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Muy pesimista con la crisis

Gafas rotas

Soy muy pesimista con la crisis, y más cada día que pasa y cada declaración que escucho a los políticos. Cuando les oigo decir que «todo viene de fuera» y que «hay que tener confianza», tiemblo. Decir que la crisis es totalmente exógena y que si no fuera por eso estaríamos en la «champions league» me provoca escalofríos, porque implica un diagnóstico tan superficial e insuficiente que es imposible que, ni de casualidad, puedan darse soluciones reales a los problemas. Y claro, así se explican los remedios que se proponen: parches de gasto público (a costa del endeudamiento futuro) sin ton ni son, y sentarse a esperar a que se pase la tormenta apelando a la confianza; poco menos que «Dios proveerá».
Que los encargados de dirigir la nave muestren ese nivel de obstinación en no ver la realidad y verles dar los consiguientes palos de ciego es lo que me hace ser más pesimista.
Siempre he defendido que España no tiene una crisis, sino dos. Una está vinculada con la crisis financiera internacional, la restricción de crédito, etc, etc. Es verdad, es de origen internacional y la sufrimos todos. Pero hay otra crisis, estructural, más grave y profunda. Hoy, cuando tenía este runrun en la cabeza, me he encontrado con este artículo en El Confidencial que lo resume perfectamente:
«Aunque no hay modelos cerrados, como lo demuestra la integración económica mundial (estamos hablando de la primera recesión de carácter global en el planeta), lo cierto es que cada país tiene su propio perfil, lo que le permite mejorar su posición competitiva en un mundo cada vez más globalizado […] ¿Y España? ¿Sabe usted a qué jugamos? Gobierno y oposición en lugar de estar todo el día tirándose los trastos a la cabeza, deberían estar trabajando ya en identificar el modelo económico español para los próximos treinta o cuarenta años, que necesariamente tendrá que ser muy distinto al que nos ha servido para salir del subdesarrollo en los últimos 50 años. En los años sesenta y setenta, España se aprovechó de los bajos precios interiores para atraer turismo y fábricas de coches que hoy representan la tercera parte de nuestras exportaciones. En los ochenta y noventa, España se benefició de los fondos estructurales para dar la vuelta al país a cambio de un desarme arancelario brutal que explica buena parte de nuestro elevado déficit comercial. Pero todos esos ‘shocks’ son los que ya se han agotado, lo que quiere decir que este país tendrá que empezar a caminar solito. Sin ayuda de nadie. Pero claro, antes hay que saber qué camino hay que tomar.»
Y yo no he oído a ningún político todavía hablar de esto, que es la madre del cordero. Enfangados en sus luchas partidistas, en su visión cortoplacista ligada a la poltrona, avergonzándonos con sus polémicas inanes y sus gestos de cara a la galería, estamos huérfanos de estadistas que se preocupen por el futuro a medio y largo plazo del país. En estas circunstancias, la crisis económica mundial pasará y aquí el paro seguirá creciendo, la competitividad se seguirá hundiendo, el déficit comercial seguirá en aumento, las empresas se seguirán yendo a otros lugares… ¿y entonces a quién le echaremos la culpa?
PD.- Hoy el gobierno al que le ha tocado lidiar con la situación es el de Zapatero. Pero estoy convencido de que, si hubiera sido uno del PP, estaríamos más o menos en las mismas. El problema no es de unos o de otros, es de la clase política en general.
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23 comentarios en “Muy pesimista con la crisis”

  1. Como dice Alberto, poco se puede añadir.
    La educación es, probablemente, el punto de partida para cualquier plan de futuro. Y el futuro que entienden los políticos suele ser, como máximo, las próximas elecciones.

