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La muerte mediática

Estos días estoy un poco alucinando con todo lo que se ha montado con la triste (¿no lo son todas?) muerte del jugador del Sevilla Antonio Puerta. La gente echada a la calle, los medios haciendo unas coberturas intensivas, elegías por doquier, el protagonismo en tertulias, blogs y similares…
La muerte de este chico es una lástima, por supuesto. Y hay elementos que hacen que el drama sea más «vendible» en los medios: el desmayo en directo ante las cámaras, lo joven que era, que era un canterano, la relevancia social del fútbol, el huérfano nonato que deja… todo ello detalles que contribuyen a vestir un hecho triste pero que, en mi opinión, no debería haberse convertido en un espectáculo mediático. Al fin y al cabo, es una persona que se murió y no creo que esta muerte sea más importante ni más relevante que decenas y centenares de muertes que se producen a diario y que merecerían tanta o más atención: hay gente más joven que muere víctima de enfermedades igualmente injustas o, lo que es peor, mal tratadas. Gente que muere en accidentes, o víctimas de violencia doméstica, o ateridos de frío en las calles en las que malviven, o ahogados en el alcohol y las drogas, o solos sin la compañía de ningún ser querido. Por no hablar de los que mueren en guerras injustas (¿hay alguna que sea justa?), o muertos de hambre en países olvidados, o víctimas de enfermedades desterradas en el primer mundo.
Por esos nadie pierde el tiempo, por esos nadie sale a la calle, esos no ocupan la portada de ningún informativo.
Soy consciente de que sueno demagógico, además de inoportuno. Que nadie me malinterprete: a mí también se me encoje el corazón cuando pienso en lo sucedido. Pero a veces creo que perdemos las referencias, y que invertimos las prioridades. Y que unos muertos importan más que otros.

17 comentarios en “La muerte mediática”

  1. Cuanta razón tienes Raul!
    Ya no es sólo que unos muertos importan más que otro, es que un sólo muerto (con todo mi pesar por supuesto) acapara más titulares que los cientos de muertos del Perú… sin ir mas lejos.
    Y muchas veces el tacto con el que se trata estas noticias raya el sensacionalismo.

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  2. En un país, dónde el pan y el circo son la tele y el fútbol, ¿qué se podía esperar?. Yo, también me voy a justificar y curarme contra los malpensados de impoluta moral y diré que esta muerte me ha impresionado mucho, pero ayer mismo cuando salía de la playa en la primera curva a la izquierda dirección A Lanzada, había un joven motorista muerto en el suelo y el periódico local le dedicó una minicolumna y eso que sumaba la víctima nosecuantoscientos este verano. Tampoco quiero ser demagogo, pero lo de la tele, el fútbol y más cosas en este país no tengo palabras para describirlo.
    Saludos

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  3. Voy a echar un poquito más de leña al fuego…si este chico hubiera sido ciclista en vez de futbolista, ¿serían iguales los comentarios?
    Como dice Javier, cada vez que veo en los carteles luminosos de tráfico que van más de 1800 muertos desde el 1 de enero, pienso en la capacidad de asimilación de según que muertos tenemos.

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  4. Ayer he estado pensando exactamente lo mismo. Además ha sido él la portada en prensa escrita, internet y televisión, a pesar de coincidir con Francisco Umbral, que puede caer mejor o peor, pero que en todo caso tenía una trayectoria más importante que un jugador de fútbol.
    Por otra parte, ser deportista profesional también conlleva sus peligros, y parece que tenía problemas de corazón. ¿Si yo los tengo y me muero no es igual de triste?
    Al hilo de lo que cuenta Juan Varela, podemos pensar cuánto tiempo «vale» un muerto en TV. Los de tráfico, nada. Divide 4000 muertos al año por el tiempo que se le dedica. ¿Acaso no mueren igual? Peor todavía: cuanto más «alarma social» causa un problema, antes se soluciona. Pero los muertos de tráfico no venden en TV, mala suerte para aquellos que corremos más riesgo de morir en la carretera que de una enfermedad cardiovascular, es decir, casi todos nosotros.
    Disculpen ustedes el pesimismo de mi día.

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  5. Los 25 primeros minutos del telediario de Tele5 dedicados integramente a esto. Sin más titulares. Me imagino que el resto, por el estilo.
    Creo que la gente solo sale a la calle por estas cosas. Aún recuerdo la que se montó cuando por noseque lío debían bajar dos equipos a segunda.

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  6. Hasta hace un rato estaba viendo el especial de TVE y algo en mi cabeza no encajaba.
    La crónica era tan … tan … tan parecida a la de Lady Di cuando murió que no entendía lo que estaba viendo. Y he dicho Lady Di como podríamos haber puesto cualquier otro ejemplo de «muerte mediática». Le han dado un morbazo impresionante y vergonzoso a mi parecer. Entre otras cosas han dicho que hace 34 años murió súbitamente otro sevillista. Nadie se acuerda de él claro.
    A Antonio Puerta lo explotarán un par de años más, el año que viene volverán a recuperar las imágenes y posiblemente el otro … y se acabó.
    Además de la desgracia que ha sufrido este pobre chico (y que al igual que tú sentí muchísimo) los medios le están faltando el respeto a él y sobretodo a su familia.
    Que descanse en paz.
    Saludos.

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  7. Raúl, se de que hablas porque casualmente me puse a ver un partido en la tele y salió el suceso a colación. Como decía #8 «algo en mi cabeza no encajaba». Admiro tu valentía por el post y reitero – como todos estamos haciendo y sintiendo – nuestro pésame por el fallecimiento.

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  8. Yo, más que con el tratamiento de la muerte de Umbral u otras que mencionais, lo compararía con la muerte del obrero al que se le cayó un ascensor encima y trabajaba en un régimen de semi-esclavitud. Dos accidentes de trabajo y dos tratamientos tan diferentes que da verdadera lástima porque realmente refleja lo que nos importa a la mayoría. Después de todo la mayor manifestación que ha habido jamás en Sevilla no fue un 1 de mayo, ni ante la guerra de Irak, ni en repulsa del terrorismo ni nada similar: ocurrió cuando el Sevilla iba a bajar a segunda división porque no cumplía los requisitos económicos de la federación. Es triste pero es así…

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  9. alpoza, todos los muertos podrían tener una historia parecida. Al que le cayó el ascensor seguro que tenía unos padres en su lugar de origen a los que hacía años que no veía, o quizás unos hijos en su país. Todo el mundo tiene alguien que le quiere y que le echa de menos, proyectos a medio terminar, sueños truncados… con los que se puede confeccionar una pieza lacrimógena.

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  10. Estoy totalmente de acuerdo con tus palabras. Casi todas las muertes son tristes (digo casi todas pq verdaderamente hay gente que estaría mejor muerta por el mal que hacen), sobre todo si se trata de gente joven o niños. Parece que nos toca más el corazón cuando nos rodea la noticia un fuerte entorno mediático. Siento la muerte de Puerta, pero también sentí la de mi ex-profesor y compañero Javier Bretón que un mal dia perdió la vida haciendo escalada con venti-pocos años con toda la vida por delante, y siento también la del pobre emigrante que, subido a un andamio cae al poco de empezar a trabajar dejando familiavsin sueldo para comer y cuya mujer o hija tendrá que dedicarse a limpiar escaleras en el mejor de los casos o venderá su cuerpo…¡descansen todos en paz! y que cada vez sean menos aquellas causadas por la imprudencia, la negligencia y la violencia.

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