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Ójala tuviera superpoderes

¿Quién no lo ha pensado alguna vez, leyendo un cómic o viendo una peli de superhéroes? «Ójala pudiera volar». «Ójala pudiera teletransportarme». «Ójala…»
Yo alguna vez lo he pensado. Despertarse una mañana, y descubrir que, oh maravilla, puedes hacer algo que ayer no hacías. El primer rato debe ser espectacular; seguro que pasas un buen rato divertido, descubriendo los límites de tu poder. Probablemente no puedas evitar, durante un tiempo, la tentación de presumir ante terceros. «Eh, mira lo que puedo hacer». Vale. Pero… ¿y qué pasa después? ¿qué pasa cuando, tras unos días, el superpoder deja de ser una novedad? Algunas cosas pueden haber cambiado en tus rutinas diarias. A lo mejor vas volando a comprar el pan, en vez de andando. A lo mejor te teletransportas a la oficina en vez de pasarte un rato metido en el atasco. Pero lo cierto es que, al final, sigues comprando el pan, o yendo a trabajar.
En realidad, si lo pensamos bien, todos tenemos ya superpoderes. Podemos caminar. Podemos comunicarnos. Podemos imaginar. Podemos crear. Y no hablemos ya de las posibilidades que nos brinda la tecnología. Simplemente, nos hemos acostumbrado a todo ello. Para nosotros es «lo normal». Y aquí estamos, con nuestros superpoderes cotidianos a nuestra disposición. ¿Y qué hacemos con ellos? ¿Alguna vez nos lo hemos planteado? ¿Cómo estamos haciendo uso de nuestros superpoderes? ¿Qué nos hace pensar que, si mañana nos despertásemos con un nuevo poder, las cosas serían diferentes? ¿Qué nos hace pensar que nos dedicaríamos a cosas a las que ahora no nos dedicamos, que encontraríamos motivaciones distintas a las que ahora tenemos?
Al final, toda esta paranoia es para decir que, más que añorar los superpoderes que no tenemos, creo que deberíamos centrarnos en dotar de un sentido a los que sí tenemos. Que son muchos y, vistos desde la perspectiva adecuada, extraordinarios.

7 comentarios en “Ójala tuviera superpoderes”

  1. Supongo que los superpoderes son superpoderes porque no todo el mundo los tiene…
    Es decir caminar, comunicarnos, etc… a parte de ser algo fantástico no es excepcional por que es común.
    He visto a algunos familiares mirarme como si tuviese superpoderes por saber ordenarles los canales de la TDT…
    Pues si que te ha dado esta tarde por pensar. Eso te pasa por madrugar. 😉
    Un saludo!

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    • Las tardes de otoño/invierno son taaaan largas… 🙂
      Fíjate, tú mismo lo dices. Algo para ti tan irrelevante/normal como «ordenar los canales de la TDT» es percibido por otros como algo «extraordinario». Sin embargo, para ti (que eres quien lo tiene) no tiene ninguna trascendencia. Imagina que tú pudieses tener la habilidad de volar. Vale, vuelas. Dejas con la boca abierta a todo el mundo. Pero… ¿qué cambiaría en tu vida por el hecho de volar? Seguro que cambiaban cosas rutinarias; te ahorrarías, por ejemplo, los atascos de tráfico. Pero… ¿irías a sitios distintos a los que ahora vas? ¿cambiarían tus objetivos en la vida, tus motivaciones, por el mero hecho de «poder volar»?
      El tema es que los «superpoderes» son medios, no fines. El mero hecho de tener «poderes» no cambia tus motivaciones, ni tus objetivos. Simplemente, nos haría más cómodo conseguirlo. Pero no nos evita la pregunta sobre «qué hacer con ellos».
      Haciendo este post me han venido dos cosas a la cabeza (no soy muy aficionado a comics de superhéroes, igual éste es un tema tratado ya hasta la saciedad en el mundillo). Una es Hancock, la peli de Will Smith (de la que hablo de oídas, no la he visto) en la que interpreta a un tipo con superpoderes, pero que alcoholizado, vagabundo y básicamente «desnortado». Otra son los sketches que hacían Faemino y Cansado sobre superhéroes cotidianos (como «El Hombre Opaco» XD) que se encontraban en el bar a charlar de sus cosas…

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  2. Leí hace tiempo las primeras tres novelas de Anne Rice de la serie de «Entrevista con el vampiro» y básicamente reflexionan sobre ello. Son entretenidas, te las recomiendo.

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  3. Yabu, tienes razón. Yo también las leí hace tiempo (eso es lo menos 15 años). Los vampiros, con sus superpoderes y su inmortalidad, viven absolutamente hastiados.

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  4. Felicitaciones!!! Muy hermosa reflexión. En sociedades donde la alegría y belleza de la vida se centra en lo que » podríamos tener para ser feliz» el reconectarnos con nuestros súper poderes nos retorna a la esencia de la felicidad.

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  5. Es curioso que siempre añoremos el que no tenemos, que perdamos tiempo en decir todo lo que haríamos si tuviésemos esto o aquello, poniéndonos barreras o mejor dicho, excusas para la «no acción» y así quedarnos explicados y tranquilos.
    Creo que dentro de nosotros tenemos el ingrediente básico y necesario para hacer todo aquello que nos propongamos…todo lo demás son justificaciones inútiles.
    Hoy, ahora es el momento y hay que empezar.
    Gracias por tus aportaciones Raul, son fantásticas.

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  6. Me encontre este blog por casualidad buscando en internet he leido muchas de las entradas, esta me parecio genial, yo si soy aficionada a los comics y creo que si pudiera volar hasta de trabajo habria cambiado creame, algo me invento para aprovechar mi nuevo poder, ya que con los que Dios me dio las cosas van como lentas jajajaja.
    saludos.

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