Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


Dos hijos

Hace un año entrábamos en nuestro último mes de embarazo. Expectación máxima. ¿Cómo sería eso de tener dos hijos?
Desde que fuimos anunciando el embarazo, la gente con más experiencia que nosotros nos decía… «uy, ya veréis; que uno más uno es bastante más que dos». ¿Sería para tanto la cosa? Bueno, pues pasado un año hay que decir que… TENÍAN RAZÓN.
¿Cómo, es que acaso no se nota la experiencia adquirida con el primero? Hombre, vaya si se nota. Es curioso, hay decenas de detalles que con el primero te hacían estar preocupadísimo, y que con el segundo estás muchísimo más relajado. Con el primero el agua del baño tenía que estar a 37,5º, ni décima arriba ni décima abajo. Con el segundo, ¿quema? ¿está helada? pues entonces para adentro. ¿Se caía el chupete? Con el primero a poner agua a hervir para desinfectarlo. Con el segundo lo soplas un poco y hala, a chupar. Y así con muchas cosas.
Pero el problema no es si la experiencia vale o no. Es que ahora, mientras tienes un bebé al que hay que atender igual que atendiste al otro (en nuestro caso es peor; el primero fue mucho más tranquilote, ésta es más bicho), ahora hay otro que tiene sus horarios, que requiere su atención, al que tienes que hacer caso.
Con el primero, si él dormía nosotros podíamos dormir; si él estaba entretenido, nosotros podíamos hacer otras cosas. Si el padre le atendía, la madre podía estar a otros temas (y viceversa). Ahora no. Si la pequeña duerme, la probabilidad de que el otro no esté durmiendo es elevada. Si la pequeña está entretenida, es probable que haya que entretener al otro. Si uno atiende a la pequeña, el otro atiende al mayor.
Así que la experiencia es bastante más agotadora. Hay menos oportunidades para descansar, tanto física como mentalmente. Menos descanso implica mayor irritabilidad. Mayor irritabilidad significa que todo funciona un poquito peor, que estás de peor humor, que discutes más, que es más difícil atender todo lo que tienes que atender.
Por lo tanto, es más importante que nunca hacer el esfuerzo para tomar perspectiva, para darse cuenta de lo maravilloso que es tener una familia, para no dejarse llevar por la irritabilidad y el agotamiento. Hay momentos en que es difícil, sí. ¿Pero compensa? Por supuesto. Con creces.

22 comentarios en “Dos hijos”

  1. Completamente de acuerdo contigo. Según iba leyendo tu post no he podido dejar de menear la cabeza de arriba a abajo como signo de aprobación.
    Dos niños agotan más del doble que uno…. pero tiene momentos maravillosos.

    Responder
  2. Yabu, con el primero te aseguro que parecía que nos hubiese pagado algún ministerio pro-natalidad: nos fue tan bien (niño sanote, dormilón, comilón, tranquilote…) que parecía que todo era coser y cantar. Con la segunda parece que ya no nos paga nadie; no es «es horrible tener hijos, no los tengáis», pero tampoco es «tened hijos, que todo es maravilloso» 😀
    Rafa, supongo que eso de «dos agotan más del doble que uno» es una de esas cosas que sólo se entienden cuando se viven. Si no, siempre te parece que están exagerando…

    Responder
  3. Un amigo resumía tu clara explicación diciendo: «Estás casado cuando tienes el primer hijo y eres padre cuando tienes dos». En ese aforismo el verbo estar se interpreta como «sentir». Creo que ambos teneís mucha razón.

    Responder
  4. Qué razón … y qué valiente ….
    Por la misma razón que lo que comentas yo me he quedado con una.
    A veces me da pena que no tenga un hermano o hermana; pero no me veo …. ¿seré un egoísta?
    Seguro que a la larga … compensa.

    Responder
  5. A ver, es obvio que estamos hablando de una de las decisiones más importantes y personales que puede tomar uno en la vida. Así que cada uno decide, y no somos nadie para decir qué está bien y qué está mal.
    Al final es una balanza. Por un lado sabes que vas a tener menos tiempo, menos energía, más obligaciones. Por otro lado vas a tener hijos, con todo lo que eso supone. Qué lado de la balanza pesa más es algo que sólo puede decidir cada uno.

    Responder
  6. Lo siento, pero disiento. Yo tengo dos hijos, de 2 años y 9 meses, y es una experiencia maravillosa. Es cierto que a veces se hace un poco cuesta arriba pero no lo cambio por nada del mundo.
    Tengo la suerte que se llevan poco (16 meses) de modo que cada vez queda menos para que los dos estén en la misma onda. Es cansado a ratos, pero desde luego es una auténtica pasada. Me da pena leer los comentarios y ver que hay gente que le da miedo tener mas crios, que priva a su hijo de tener hermanos, etc. No sé, creo que algo falla cuando en una sociedad se prefieren otras cosas a la familia.
    Desde luego que hay que sacrificar cosas (tiempo personal, promoción profesional, etc) pero sin dudisima la satisfacción de tener hijos, criarlos y verlos crecer cubre sobradamente cualquier esfuerzo extra.

