Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


La pradera

Curioso, pero ampliamente reconocido, este t�rmino en consultor�a. «Estar en la pradera» significa «estar de staff»… vaya… que se entiende igual de bien… bueno, con estas expresiones se denomina al estado del consultor, en sus primeros a�os, que no tiene una asignaci�n a un proyecto. Llega por las ma�anas y se sienta en un lugar de la oficina. Por su habitual distribuci�n, las oficinas de consultor�a suelen tener despachos orientados al exterior (para gerentes, y para socios los de las esquinas), dejando en el medio (y sin luz natural) un espacio m�s o menos masificado para «consultores rasos». Ah� es donde se sienta un consultor que est� en la pradera.
La imagen evoca a las gacelas africanas, o a los bisontes americanos. La manada, agrupada e indefensa en el centro, al acecho de los depredadores que los rodean. As�, los consultores llegan sin una tarea concreta que hacer, a la espera de que alg�n gerente tenga a bien asignarles a algo… mientras tanto, o se dedican al autoestudio (los primeros momentos bienintencionados), o al m�s puro «mareo» (d�cese del entretenimiento del tiempo solo o en compa��a de otros, ayudado de los m�s variopintos medios electr�nicos y/o f�sicos) o, en el peor de los casos, a «comerse marrones» (peque�as tareas, a priori inofensivas, en las que el lucimiento es imposible y que acaban convirtiendose en una trampa).
Estar en la pradera de vez en cuando no est� mal. Da tiempo a socializar con compa�eros, a intercambiar rumores… a formar cultura, vamos. Ayuda a descansar del proyecto en que se ha estado, y a tomar fuerzas para el siguiente. El problema es cuando la estancia en la pradera se alarga… y se alarga… bien porque el negocio flojea, bien porque uno est� ya con la soga al cuello (a punto de recibir un «warning» definitivo) o bien (casos ver�dicos) porque ha pasado tanto tiempo en un cliente, que en la oficina simplemente no saben qui�n es (todo el mundo piensa que es «de otro gerente»).
En cualquier caso, y a pesar de hacerse duro a veces, he de decir que los momentos m�s divertidos y los m�s entra�ables que recuerdo de mi primera etapa como consultor son en este entorno. La pradera es un ecosistema. Se trata, simplemente, de adaptarse a �l para sobrevivir…

9 comentarios en “La pradera”

  1. Ahi es precisamente donde estoy yo ahora, y de hecho, donde me paso la mayor parte de mi tiempo laboral: en la pradera.
    No soy consultor, soy programador, pero como trabajamos por proyectos, pues entre proyectos siempre te quedas algo «colgado».
    El problema es que como las empresas de inform�tica (o de consultor�a en tu caso) cobran tant�simo la hora de cada uno de sus empleados, uno de ellos trabajando puede mantener a tres en staff «por si acaso». La �ltima vez me pas� cuatro meses en la pradera (marzo-junio: los proyectos que estaban a punto de salir al final no sal�an) y sinceramente espero que no vuelva a ocurrir.
    De todas maneras, siempre es agradable ver que estas cosas no s�lo le pasan a uno (si, soy de esa clase de tontos cuyo consuelo es el mal de muchos).
    Nos leemos

    Responder
  2. �Vaya!
    Ahora ya s� como se llama el lugar en que me encuentro.
    Hace cosa de un mes hable con mi jefe para decirle que esta situaci�n en que me encontraba no era demasiado rentable para la empresa.
    Me contest� que �l estaba en la misma situaci�n pero que le da igual porque a lo mejor se jubila este a�o , que en cuanto a mi caso que pensara en que ten�a dos opciones:
    1. Irme de la empresa
    2. Prepararme psicol�gicamente para que estar en esta situaci�n no me afectara.
    La imagen de la pradera es buenisima, me siento igual de acojonado que se deben sentir las gacelas en esa situaci�n. Aparentemente todo esta tranquilo y comes hierba a cambio de nada, pero en el fondo sabes que si no empiezas a moverte r�pido en cualquier momento el le�n va a abalanzarse sobre tu lomo y te va hacer «pupita»

    Responder
  3. Excelente imagen la de «la pradera».
    Yo ahora tengo un despacho, con sus ventajas respecto a privacidad (por ejemplo para leer y escribir post), tranquilidad, idependencia… Pero me resulta muy solitario. Me gustaba m�s estar dentro del reba�o, con mis compa�eros gacelas, d�ndonos calor y consuelo unos a otros.
    PD. Tel�maco, me encanta lo que te dijo tu jefe, me sorprende que fuera tan directo, pero debes sentirte como un privilegiado porque, por una vez que yo sepa, tu jefe te ha dicho una VERDAD.

    Responder
  4. Hace dos a�os que me desenganch� de esa historia de la pradera y similares, pero los recuerdos, sobre todo en verano y despues de ver el blog, son inevitables.
    La descripci�n de la pradera es muy buena, en mi caso hab�a un factor adicional que era la necesidad de parecer ocupado, que creo que no mencionas. Pod�as estar navegando, leyendo o escuchando mp3, pero lo importante era no levantar la vista del port�til y, aunque no hicieras nada, NUNCA IRTE A TU HORA.
    Adem�s, esa �poca era la de las vacas flacas, y estar en la pradera era como tener una diana pintada en el lomo…

    Responder
  5. Qu� no se nos olvide una de las actividades m�s cultivadas en las praderas: el I+D. En mi empresa, el I+D ha generado grandes amistades.
    Y es que no hay nada como
    Internet y Desayuno….
    El Jaime.

    Responder
  6. En mis tiempos en Holanda, donde llegu� cuando se abr�a la oficina m�s perif�rica de una consultora internacional, no hab�a pradera como tal. Llegamos muchos junior de media europa all� y no hab�a trabajo para todos, pero ten�amos que estar para poder tener capacidad de hacer cosas.
    Al estado de no estar en un proyecto le llamaba estar de interproject, y como la oficina era peque�a y nosotros muchos, consist�a en estar con el m�vil siempre abierto y no salir del pa�s por si se te requer�a. Vamos imag�nate estar en Amsterdam, con veintipocos a�os, cobrando un buen sueldo y plus por estar desplazado, con los gastos pagados, y sin trabajar… Pedazo de vacaciones.
    Nunca me lleg� a tocar. Trabaj� en proyectos muy interesantes y no dej� de trabajar ni un solo d�a…
    A pesar de todo, los compa�eros que estuvieron de «interproject» mucho tiempo, al final acababan quemados: un mes es divertido, si pasa mas tiempo comienzas a comerte el tarro sobre si realmente haces falta en la empresa, y al final el stress y la sensaci�n de estar perdiendo el tiempo (no trabajas, luego no aprendes, luego no tienes m�s experiencia) llevaba a que se buscara salir de la situaci�n r�pidamente.

    Responder

Deja un comentario