Pues ya están aquí, «los cuarenta».
Nunca he dado mucha importancia a los cumpleaños, y en general soy poco amigo de «fechas señaladas». Creo que la vida se vive día a día, que todos pueden ser especiales, que en todos ellos demuestras las cosas que te importan. Tampoco soy muy dado a dividir la vida en periodos marcados por el mero hecho del paso del tiempo, ni a hacer balances a fecha fija.
Hoy, como ayer y como espero mañana, voy a procurar disfrutar del presente. De todo lo que tengo aquí y ahora. De mi mujer, de mis hijos, de mis padres, de mi hermana, de mis amigos. De mi salud. De mi trabajo, de mis aficiones, de mis proyectos, de las cosas que me gustan, de los lugares donde estoy. Nada dura para siempre, pero hoy estamos aquí.
Hoy, como ayer y como espero mañana, voy a procurar estar más atento, voy a intentar poner el foco en lo positivo, en lo bueno, en lo que me hace crecer, en lo que me divierte, en lo que me hace mejor. En lo que tengo, no en lo que me falta. La vida no es perfecta (simplemente es), pero todo depende del color del cristal con que se mira, y soy yo quien elige las gafas.
Hoy, como ayer y como espero mañana, voy a intentar hablar menos y hacer más. Voy a intentar que cada día haya más coherencia entre lo que pienso, lo que digo y lo que hago. No hay más camino que el que hacemos al andar, un pasito después del otro. No hay más camino que las huellas que dejamos, y quiero sentirme orgulloso del mío.
Hoy, como ayer y como espero mañana, voy a seguir buscándome, conociéndome. Voy a hacer un esfuerzo por aceptarme y por quererme como soy, sin compararme los demás ni con versiones idealizadas de mí. Porque la vida es demasiado corta como para renunciar a uno mismo.
Hoy, como ayer y como espero mañana, voy a estar agradecido por todo lo que tengo, por todo lo que soy, por todo lo que me ha pasado y que es lo que me ha traído hasta donde estoy. Agradecido por todos los que me acompañan. Por mi mujer, compañera en el camino. Por la bendición de mis hijos, y la oportunidad de estar con ellos y de aprender, de su mano, mucho más de lo que ellos aprenderán de mí. Por la posibilidad de disfrutar de mis padres, de haberles tenido a mi lado todo este tiempo y hacer de mí quien soy. Por todos los que me rodean, por todos los que me han enseñado cosas, por todos los que me conocen y, sin embargo, me quieren.
Hoy, como ayer y como espero mañana, voy a vivir un día a la vez.
Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí
Muchas felicidades. Carpe diem!
¡Muchas felicidades Raúl!
A disfrutarlos. Un abrazo.
Hola muchas felicidad, los mejores deseas desde Mallorca
Felicidades, pipiolo 😀