Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


Live and let live

Hay una tipología de gente que (al menos a mí) me resulta bastante molesta. Se trata de ese tipo de personas que no pierden oportunidad para tirar con bala (justificada o injustificadamente) contra otros. Digo lo de justificada o injustificadamente porque hay veces en las que estos tipos tienen razón, pero se regodean en el hecho y eligen cuidadosamente sus palabras para resultar desagradables con los destinatarios de sus razonamientos. Y otras en las que simplemente no tienen razón, pero aupados en la ignorancia y/o prepotencia sacan la lengua a paseo. Son los que inician escaramuzas sin venir a cuento, los que en una discusión se dedican a echar más leña al fuego en vez de a buscar entendimiento, los que rápidamente obvian los argumentos para pasar al ataque personal, los que meten cizaña en conversaciones ajenas, los que guardan rencores para las siguientes ocasiones, los del «o conmigo o contra mí», los que cuando pierden montan la bronca y cuando ganan se regodean del que ha perdido…
Supongo que es una forma de ser. Quizás un psicoanalista lo explicaría en términos de una sobrecompensación de una baja autoestima: se tiene a uno mismo en tan baja consideración que la única forma de afirmarse es atacando a otros y buscando el constante enfrentamiento. La clásica historia del maltratador que lo hace porque a él le maltrataron y tiene muchas carencias.
Aunque se dice que hay otros que lo hacen aposta. El otro día leí no sé dónde que alguien lo llamaba a esto «marketing de controversia»: meterse con alguien y generar bronca con el mero fin de tener visibilidad y/o reafirmarse ante los fieles. Una táctica eficaz, si se considera que el fin único del marketing es darse a conocer. Pero si no recuerdo mal, una de las virtudes de una marca era la de transmitir una serie de valores. Y no estoy muy seguro de que, bajo este prisma, el marketing de controversia sea muy útil. Porque sí, puede que logres una cierta notoriedad. Pero a esa notoriedad irán asociados valores de agresividad, de conflictividad, de «ser un bocazas», de… que no creo que sean los más agradables del mundo. Desde luego, yo no querría tener un amigo, ni un socio, ni un empleado, ni un nada… así. Aunque igual hay quien sí los quiere, que de todo hay en la viña del señor, y para triunfar entre ese público objetivo sí que viene bien ir de macarra.
El caso es que, definitivamente, ese no es mi perfil. No es ya por la aversión al conflicto, que también, sino que casi desde un punto de vista moral considero que ésa no es una forma sana de pasar por la vida. No pretendo ser amiguito de todo el mundo, ni caer bien a todo el mundo, ni que todo el mundo me caiga bien. A lo que sí aspiro es a ir a lo mío, molestando lo mínimo posible a los demás y, si se tercia, echando una mano al que pase por al lado. Quizás eso me lleve en algunas ocasiones al terreno de lo políticamente correcto; pues muy bien. Pero mientras ser incorrecto no me reporte nada… ¿para qué serlo?

14 comentarios en “Live and let live”

  1. Raul, supongo que la controversia la vas a encontrar siempre aunque no quieras, especialmente en la red. Todo el mundo puede sentirse ofendido o atacado por un post aunque sea con la mejor intención.
    Si analizas este post tuyo podríamos decir que también estás atacando a alguien, aunque no le pongas nombre (o precisamente por eso).
    También podría deducirse que la decisión de ser politicamente incorrecto depende de lo que «te reporte». Por lo que te conozco, seguro que no es tu intención al escribirlo pero podría deducirse eso.
    Como ves, el problema no es lo que se dice sino lo que se entiende y eso no siempre depende de ti.
    Un abrazo

    Responder
  2. Andrés, obviamente todo lo que decimos puede tener repercusión. Hasta el silencio lo puede tener. Pero creo que hay formas y formas.
    ¿Estoy atacando a alguien? Está claro que si escribo esto y no otra cosa es por cosas que me han pasado. Pero no tanto por cosas puntuales (que también) sino más por una experiencia acumulada sobre la que me apetece reflexionar. Creo que lo he hecho de una forma bastante aséptica.
    En realidad, sí quería decir eso: a veces hay que ser «políticamente incorrecto» si con eso logras algún objetivo – remover conciencias, desbloquear situaciones o incluso alguna ventaja. Con lo que no estoy de acuerdo es con ser «políticamente incorrecto» (o faltón) por defecto, casi podríamos decir por deporte, por el mero hecho de serlo. Y hay determinados perfiles que hacen gala de eso.

    Responder
  3. Jarl! Parece que describes a cierta tipología de empleados (¿dueños?) de cierta tipología de empresa (¿servicios?) :).
    Me recuerda una máxima que me contó un antigüo jefe: al principio de cualquier reunión entra «repartiendo», da igual el tema y tu papel en la misma. La verdad es que no le iba mal, desde el punto de vista profesional, pero desde luego no hacía demasiados «amigos».
    Un saludo y no te quemes.

    Responder
  4. Yo también conozco algún caso como el que comentas. Este post no me parece un ataque en absoluto y me parece que describes a la perfección un cierto tipo de conducta. Cierto es, como dice Andrés, que la interpretación juega un papel importante, pero en este caso creo que si alguien se siente atacado con esta «definición», es porque encaja bastante con lo que se está contando.
    Salu2.

    Responder
  5. En mi opinión, esa tipología de personas responden a dos parámetros: baja confianza y nula capacidad de cooperación. Siempre que me he encontrado con alguno de ellos tengo muy claro que el fin último es ‘él gana/yo pierdo’. Como dice gmoreau, tienen pocos amigos. En el fondo, siempre están a la defensiva, basta con que abran la boca para que hagan gala de su gran verborrea. Cuando las cosas salen mal siempre tienen una vía de escape preparada (‘ya te lo dije’, ‘nunca me gustó’, ‘HAS fallado’, ‘tus datos no estaban bien’, …). En fin, unos tipos realmente difíciles con los que interactuar.
    Saludos,

    Responder
  6. ooohh parece q lo hubiera escrito yo. me siento identificado.
    hay una cancion que se llama «deja de señalar» de los cafres
    habla un poquito de este tipo de gente, orientado a un ambito más reggae.. pero la idea es esa..

    Responder
  7. ¡¡Totalmente de acuerdo!!. A ese tipo de gente que pasa todo el día (toda su vida) intentado zancadillear al prójimo, reírse de sus errores pero cuando los comenten ellos rápidamente quieren pasar página y que nadie se entere jejeje….¡qué pena dan!. Muy buenas líneas, Raúl.

    Responder
  8. Es un post viejo, pero no puedo dejar de pasar para decir que estoy tremendamente de acuerdo con lo dicho!
    No quiere decir que no vaya a haber controversias o problemas, o hasta discusiones, sino que todo depende del punto de vista que le ponga cada uno a esas cosas. Hay quienes en todo buscan una pelea, y quienes en todo tratamos de buscar una manera de crecer y mejorar. Sin buscar hacerle mal a nadie, pero sin querer que nos hagan mal a nosotros tampoco…
    Saludos desde Argentina y a casi 5 años de la publicación del artículo! 😛

    Responder
  9. Estoy muy de acuerdo con tu análisis y con tu posición ante estas conductas. Hace unos días escribí sobre un tema relacionado y se me ocurrió biscar la frase «Live and let live» ya que me parecía adoc y encontré afortunadamente lo que escribes. Espero no te moleste, hacer referencia en mi blog al tuyo (colocando solamente la liga) obviamente sin robar nada de crédito. Gracias por compartir tu pensamiento.

    Responder

Responder a gmoreu Cancelar la respuesta