboral. Entonces sí que la cosa funciona, unos alimentan la ilusión de los otros 🙂
Vamos, que si no me salí mucho del tema que propones, vengo a decir que estoy de acuerdo contigo 😀
De acuerdo al 100% con lo que comentas, aunque lo veo un poco más dificil de lo que lo planeas tu. Creo que los valores se transmiten, en muchas ocasiones (aunque no exclusivamene, por suerte) de arriba hacia abajo, consciente, o inconscientemente, por lo que son los valores de unos pocos(Dirección, Presidente, dueño de la empresa) los que finalmente «escurren» hacia abajo, impregnando la compañía. Cuando el Director General, o similar dice «les hemos cobrado de más… bueno, si no se dan cuenta…», «está embarazada… a ver si la convencemos para que se vaya…», «¿Dices que hace falta más gente?… pues que echen más horas…», está generando los valores de la compañía (lamentablemente negativos).
Si esto es habitual, es complicado que esa empresa llegue a tener más valores que esos, a pesar del esfuerzo de los empleados, porque se van a premiar conductas alineadas con esos valores, y a castigar, o denostar las que no lo estén.
en ese sentido, un solo hombre pued hacer un daño enorme, basta con que sea el Director General.
En fin, siento decirlo, hablo por experiencia.
Buena gente, a veces depende de como las gestionas, otras simplemente por razones que se escapan, que vienen de antes a conocerte no consiguen ser buena gente y una empresa difícilmente dedicará recursos a que lo sean ahora. Es dificil encontrarlas o verlas, recuerdo que Warren Buffett comentó lo mismo en una charla que se puede ver en youtube, está subtitulada en español y está por partes, vale la pena, a quien no le guste el tema invertir etc, recomiendo el primer y último vídeo que son reflexiones de la vida, entre ellas lo importante de la Buena Gente.
1 parte charla Warren Buffett: http://www.youtube.com/watch?v=aUQr2c53NhY
Esteban, yo creo que las responsabilidades y las tensiones se llevan mejor cuando sientes que vas hombro con hombro con el de al lado, que hay una serie de principios irrenunciables que compartís. Si no, estás más tiempo vigilando tu espalda que luchando por el negocio. Y así es imposible implicarse en nada.
Y sí, estoy de acuerdo en que es algo recíproco, un círculo virtuoso… pero alguien tiene que ponerlo en marcha.
En ese sentido, estoy con César en que son los jefes los que tienen que implantar y cultivar una determinada cultura. Es una labor que empieza desde el minuto uno, con la personalidad del fundador, con sus actos y con la gente a la que va incorporando a su proyecto, con qué cosas les tolera y cuáles no. Muchas veces es cuestión de «quitar manzanas podridas» de forma rápida y contundente. Lo que pasa es que normalmente se está a otras cosas, «bueno, mientras haya beneficios…» o «mientras yo no me entere…» o «es que tampoco puedo hacer nada…» o «no me gusta mucho este tipo, pero es que el negocio tiene que crecer, me taparé los ojos…»
Pero creo que también es posible ir creando «mini-culturas» (a nivel grupos de trabajo, por ejemplo), con valores propios. Obviamente, si chirrían con los de la empresa, la cosa estallará más pronto que tarde.
Joan, a lo que voy es que hay que ser muy escrupulosos a la hora de incorporar gente a un proyecto (dedicar tiempo a la selección), y no tener reparos a la hora de prescindir de quienes no encajen en lo que quieres. Hire slow, fire fast. Si dejas que florezcan en tu entorno comportamientos que no encajan en los valores, estás permitiendo que se vaya la cultura empresarial a tomar vientos. Y si creemos (yo sí) que la cultura es importante…
Pero esto no aplica sólo para «jefes que contratan/despiden empleados». También para «empleados que se suman/abandonan un proyecto», «empleados que renuncian a trabajar en una empresa cuyos valores no comparten», «socios que prefieren no aceptar a un inversor»… incluso «amigos con los que es mejor dejar de verse». Es decir, que para abordar cualquier tipo de proyecto personal o profesional es importante rodearse de gente con la que compartas esos mínimos, y evitar hacerlo con quienes no.
BTW, Joan, gracias por la referencia al video, muy interesante. Parece un tipo sensato, este Buffet 😀
Hola Raúl,
me alegro de haberte vuelto a ver allí. Y estoy muy muy de acuerdo contigo. De todo lo que dijo es de lo que más me gustó. Alguien puede ser listísimo, saber de todo… etc. Pero si le faltan ciertos valores lo puedes acabar pagando muy caro, ya sea un socio o un empleado o contactos de otro tipo.
Muchas cosas se construyen sobre la confianza y esa confianza la puedes tener por tu relación durante un tiempo, o indirectamente (menos costoso en tiempo, pero más peligroso) a través de recomendaciones que personas de confianza. O incluso de forma más indirecta, por las pruebas de los hechos (sin conocimiento en persona y recopilado más o menos rápido). Por ejemplo, ser abierto / transparente es una forma de ganar la confianza de otros… de acelerar alianzas que beneficien a todas las partes, unidos en un camino común.