Parece una obviedad, pero tiene su miga:
El caso es que la gente solo puede ser lo que puede ser
Ni más, ni menos. Cada uno tenemos nuestras cualidades, y cuánto más hagamos por sacarnos partido a dichas cualidades, y menos por intentar «ser otros», mejor.
Sí, no hay que «intentar ser otros» por la fuerza de la verdad, merece cada vez más la pena ser auténtico. También habrá alguno que saque beneficios con pequeños engaños (sobre lo que él es y puede hacer), pero en un mundo cada vez más informado, al final todo se sabe y se acaba pagando…
El dilema creo que es ¿cómo saber lo que yo puedo ser??? Si uno se queda en hacer lo que siempre hizo y ser lo que siempre fue no sabrá si PUEDE «ser» otra cosa. En algunos casos, podría ser aceptable, si es feliz siendo lo mismo que fue siempre. Pero en muchos otros creo que merece la pena intentar cosas, probarse continuamente a ver si puede hacer otra cosa y ver si te gusta más. Lo que pasará es que muchas veces esos intentos serán infructuosos… y alguno podrá decir:
«Â¡Ay!, has cometido el error de intentar ser lo que no eres y crees que puedes hacer algo para lo que no vales»
Yo no estaría de acuerdo con ese reproche… si no se intentasen cosas (cambiar, mejorar) el mundo no avanzaría. Creo que la clave está en LA VERDAD: intentar un cambio si es algo que quieres hacer o que quieres probar de verdad, porque te apetece o crees que hay que hacerlo. Nunca probar algo sólo por razones tontas como «que lo prueba todo el mundo» o «por envidia». Y también, por supuesto, aparte de ser auténtico, conviene ser listo. Porque todos cometemos errores pero si eres listo pues cometes menos, claro (o menos graves).
Bastante pasividad y poco espíritu emprendedor hay (en concreto en España, donde lo preferido por la mayoría de licenciados es ser funcionario!!) como para fomentarla más con frases como: sólo puedes ser lo que puedes ser.
Me quedo mejor con la frase tópica:
«Sé tú mismo»
O mejor aún, la antiquísima máxima griega
«cónocete a tí mismo»
tuneada con el añadido:
«y conociendo tus cualidades, intenta usarlas sabiamente para obtener el mayor rendimiento posible» (aunque algún intento salga mal, merece la pena)
Estoy básicamente de acuerdo contigo, pero haría un énfasis muy especial en el «conócete a ti mismo». Creo que, en muchos casos, la gente «intenta cosas» (o, por el contrario, se queda quieta) sin haber hecho primero un necesario ejercicio de introspección. Y entonces avanzan dando palos de ciego.
Está bien intentar cosas, arriesgarse. Pero siempre en la medida en que te acerquen un poco más a tu objetivo. Por que si no… mala cosa.
Sacando una «miga» a la frase me gustaría complementarla con la de Andrés Pérez de Marca Personal: «Haz lo que te gusta y ponle un precio» a la que apostillaría «… y que hagas bien»
Pues no estoy de acuerdo.
Creo firmemente que uno puede ser casi todo lo que se proponga. Y no lo creo porque lo haya visto en una película de Disney y me haya llegado el mensaje al corazón, precisamente.
Otra cosa es que cada uno tenga unas habilidades más desarrolladas que otras y que pueda ser conveniente potenciarlas pero ese ya es otro debate.
Saludos.
Pepito, una cosa es que uno pueda ser casi todo lo que se proponga, y otra es que cada uno sea lo que puede ser. Mira, por mucho que yo me lo proponga, no puedo ser piloto de F1. Por la contra, si me lo propongo un poco, puedo ser artista, y quizás ganar unas perrillas. También puedo aparecer, si me lo propongo, en programas de corazón y amarillos.
Pero por mucho que me lo proponga, no podré ser político, porque mi «coco» no funciona como debería funcionar el coco de un político. Siendo honesto, yo no puedo ser político. Puedo fingir serlo, esbozar sonrisas, decir lo que se espera que diga, ser correcto, incluso ser votado, pero no puedo ser un plítico por convicción, uno de esos buenos que suda genuinamente (hay de eso?).
Si fuese más joven, estuviese entrenado, tuviese los medios, estoy convencido que podría ser piloto de F1, porque es algo que noto dentro, que se que podría serlo. Luego, podría venir la decepción, pero eso ya es cosa aparte.
Ejemplo tonto es, pero es mi ejemplo, y desde luego, más que conformista, la frase que comparte Raúl con nosotros me parece de lo más optimista 😀
Esta vez NO estoy de acuerdo,
Lo que uno puede ser lo marcan mucho más las «circunstancias» que la «capacidades».
yo tengo muchas capacidades y puedo ser mil cosas que te sorprenderían, pero mis circunstancias son las que son.
¿..O estarías igualito sin mujer e hija..? posiblemente tu situación sería muy distinta, lo cual es lógico. (Esto es solo un ejemplo)
Como ya se dijo » Yo soy Yo y Mis circunstancias «.
saludos Cordiales.
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NOTA:
esta semana hay movida con lo de la sanidad, ayer cadena humana, hoy encierro en el hospital, uff, a ver si al final vamos a llegar a la «circunstancia» de tener que tomar medidas más «Fuertes» para que se escuche desde los que mandan en valladolid.
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Pepito, la verdad es que no estoy de acuerdo. Es decir, por un lado sí («si quieres, puedes»), pero por otro lado creo que el coste de ser «lo que no estás llamado a ser» es muy elevado, y no merece la pena. Creo que es mucho más sencillo y gratificante ser aquéllo que encaja mejor con sus propias características que no empeñarse en ser otra cosa.
JA, de acuerdo. Cuando hablo de «características» también podríamos meter las «exógenas»
Es que si uno se empeña en ser «otra cosa» Raúl, es, en teoría porque hay ilusión en conseguir algo. Por tanto, no sé qué es más gratificante.
Esteban, en realidad lo que estás intentado decir desde mi humilde punto de vista es que te costaría mucho menos esfuerzo ser artista y ganar unas perrillas o aparecer en programas del corazón que ser piloto de fórmula 1 o político. Pero sí podrías ser piloto o político (en España de hecho está chupao 😉 ).
Lo que yo quiero decir es que se trata de una cuestión de prioridades. Si tu prioridad número 1 e inamovible es ser piloto de fórmula 1, y no te importa hacer innumerables sacrificios durante mucho tiempo, serás piloto de fórmula 1 (a no ser que tengas 80 años entre otras muchas cosas, claro 😉 ).
Evidentemente los costes pueden ser enormes y decidir si vale la pena o no es caso de cada uno pero poderse, se puede.