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  2. España tiene bastantes más de dos crisis juntas.
    Tenemos la crisis financiera internacional, de la que todo el mundo culpa a Estados Unidos. Siempre el problema es de otro y a nosotros nos ha tocado por casualidad ….
    Tenemos la propia crisis financiera Española. Que ha explotado a la vez que la estadounidense, pero que tenía los mismos problemas estructurales que ella: créditos concedidos sin garantías adecuadas, ultravalorando activos, con una alegría sin sentido.
    Tenemos la crisis inmobiliaria, que no ha empezado todavía a sentirse. Y que viene terrible.
    Tenemos la crisis de empleo estructural, que nunca se llegó a corregir, con un paro superior al 8% incluso en pleno pico de actividad e inmigración del país.
    Tenemos una crisis educativa y de formación, donde la gente se ha dedicado a hacer dinero sin educarse, el famoso pelotazo, y se nota. Y no hablamos de los últimos años, hablamos de las últimas décadas, en sucesivas oleadas de pelotazos y dinero fácil.
    Hablamos de la crisis del empresariado, que quiere vivir de subvenciones y barreras proteccionistas.
    Hablamos de la crisis de los trabajadores, que con un nivel de bajas inaudito y una productividad infame, se dedican a hacer huelgas cuando más daño hacen.
    Y hablamos de una crisis política, donde no tenemos políticos a la altura de las circunstancias ….
    Venga, volvamos a disneylandia ….

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  3. «La culpa de la crisis la tienes tú» decías en uno de tus post que no dejó indiferente a nadie. Y yo diría que la culpa la seguimos teniendo nosotros. Porque no exigimos cuenta a nuestros políticos.
    Días atrás muchas veces se ha dicho que en España también necesitamos «un Obama» un inspirador que sea capaz de hacer reflotar nuestra esperanza en que se puede cambiar a mejor y nuestra confianza en la clase política, que está cogidita por pinzas y muy arrastrada por los suelos.
    Pero un partido hay que jugarlo con los jugadores que tiene el equipo, los buenos y los malos. Nos han tocado jugadores malos (todos, unos y otros, y si hay alguno bueno que lo destapen ya que no se le ve) es cierto, pero contando con eso hay que salir al campo y hacer el mejor papel posible.
    Exijamos cuentas a nuestros políticos. Somos los entrenadores, los managers, les dimos el mandato representativo y ellos responden ante nosotros. No nos tomemos a chirigota los acontecimientos, las declaraciones, las ausencias en el Parlamento, los penaltis fallados…
    Hoy por hoy, cuando uno de uno de ellos dice o hace algo que creemos «aparejado a una dimisión fulminante» nos alarmamos unos segundos, protestamos tibiamente, pero luego nos reímos con la parodia que un programa de TV haga sobre el asunto a la media hora, le restamos totalmente la importancia y, así, todo pasa, todo da igual y cada perro -con perdón- sigue lamiéndose su propio cip… y cada jugador sigue en su puesto cobrando nóminas y pluses.
    Regenerémonos para que ellos se regeneren. Seamos honrados con nosotros mismos y los que nos rodean, para que ellos lo sean. Y vayamos a la puerta de las Cortes a decirles «¿estáis aborregados? ¡reaccionad!» cuando en la tele un partido nos diga que «no llegamos a los 4 millones de parados» y el otro declama que «nos plantamos en los 5 millones en un plis plas».
    Lo malo de un equipo es un entrenador que pase de todo.

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  4. Estoy completamente de acuerdo contigo.
    Creo que ya es hora de generar soluciones que impliquen a todos los representantes de la sociedad y dejar de jugar al gato y al ratón.
    El PP se enfrentó a un momento de bonanza y ese momento habría sido bueno con cualquier partido en el poder, el PSOE no está siendo capaz de lidiar con todo y el resto de partidos, que dicen tener mil y una soluciones no las comparten, se preocupan más de tratar de que caiga el partido en el poder que de tratar de mejorar la situación de los españoles.
    Creo que la sitación actual depende de todos los actores, presentes y pasados, y que la salida de ella, va a depender de que nos pongamos todos de acuerdo y generemos un modelo que valga apra la nueva situación.
    España ya no es competitiva en sectores intensivos en mano de obra, pero aún tampoco lo es en intensivos en tecnología, lo que nos deja con los servicios… No vale que nos acojamos a la fuerza del turismo, porque cada dia tenemos más competencia y es muy dura, lo que puede llevarnso a caer en pérdidas por el afán de crecer en este sector.

