Allá por los 90 teníamos en España un programa, «Las noticias del guiñol«; un noticiario protagonizado por muñecos a imagen y semejanza de personajes conocidos del mundo de la política y el famoseo. Muy divertidos e ingeniosos, con no poca mala leche. El caso es que allí se popularizó el guiñol del torero Jesulín de Ubrique y su habilidad para explicar cualquier cosa recurriendo al símil… «Bueno, esto es… es… como un toro«.
Me acordaba de Jesulín y su toro el otro día, leyendo a Tony Robbins sobre el poder de las metáforas, los símiles, las analogías.
El gran poder de las metáforas es que nos permite vincular algo nuevo a algo que ya conocemos. Transferimos las características de lo ya conocido a lo nuevo, y de esta forma somos capaces de comprenderlo de forma mucho más rápida, y de recordarlo mucho mejor. Se reduce así el tiempo y las dificultades de la aprehensión del nuevo conocimiento. Al fin y al cabo, así es como funciona nuestro cerebro: utilizando las referencias que ya tiene para anclar (con más o menos fortuna) las cosas nuevas a las que se va enfrentando. Las parábolas de la Biblia, los cuentos infantiles… todos encierran enseñanzas disfrazadas de «cosas conocidas» para hacerlas más digeribles.
Pero hay que tener cuidado. Y es que, al final, las metáforas son un atajo. Y rara vez las metáforas son perfectas, y son capaces de recoger todos los significados y matices de lo nuevo. Por lo tanto, al utilizar metáforas, estaremos perdiendo casi de forma inevitable un cierto nivel de detalle, de matiz, incluso de exactitud. Y aún más, una vez que en nuestro cerebro hemos asociado lo nuevo a esa metáfora, nos costará mucho alejarnos de ella si en algún momento nos damos cuenta de sus limitaciones; para bien o para mal actúa como un pegamento ultrafuerte, y en consecuencia nos costará mucho olvidar esa vinculación.
El otro día conversábamos en el blog de José Manuel Bolívar sobre esta circunstancia, ese compromiso que se asume al utilizar metáforas y asociación de conceptos nuevos a conceptos ya conocidos. Lo que ganas, y lo que pierdes, y en qué situaciones puede ser interesante recurrir a ellas de forma consciente, y en qué otras lo interesante es evitarlas también de forma consciente. ¿Quieres transmitir una idea de forma general, que sea fácilmente absorbida y recordada, aun a riesgo de no ser 100% exacto? Las metáforas son tus aliadas. ¿Quieres transmitir una idea con exactitud, con todos sus matices y particularidades, aunque cueste? Ten cuidado, porque las metáforas pueden convertirse en «fuego amigo».
En todo caso, merece la pena dedicar tiempo a reflexionar sobre nuestro uso de las metáforas, muchas veces inconsciente, y el impacto que puede tener en cómo interpretamos la realidad.
Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí
Raul, soy un fan total de las metaforas. De hecho casi escribo un libro de eso y desarrollé un «producto» formativo que, no sé si conoces, se basa en las metáforas. Les llamo «moldes creativos» («Innobox») y se inspiran en metáforas. Te paso aquí unos enlaces por si te interesa:
-Articulo en PDF («21 metaforas para innovar») => http://www.emotools.com/media/upload/files/21_metaforas.pdf
– Post: «La metáfora como método» => http://www.amaliorey.com/2009/10/03/la-metafora-como-metodo-post-104/
– Post «Moldes creativos para innovar» (aqui presento una herramienta que desarrollé: INNOBOX, basado en metaforas) => http://www.amaliorey.com/2011/11/21/innobox-moldes-creativos-para-innovar-post-269/
– Herramienta INNOBOX (aquí tienes la herramienta online que diseñé para los empresarios, y juega con ella un poco… aunque ya lleva unos años y no se ha actualizado) => http://www.cea.es/innobox/#&slider1=1
Seguimos hablando del tema, si quieres, porque a mí me apasiona. Colecciono metaforas que transformo en «moldes creativos».
un saludo
Ah, y es que «el molde» ya es una metáfora :). Muy interesante, bucearé un poco en todo lo que me propones.
Una cosa que me resulta fascinante es la cantidad de metáforas que usamos «sin darnos cuenta». Por ejemplo el «bucearé» de mi frase anterior :_)