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Dinero en metálico: el pozo sin fondo

No me gusta nada el dinero en metálico. No me gusta pagar en metálico, no me gusta llevar dinero encima. Alucino con esa gente que va por ahí con fajos de billetes, y de hecho tengo un caso bastante cercano que simplemente no tiene tarjetas de débito, ni de crédito, ni nada: cuando tiene que hacer alguna compra (no importa la cantidad) se baja a su entidad financiera, pide billetes fresquitos… y se va con ellos en el bolsillo a hacer la transacción.
No entiendo qué sentido tiene ese tipo de comportamiento. Es mucho más incómodo, más arriesgado… y encima es una fuente relevante de gasto. Y me explico.
Yo procuro pagar siempre con tarjeta. Así hay un registro claro de cuándo, dónde y cuándo me gasto el dinero, lo que me permite hacer un seguimiento de mis finanzas personales mucho más acotado. Aun así, por supuesto, llevo dinero en metálico: porque hay pequeños gastos que no tiene sentido hacerlos de otra forma, o porque a veces hay imprevistos (como en un restaurante hace poco, donde «se les había estropeado el datáfono»… aunque a mí me olió a «no queremos pagar la comisión, paga en metálico»).
De todas formas, procuro llevar un registro (mediante los tickets de compra, o apuntando los gastos en un papelito) de dónde se ha ido gastando ese dinero en metálico. Y el problema es que, a pesar de este intento de control, siempre tengo un desfase: si he sacado X del cajero, sólo puedo «justificar» con lo que tengo apuntado una parte (importante, pero no completa) de ello. Teniendo en cuenta que mi hijo todavía no tiene edad para sisarme… la conclusión es que inevitablemente, por mucho cuidado que ponga (obviamente, no soy un obseso del tema), hay unos cuantos euros al cabo del mes que «no sé dónde han ido».
Lo más probable es que se traten de «pequeños gastos» (un día compras el periódico, otro día le compras unos gusanitos al enano, etc.) que te olvidas de apuntar. Pero no deja de resultar frustrante, cuando estás intentando mantener un cierto orden en la economía doméstica, tener ese «agujero negro».

23 comentarios en “Dinero en metálico: el pozo sin fondo”

  1. A mi me pasaba lo mismo que a ti, habia gastos en metalico que se me escapaban y no sabia en que me lo gastaba: un cafe, periodico, una chucheria en una maquina etc.
    Al final, como todo el dinero lo saco del cajero, a la hora de hacer balance en mis cuentas personales, tengo en cuenta lo que me he sacado de cajero, sin hacer el desglose de en que me lo he gastado.
    Te puedes volver loco con los pequeños gastos de 50,centimos, 1 euro, etc
    Un saludo.

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  2. Yo soy como tú, todo lo que puedo lo pago con tarjeta, así siempre tengo constancia de lo que he gastado y no se me escapa nada. Además, no tengo que ir con tanto dinero encima.
    Al final de cada mes, cuando me pongo a «cerrar el mes» en mi programa de contabilidad personal me ocurre como a ti. Siempre tengo pequeños descuadres con el dinero en efectivo porque siempre se me suele olvidar apuntar algo. Yo lo que tengo son 2 categorías: DESCUADRES_POSITIVOS y DESCUADRES_NEGATIVOS en donde cargo la diferencia entre el dinero que tengo en metálico y el que debería tener según mi programa. Así, cada mes empiezo de cero, porque sino iría arrastrando mucho desfase.
    Saludos, Iván.

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  3. Yo no estoy muy de acuerdo. Creo que el dinero de plástico (tarjetas) hace que uno compre con mas facilidad por eso de que ya me lo cargarán.
    En cambio cuando se trata del dinero que llevas en el bolsillo, si se gasta, se gastó.
    También hay personas que solo usan dinero en metálico, porque se trata de dinero b y de ese modo lo sacan al mercado.

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  4. En esto podríamos copiar un poco a los usamericanos, que hasta para pagar un chicle lo hacen con la tarjeta… una de las cosas que me echa para atrás de llevar mis finanzas personales es tener que tratar con esos pequeños (y no tan pequeños) descuadres por los pagos en metálico… soy incapaz de ir apuntando el detalle de lo que me gasto en efectivo, y me cuesta lidiar con los descuadres de números…
    Por cierto guillermo, pagar con plástico no significa necesariamente que ya me lo cargarán, existen las tarjetas de débito 😉
    salu2

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  5. «Así hay un registro claro de cuándo, dónde y cuándo me gasto el dinero»
    Hay algunas personas que precisamente por eso es que pagamos en metálico. No queremos que se sepa (especialmente el gobiernot) cuándo, dónde y en qué me gasto el dinero.
    Pero claro, cada quien tiene situaciones diferentes. Generalmente, si no es empleado por cuenta ajena esto no tiene mucho sentido.

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  6. yo asigno una partida del presupuesto al lujo de «olvidarme de llevar un control exhaustivo del gasto». esta partida es variable y coincide exactamente con el desfase sobre el presupuesto, aunque obviamente desconozco la cifra.
    bromas a parte, las tarjetas son una gran comodidad y, con la ayuda de Internet, la forma de que los despitados controlemos el gasto. ¿nunca os habéis preguntado, al ver un estracto: «cuándo coño estuve yo en Benavente»?