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  5. De acuerdo. Poco más que añadir.
    Salvo una cosa: culpamos a los políticos. Qué bien se nos da en España echar la culpa a otros. Cierto que ellos tienen más capacidad (o mejor que capacidad, posibilidad) por el cargo que ocupan y además se supone que para eso les pagamos. Pero yo veo un grave problema de remuneración, que es una de las claves del problema: hablando en términos de gestión de recursos humanos, si el trabajador no actúa adecuadamente probablemente una parte importante se deba a que el sistema de RRHH no esté bien realizado. Si el político es cortoplacista es sencillamente porque se le retribuye a corto plazo; cada cuatro años, para ser más exacto. Y las encuestas son casi diarias.
    Si los ciudadanos, que somos los que pagamos/votamos, tomásemos más en serio cuestiones como el nivel de formación y la capacidad de los que llegan y el nivel de cumplimiento del tiempo que han estado en términos de las cosas tan importantes que estamos hablando, otro gallo nos cantaría. Pero para eso hace falta que quienes votamos nos preocupemos, nos informemos, nos formemos, recordemos y anotemos; y a todo esto, los telediarios cada vez dedican más espacio a los deportes y no meten un apartado del corazón de milagro. Eso sí es importante.
    La segunda clave del problema es la Ley electoral que supedita a los dirigentes políticos a la hora de tomar decisiones, pero eso es harina de otro costal y daría mucho que hablar.

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  6. tienes muhca razón; supongo que podrán decir que es ventajista pensar en el largo plazo cuando hay problemas a corto plazo que hay que solucionar, pero el ejemplo del fondo Estatal de Inversión Local es paradigmático. He escrito sobre ello in post, aunque esté mal citarse a uno mismo, profundizando en cómo es una oportunidad perdida. Por supuesto, trata de atender una necesidad urgente, que es resolver el problema del sector de la construcción, pero ¿nuevamente vamos a posponer el cambio de modelo?

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  7. La culpa de los ciudadanos está ahí, sí; pero «échales un galgo». ¿Cómo consigues que la gente aune voluntades? El «pan y circo» es una estrategia vieja pero sigue funcionando, porque «la masa» no ha cambiado mucho en todos estos años. En una democracia de «un hombre un voto» es fácil dominar a las masas. Lo cual nos llevaría al debate «peliagudo» sobre si tenemos el mejor de los sistemas políticos…
    Aun así, se supone que cuando alguien entra en política y asume unas responsabilidades lo hace con vocación de servicio al ciudadano. Se supone. Pero la realidad demuestra que no: el propio prestigio, la superviviencia política, el enriquecimiento, el tráfico de favores, etc, etc son prioridades mucho más importantes.
    En cuanto al «ventajismo» de aludir al largo plazo; es que sin eso los esfuerzos del «corto plazo» son inútiles. ¿De qué vale darle trabajo por 3 meses a mucha gente si a cambio los estás endeudando para los próximos 30 años, sin encima haberles proporcionado ni una sola herramienta para que las cosas vayan mejor? ¿Qué vas a hacer una vez haya pasado este corto plazo y te encuentres igual o peor? Es el debate entre lo importante y lo urgente.
    Pero sí, los gobiernos se guían por lo urgente. Cuando surge un problema, a ver cómo lo acallamos lo antes posible antes de que nos salpique, no siendo que las próximas elecciones no nos voten. Pero claro, la oposición tampoco ayuda, porque en vez de dar soporte a las decisiones a largo plazo lo que harían sería tirarse a la yugular para hacer sangre y pillar poltrona la siguiente vez.

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  8. Manu, ese plan me recuerda a la historia de la zanja: si tú pones a una brigada de 10 tíos a cavar una zanja, y una vez terminada les dices que la vuelvan a llenar, contabilizará como producción. Habrán cobrado. Pero la realidad es que es una producción vacía, que no contribuye a mejorar la capacidad de los activos de producir en el futuro.
    El gasto público debería orientarse fundamentalmente a mejorar la capacidad futura de los activos de los países: infraestructuras, formación, etc. Gastar dinero en «cavar y rellenar zanjas» (que al final es lo que van a hacer con ese plan) es tirarlo por la borda. Para eso, mejor que lo transfieran directamente a los usuarios, pero no perdamos el tiempo «haciendo como que trabajamos».

