El metabolismo basal es un concepto fisiológico que indica la cantidad de energía que un organismo necesita para subsistir. Llevado al extremo, quiere decir que incluso quedándonos tumbados en la cama todo el día, sin hacer nada de nada, nuestro cuerpo consume energía (y no poca).
Y llevado al ámbito de la gestión de proyectos… ocurre exactamente igual. Uno piensa, en su ingenuidad, que un proyecto necesita energías para progresar, para crecer, para que se hagan cosas, para incorporar novedades… para avanzar. Que uno puede poner todo su foco y sus esfuerzos en ello. Y sin embargo, la realidad es que los proyectos también tienen un «metabolismo basal», también requieren (no poca) energía no ya para crecer y desarrollarse, sino meramente para subsistir, para no morir.
Uno piensa que su esfuerzo debe estar en visualizar el futuro, en identificar prioridades, en hacer unos buenos análisis, en crear unas buenas especificaciones, una buena planificación, un buen encaje de tareas. Y que luego ya todo es «pan comido» porque simplemente se trata de que cada uno haga su trabajo. Pero resulta que no, que luego resulta que las especificaciones se ignoran, que cada uno hace su trabajo bien, o mal… o no lo hace. Que lo que se acuerda en una reunión luego se da por olvidado. Que las prioridades que establece son ignoradas. Que los procesos que defines se saltan a la torera. Que los compromisos se los pasan por el forro. Que el que un día te dice «sí, sí, sí» luego hace «no, no, no».
Y acaba uno dándose cuenta de que de toda la energía que puede ofrecer a un proyecto, gran parte (cuando no toda) hay que dedicarla a satisfacer ese «metabolismo basal», a conseguir no ya que el tren avance, sino que no vaya para atrás o no descarrile. Y mientras tanto, piensas en qué pasaría si en vez de tener que gastar tanta energía en eso pudieras dedicarla a otra cosa…
En esta tesitura, cabe reflexionar sobre cómo podríamos hacer que el «metabolismo basal» fuese más pequeño, cómo disminuir la energía que tenemos que decicar a la mera subsistencia, para así poder dedicar más al crecimiento. Y se me vienen a la cabeza algunas cuestiones relacionadas con organización, con comunicación, con herramientas, con procedimientos, con reparto de responsabilidades… pero al final, al final, todo queda ensombrecido por un factor clave: las personas. Cuando hay personas comprometidas, responsables, autoexigentes, solidarias… todo lo demás es accesorio; de hecho, ellas mismas encuentran la forma de auto-organizarse para sacar adelante las cosas, no necesitan que nadie les proporciones lo que no es más que sentido común. Y cuando no las hay, ni la mejor organización del mundo, ni el proceso mejor definido, ni la metodología de trabajo más avanzada, ni la herramienta más sofisticada, ni los canales de comunicación más perfectos… van a conseguir nada.
En definitiva, ese perfil de persona es necesario y suficiente. Todo lo demás, ni es necesario, ni es suficiente.
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El problema es que eso que mencionas como clave, las personas, es en la mayoria de los casos lo que menos podemos controlar a la hora de armar un equipo para un proyecto, sino que tienes que tratar con lo que hay. Salu2.
Es complicado formar un grupo de trabajo proactivo, responsable, constante, que tengan motivación con el proyecto o plan a cumplir, y que además se lleven bien. En la mayoría de los casos, estas condiciones son mucho más dificiles de reunir, que los requerimientos sobre herramientas, metodologías, o infraestructura.
Raúl gracias por está reflexión tan cierta. Claramente las personas son la clave principal para sostener y regular el «metabolismo basal» de los proyectos. ^_^ ~
Estoy viviendo esto en carne propia y es tan cierto que ya no busco personas con la mejor experiencia ni los mejores conocimientos, busco personas motivadas, proactivas, comprometidas!!
Todas esas características necesarias en los equipo para poder funcionar, se deben traer de casa. Estoy totalmente de acuerdo que todo lo demás se puede trabajar pero es necesaria esta base. Parafraseando al paisano de «Amanece que no es poco» jaleando a su munícipe, podríamos decir que los procedimientos, las metodologías, la organización son contingentes, pero el compromiso, la autoexigencia, la automotivación y la cooperación son necesarias.