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  7. Hombre, vale, si estamos hablando de «dinero B», obviamente cuanto menos pase por ningún registro, mejor. Te pagan en metálico, pagas en metálico, y a correr.
    Aun así, de cara a llevar las finanzas personales, importa saber en qué se lo gasta uno. Y con el dinero en metálico es mucho más difícil llevar ese control, aunque solo sea por la ausencia de registros «automáticos» (como los que te da una tarjeta). Que al fin y al cabo es a lo que voy, a la importancia de «controlar» los gastos (aunque sea a título individual; yo no soy un conspiranoico, en todo caso).
    Javier, el problema de ese enfoque es el volumen. A mí tener «200 euros sacados del cajero» al mes no me dice demasiado… ¿en qué me los he gastado? ¿son gastos evitables? ¿son gastos recurrentes? Si no lo apuntas, no lo controlas, y no lo gestionas. Hombre, si son 20 euros al mes, pues «pass» (como dicen los auditores). El problema es cuando es una cantidad importante.
    Finalmente, estoy con Cristina en lo que dice respecto a las tarjetas. Para mí, desde luego, pagar con tarjeta no tiene ese componente de «olvidarme de que estoy comprando y, por lo tanto, compro más». Soy igualmente consciente del gasto tanto cuando pago en metálico como cuando pago en plástico.

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  8. @Ata, lo de la «arqueología financiera» es una cosa muy entrañable. Ves la lista de gastos y entonces dices «ah, esto es del viaje que hicimos a Barcelona», «ah, y esto es de cuando compramos la sillita del niño». Es otra forma (menos «romántica» si queréis que el álbum de fotos 😛 )de guardar recuerdos.

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  9. No sé, tampoco le veo tantas ventajas a pagar con tarjeta para llevar control del gasto que has realizado a final de mes, de las dos formas se te descuadran cosas. Por ejemplo, sabes que te has gastado X en el Carrefour y pasados unos días cuando lo compruebas te parece desorbitado, y te comes la cabeza lo mismo que si lo hubieras pagado en metálico y te hubiera desaparecido el dinero, hasta que caes en la cuenta (o no) de que ese día viste unos discos/libros que se te antojaron por lo que eso hay que sumarlo a los gastos habituales de la compra.
    Los recibos de los pagos con tarjeta son demasiado crípticos como para llevar un control exhaustivo, a no ser que seas tan metódico como para irlo apuntando según lo gastas, el control es el mismo que si pagas en metálico.

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  10. Milady, no fastidies, no es igual: pagas con tarjeta y sabes que «pagué en el Carrefour (y probablemente sepas en cuál en concreto), tal día, tanta cantidad». Con dinero simplemente sabes que «el día 2 saqué 100 euros… y me los he gastado». No tienes datos de ni dónde, ni cuándo.

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  11. Yo suelo pagar todo con tarjeta (me molesta cuando no se puede pagar con tarjeta) y se en que me lo gasto. SYo suelo sacar 20 euros del cajero para gastos pequeños (cafes, refrescos, etc). Si tengo que sacar 200 euros es porque tengo que pagar algo mas caro de lo que he comentado y si que lo apunto, aunque sea en metalico.
    Un saludo.

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  12. Efectivamente no soy el único!!! Hay un porcentaje de gastos «fantasmas» que jamás puedes «justificar/registrar» y por lo tanto tampoco puedes saber como optimizar (no sabes donde va ese dinero!!).
    Además, desde que usamos Euros, creo que este problemilla se ha acentuado, pues ya no tenemos la sensación de estar gastando «fortunas» en las cosas!! ya no pagamos con cientos o miles de unidades .. pagamos como mucho con 1 o 2 dígitos!
    Dios!! Aún espero ansioso que vuelva la peseta!! 😉 que años!!!
    Un saludo