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  9. Yo desgraciadamente coincido con tu punto de vista, y me surgen preguntas:
    – Qué opción política representa realmente mis intereses? El bipartidismo tengo claro que no, y siempre busco una opción alternativa.
    – Qué medidas puedo tomar yo? Aparte de mi voto, cómo puedo yo influir en Gobierno y en su gobierno del país?
    – En cuanto a las empresas, ellos pagan el Impuesto de Sociedades, vale, y yo el IVA por cada puñetera compra, y el IRPF, el IBI, el de circulación, basuras… en cuanto a impuestos empatamos 😛
    Lo que no reparten son sus beneficios, en el sentido de que podrían por ejemplo reinvertir en los empleados, en formación, etc. y no tirar por la vía fácil del ERE para recortar gastos. No sólo el Estado debe invertir en desarrollo.
    Yo estos temas me los planteo cuando pienso que mi empresa hace las cosas como el culo, entonces pienso que el resto de España está igual o peor, y me deprimo del todo XD

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  10. Muy interesante todo el post y especialmente por una cosa muy necesaria. Está muy bien todo lo del optimismo, todo lo del espíritu colectivo y el concepto de país. Pero lo primero es ver qué somos, por qué estamos así, y a partir de ahi trazar unas líneas y decir «estos son los esfuerzos y sacrificios que hay que hacer para ser un país rico y estable». Hay que hacer autocrítica, ya.
    Y lo primero y básico que deberían hacer los responsables políticos es dejar de JODER LA EDUCACIÓN como llevan haciendo las últimas décadas. Que esa es en buena parte la gran tragedia de nuestra sociedad y causa del momento actual. El salto atrás en formación en esta última generación, seguramente por primera vez en la historia, es innegable.
    Estoy de acuerdo en que es fácil culpar a los políticos, que sin duda tienen mucha culpa, pero a esto hemos llegado todos, cada uno en la medida de sus posibilidades y errores.
    Desde la educación, la prudencia y la crítica permanente hay que dejar atrás muchas cosas y lanzarse a por otras nuevas.
    Como bien dices, todo lo demás son parches de vendedores de crecepelo (lease PSOE, PP, CiU, PNV,…) cada 4 años.

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  11. León, es lo que decía antes. Largo plazo, inversión productiva. Y la formación y capacitación de las personas es uno de los elementos clave para alcanzar el éxito en el largo plazo, una de las inversiones más productivas que se puede hacer. Pero claro, si no se tiene un concepto claro del a dónde se quiere ir… ¿qué más da la educación? Así estamos, estoy 100% de acuerdo contigo.
    Pau, las empresas no son ONG’s. No tienen por qué «dar trabajo» o «invertir en desarrollo» per sé, sólo en la medida en que contribuya a sus beneficios. Si es así, serán los primeros interesados. Pero una vez repartidos sus beneficios en forma de impuestos, deben ser tan libres para gastar su dinero como lo somos tú o yo a nivel individual. ¿O verías razonable que viniese alguien a decirte «después de haber pagado el IRPF, etc, etc… ahora debes contribuir obligatoriamente con partidos políticos; te tienes que ir de vacaciones a donde yo te diga; te comprarás el coche que yo te diga te apetezca o no»?
    Por otro lado, es falaz el argumento de «ellos pagan el IS, nosotros pagamos IRPF, IVA, IBI, blah, blah». ¿Quiénes son «ellos»? Imagino que te refieres a los malvados empresarios, con monóculo y copete… pero no olvidemos que «ellos», una vez que sus empresas ya han pagado el IS, también pagan sus impuestos como personas físicas. También pagan IRPF, en sus casas también pagan el IBI, lo que consumen sus familias también lleva IVA…
    En todo caso, las alternativas son muy difíciles. La única forma de que los ciudadanos «cambien el chip» e influyan de otra forma ha venido, en la historia, a través de revoluciones. Que se han producido cuando las situaciones eran ya tan graves, tan desequilibradas y tan generalizadas que un número suficiente de personas deciden que se pueden jugar la vida por dar la vuelta a la situación. Lo malo es que ese sentimiento ha sido manipulado, la mayoría de las ocasiones, por personas tan ávidas de poder como aquéllas a las que querían derrocar. Con lo cual la situación final, después de las revoluciones, tampoco ha cambiado tanto.