    Responder
  7. El primero te cambia la vida, el segundo te la complica, y… el tercero te la destroza.
    Es broma.
    Yo digo que soy padre de tres hijas únicas, porque las tres requieren y merecen el 100% de mi atención. Hay que tener claro que cuando decides cruzar la línea, tu vida ya no es la misma, pero a mí me compensa con creces.

    Responder
  8. uyy, uyy, asi estamos? Pues espera que sean adolescentes!Tengo una hija con 17 añitos, la edad prohibida, y digo lo de prohidida, por que deberian de prohibirla, o eso, o que tengamos acceso a colegios en Siberia o Alaska o Australia…., y que vuelvan cuando tengan 21 o asi! ;))))))
    Tambien tenemos uno de 5 años, que es mas llevadero ( a este solo lo mandaba a madrid ) ;))))
    Esto es solo un poco de guasa, en realidad terminare mi comentario, con tus mismaas palabras…….
    «….Hay momentos en que es difícil, sí. ¿Pero compensa? Por supuesto. Con creces….»
    PD. despues de plantearme lo de el colegio en siberia, fui a un estudio de tatuajes, y me tatue «Mi Famila»……..

    Responder
  9. Pues es así tal como lo describes, y como evoluciona pues a parecido, ya u poco mayores la experiencia sigue siendo agotadora, se bañan y comen solos, pero cuando llegas de un día de perros te están esperando para que les expliques las matemáticas o les ayudes con el inglés, o si no para que pongas paz, entre ellas, en mi caso.
    Y la adolescencia a la que nos acercamos peligrosamente, tiene pinta de ser igual de agotador.
    Pero sigue compensando, como dices con creces.

    Responder
  10. Con mi segundo hijo decían eso de ya verás que no te queda tiempo para nada y durante el primer año pensé que todo el mundo había exagerado mucho pero lo «dificil» llegó cuando el segundo empezó a andar, entonces fué el desastre completo para mi.
    En cambio el tercero se nota menos, así que ¡ánimo! 😉

    Responder
  11. Suscribo al 100% tus palabras, y me atrevo a decir más: el componente «novedad» hace que lo del primero se lleve mejor. Con el segundo (segunda en mi caso, y rebelde como la tuya), el factor sorpresa pierde fuerza.

    Responder
  12. Nosotros tenemos dos que se llevan poco, también. Con mi mujer hemos llegado a la conclusión de que esta es la manera de sacarse «el doctorado de padre». Ni los que tienen uno sólo, ni los que los tienen mas espaciados tienen que enfrentar la prueba de coordinación, esfuerzo, y autocontrol y el hecho de no tener ni un minuto libre que experimentamos nosotros.
    Los mios tienen ya 4,5 y casi 3 años, y ya estamos saliendo del túnel: juegan juntos (también se cascan, claro), se rien juntos, bromean. La dedicación extrema y el cansancio que acarrea para nosotros van quedando atrás, y el verlos evolucionar juntos es muy gratificante.
    Ánimo!

    Responder
  13. Un comentario muy interesante, sobre todo para madres primerizas como yo, con una pequeñaja de tres meses que no para quieta durante el día, y que a veces llega a desesperar. Por supuesto, compensa, aunque como bien dices hay ratos en que no puedes más…

    Responder
  14. Tengo una niña de 4 años que nos puso (y nos pone) la vida patas arriba, fué un auténtico terremoto desde que nació, nos tenía agotados. Cuando tenía 3 años me tiré a la piscina a por el segundo…. que ahora tiene 3 meses. Su hermano es buenííííísimo, y ya duerme mejor que su hermana. Ha sido una alegría, lo estoy disfrutando como nunca, de hecho, me organizo mejor ahora con los dos, que antes con la niña sola. Y eso que durante muuuuuucho tiempo estaba segurísima de no querer otro, que suerte que cambiamos de opinion :-)))

    Responder
  15. AHORA TENGO UN BEBE DE 1 ANITO TRES MESES ES UNA ALEGRIA VERLO EVOLUCIONAR PERO ALMISMO TIEMPO ES DURO SER MADRE Y PADRE Y AHORA ESTOY EMBARAZADA DE OTRO ESTOY SEPARADA PORQUE EL PAPA ME MALTRATABA Y PERO EN CONTRA DE TODO LO VOY A TENER , PORQUE SER MADRE ES UNA BENDICION DE DIOS.

    Responder

Responder a Luis Rull Cancelar la respuesta