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  13. Me refiero a que tienes que seguir siendo muy metódico en el hecho de guardar el ticket y apuntarlo cada poco, antes de que se te olvide, porque en el extracto bancario sólo te va a venir como pista «Pago en gran superficie» da igual si has hecho la compra, has echado gasolina o has pagado las vacaciones en la agencia de viajes del propio centro comercial.
    Cuando se es metódico «a rachas» como yo, que lo mismo estoy tres meses seguidos llevando todos mis papeles al día que me tiro dos meses sin apuntar nada, la diferencia entre pagar en metálico o pagar con tarjeta es muy poca, los «gastos fantasma» en los periodos de descontrol pueden aparecer igual haya pagado con tarjeta o no, son los tickets de compra que tengo acumulados los que me ayudan a dilucidar en qué me he gastado el dinero, los extractos bancarios no me ayudan nada, tan sólo con algún ticket que haya perdido y que con el apunte del banco haya conseguido hacer memoria de en qué me lo he gastado. A nivel de saber en qué te estás gastando el dinero es casi lo mismo que te aparezca que el día X sacaste 100 € del cajero o que veas en el extracto que el día X tuviste dos pagos en una gran superficie, uno de 80 € y otro de 20, pero no recuerdas en qué narices se empleó el dinero.
    Tú eres una persona muy metódica, y en general el perfil de visitantes de este blog sospecho que lo somos casi todos (incluso yo a pesar de mis periodos de descontrol), por lo que el control es muy grande, sin embargo hay mucha gente que no es así, y los sustos por los pagos con tarjeta (especialmente de crédito) son mayúsculos al no hacer un control periódico de los cargos, en estos casos siempre me acuerdo de un compañero de trabajo que nos anunció a día 3 que le quedaban 20 € en metálico para el resto del mes hasta la próxima paga, y no era ni mucho menos el primer mes que le ocurría. Este tipo de personas controlan un poco más el gasto pagando en metálico por el simple hecho de ver el extracto bancario cada vez que sacan dinero del cajero, así al menos son conscientes de lo que les queda en la cuenta.
    En fin, son dos extremos totalmente opuestos, los que les molesta tener 80 € sin justificación a final de mes y los que se dan cuenta del descubierto cuando van a pagar con la tarjeta de débito.
    Insisto, para llevar un control de a dónde se va mi dinero me resultan mucho más útiles los tickets de compra que guardo hasta que apunto el gasto que el extracto bancario, haya pagado con tarjeta o sacado el dinero del cajero.

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  14. Milady, te puedo asegurar que no soy nada ordenado ni metódico. Al menos, no me tengo por tal. Por eso agradezco tanto el registro automático que me proporcionan las tarjetas, porque si me tuviera que dedicar a guardar los tickets (ya me cuesta con los gastos en metálico, imagina con todos) me volvería tarumba.
    Lo que sí tengo es una cierta buena memoria. Miro para atrás, veo un cargo de 40 euros en la tienda no-sé-qué… y tiendo a acordarme de qué he comprado. Esta capacidad mejora, claro, si dejo pasar poco tiempo entre actualización y actualización (es más fácil acordarse de las cosas del último mes que de las de hace seis meses).
    Entiendo la situación que planteas de tu compañero. Pero honestamente, a alguien que le pase algo así… es que se ha caído de un guindo. Yo soy muy consciente de que, cada vez que compro algo, TENGO QUE PAGARLO. Da igual si con tarjeta o con dinero. Lo que no se me ocurre es olvidarme de lo que voy pagando con tarjeta y luego hacerme de cruces cuando llega el extracto.
    También es verdad que nunca he ido «justo», es decir, en la cuenta siempre hay un remanente que hace que el cargo de la tarjeta no me vaya a dejar en números rojos o a perjudicar mi capacidad de subsistir. Aunque digo yo que, si ése fuese el caso, sería aún más cuidadoso, ¿no?.
    Mi ritmo de gasto es bastante estable. Un mes normal sé cuánto va a venir en la tarjeta, no me llevo sustos. Y un mes anormal (el de las vacaciones, o el de las navidades) pues ando con un poco más de cuidado.
    En definitiva, que obviamente cada uno haga lo que quiera, claro, pero para mí es que no hay color.

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  15. Tanto el dinero en metálico como las tarjetas son un camelo. Realizar un trabajo durante un tiempo debería dar derecho a recibir todas las prestaciones: educación, salud, un techo, alimento, etc.
    Lo que hacen todas estas «estampitas» es enriquecer siempre a los mismos, mientras empobrecen al trabajador, y al ciudadano de a pies.

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  16. En todo sistema económico existe una corriente real de bienes y servicios que es esencial para lograr el objetivo de todo sistema económico: la satisfacción de necesidades. Sin embargo no veo la necesidad de mantener una corriente monetaria, en sentido contrario a la anterior, debido a que el dinero perturba el buen comportamiento de la economía. En un sistema como el nuestro las necesidades de las personas están «patrimonializadas», es decir, no se satisfacen las necesidades de las personas en función de éstas y de su dignidad, sino en función de su patrimonio.

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  17. Yo no me considero un obseso, pero anoto todos los gastos (grandes o pequeños, de tarjeta o de metálico) en una peasohoja de cálculo.
    Para no olvidarme pido ticket de todo, y cuando es tan pequeñito que no me dan o me da cosa pedirlo, lo anoto al momento en el ticket de otra compra o en la libreta que suelo llevar encima. Al final del día paso los números a la hoja de cálculo y tiro los tickets.
    Es que si se van dejando escapar centimilllos de aquí o de allá, al final igual no te enteras de que en según que tonterías vas sumando y termina siendo bastante a final de año.

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  18. es arriesgado llevar efectivo en el bolsillo siiii,lo admito. Es comodo usar tarjeta para pagar, siii,lo admito. Pero para mi no hay como tener esa monedita o ese billete para pagar, que se yo es una costumbre que puede haber cambiado en estos años modernos, pero simplemente no me acostumbre porq

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  19. Las tarjetas podran tener muchas ventajas, pero no hay nada que iguale tener unos billetitos en la mano. A los billetes se los puede ver, tocar, en cambio el dinero electronico es invisible

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