Pilar Cambra escribe uno de los blogs de Expansi�n. Me gusta m�s cuanto menos se enreda con la pol�tica, porque suele presentar una visi�n bastante l�cida de las organizaciones y las empresas. No digo que su visi�n pol�tica sea menos l�cida, pero me interesa bastante menos.
El caso es que el otro d�a hac�a una reflexi�n sobre los nuevos proyectos y de qu� depende su �xito, y todo se resume en una palabra: entusiasmo. Las planificaciones, los recursos, las presentaciones… todo eso son cosas importantes, sin duda. Pero lo clave, lo que determina el �xito del mismo, lo que es necesario y casi suficiente… es ese entusiasmo entre las personas que tengan que estar involucradas en �l.
Entusiasmo. Lo echo de menos demasiados d�as.
Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí
Yo tambi�n lo echo de menos muchas veces, y creo que parte del problema es que es de las pocas cosas que no puedes comprar con dinero.
S�, entusiasmo,y la que lo sustenta: Pasi�n, que es el motor que nos impulsa y se sobrepone a las dificultades.
Hace falta esa componente emocional para tirar adelante.
Efectivamente consultor…
Yo le dar�a una vuelta de tuerca m�s al comentario y me har�a una pregunta… �c�mo puedo conseguir, promover, generar… entusiasmo en la organizaci�n?
Pues creando una visi�n y hacer que �sta sea compartida por todos. Los anglo-parlantes lo resumen muy bien: «sharing a vision». En mi opini�n, esa es la esencia del management. Claro… que para crear esa visi�n hacen falta dos cosas: coherencia y credibilidad
Pero ese entusiasmo habr� que avivarlo de alguna manera…o se corre el riesgo de que s�lo permanezcan los rescoldos…
Agur.
Si, entusiasmo y pasi�n. Jelopez, es cierto que hay que divulgar ese entusiasmo y esa pasi�n en las organizaciones… pero para ello, se lo tiene que creer uno mismo!! Si no, todo es superficial y vac�o.
Galufante, de acuerdo: muchas veces nos quejamos de que «nos falta entusiasmo» pero aqu� seguimos, atados a las mismas cosas que nos acogotan. �Y si los m�ximos responsables de la falta de entusiasmo fu�semos nosotros mismos, por incoherentes?
En lo que me ata�e personalmente, puedo ser el responsable de la parte que me toca…Pero no me hagas comulgar con ruedas de molino���
Agur.
Yo tambi�n le doy una gran importancia. En un sistema de valores que he descrito para la Administraci�n electr�nica, he colado el entusiasmo dentro de un concepto m�s amplio al que he llamado intensidad.
Lo he emparejado con otro concepto, el de iron�a, que me parece necesario para corregir los escesos pasionales del entusiasmo.