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  12. Sin embargo a mi la crisis me parece cada vez más una oportunidad que no debemos dejar escapar, no vamos a tener otra igual para cambiar un modelo que está en si mismo agotado, se ha fagocitado, simplemente porque era imperfecto e inviable.
    Tengo muchísimas esperanzas puestas en el cambio de modelo que va a traer la crisis, y tengo muchas esperanzas en las personas, que somos las que tenemos que construir el nuevo mundo, porque es nuestro momento y tenemos las herramientas y la información para hacerlo. No hay que seguir esperando que sean los Gobiernos los que solucionen el problema, ya sabemos de que son (in)capaces, unos y otros.

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  13. Raúl, échale salero y cierra el círculo: la clase política es así en general…. FIEL RFLEJO de los ciudadanos que la eligen ¿o crees que los políticos los trajeron en una nave espacial? Nos vale con tener políticos así, porque somos así: la culpa es de otros y yo no he hecho «na».
    Un político puede ser Mr. Hyde, pero es que la elección viene realizada por el Dr. Jeckill.

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  14. Botín desafía a Zapatero presentando unos beneficios superiores a los del 2007
    Cuando estaba el presidente del BBVA, FG, reunido con los analistas y media hora antes de que empezara la rueda de prensa del ‘banco vasco’, el Santander hace públicos sus resultados. Gana un 9,4% más y mantiene sus dividendos. La decisión supone varias cosas. En primer lugar un reto a Zapatero que en ‘Tengo una pregunta para Ud” había afirmado que “no es el momento de los grandes beneficios ni de los resultados a corto”. Y no es sólo el Gobierno quien pide moderación en los beneficios. También el Banco de España reclama cierta mesura. La respuesta de D. Emilio es clara: estos son mis poderes.
    No obstante hay que advertir que tanto Botín como su consejero delegado Alfredo Saéz eran muy reacios a rebajar el beneficio. En la junta del pasado 21 de junio se habían comprometido a finalizar el año con 10.000 millones de euros y ese era el objetivo. Así que no lo íbamos a rebajar porque se haya desmoronado el sistema financiero internacional. Al final, a la fuerza ahorcan. No sólo han tenido que rebajar los 500 millones de Madoff, sino que ha tenido que provisionar más de lo que esperaba. No alcanza los 10.000 millones prometidos, pero se le parece bastante y mantiene dividendos. El mercado aplaude la ‘bilbainada’. Ya veremos a ver la respuesta del Gobierno en la reunión con los banqueros de esta semana.
    Carlos Menéndez
    http://www.creditomagazine.es

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  15. Conforme con tu análisis, me alegra haber descubierto este blog.
    Debo señalar un punto de ligera discrepancia.
    Toda generalización es injusta, y donde vienes a decir que PP o PSOE vendrían a ser lo mismo, considero que no se puede dejar así, aunque en algunos momentos pueda ajustarse a la realidad.
    En el gobierno del PSOE, se prima absolutamente su permanencia en el poder, como casta, olvidando los criterios de ética y eficiencia de cara al bien del conjunto del país.
    De hecho, considero que está plagado de hombres y mujeres de paja.
    En el primer gobierno de Aznar, quizá el mas ineficiente fuese él mismo. Tuvo fallos sonados. Pero durante seis años, fue notablemente positivo para el país, al permitir la actuación de un relativamente bien capacitado equipo de ministros, cuyo principal objetivo, sobre todo bajo el prisma económico, pareció ser la buena gestión.
    Por lo que yo veo, generalmente el PSOE no tiene buenos gestores de lo público, ni le importa. El PP, sí que da cierta relevancia a dejar trabajar a los buenos gestores.
    Sin embargo, actualmente bajo Rajoy, el PP está deslabazado.
    Esta dualidad de miras, también se podría dar en partidos pequeños. Por un lado CiU, PNV, Canaria, podrían tener gestores aceptables, mientras que IU-IC-Verdes, ERC, BNG, me parece que priorizan demasiado la eficiencia hacia sí mismos.
    UPyD, Ciudadanos, y si me apuran U. Comunista, DN y otros partidos que pueden surgir si les dejan, podrían marcar un contrapunto positivo.
    El hecho de que el Dinero (alegal), sea básico para ganar las elecciones, provoca la corrupción de todo el sistema democrático, y además desmonta sus necesarios controles.
    También en USA, peri aquí, mucho mas.
    A ver si los consultores podemos hacer algo. Saludos.
    Proterio.

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