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Parto 2.0

Mano abierta

Ésta de aquí arriba es Nerea. Bueno, su manita. Nerea nació el pasado jueves, con un poco de susto (bien dicen que no hay dos embarazos ni dos partos iguales): lo que iba a ser una monitorización externa rutinaria (estábamos ya en semana 39) derivó en que «no se le escucha bien el ritmo del corazón, vamos a hacer una monitorización interna» que se convirtió en «vamos a estimular el parto ya mismo, que al bebé no le late el corazón como debiera» y, cuando volví media hora más tarde de buscar la maletita que teníamos preparada en casa, en «estamos preparando a tu mujer para llevarla al quirófano: la niña tiene una arritmia y mejor tenerla fuera para poder hacerle pruebas».
Fue un rato (afortunadamente corto: a las 10’30 llegamos al hospital para la cita que teníamos, a las 12:45 la niña estaba en mis brazos) de mucha inquietud: sentado en la sala de espera, por mucho pensamiento positivo que quieras tener, lo pasas mal; al fin y al cabo, una cesárea no deja de ser una operación, y las palabras «problema cardiaco» unidas a tu bebé ponen un nudo en el estómago al más pintado.
Pronto salieron a decirme que la cesárea había ido bien y a enseñarme a mi bebé, un instante fugaz antes de llevarla a la incubadora. A partir de ahí, otro rato largo de soledad: mi mujer en reanimación, mi niña en la incubadora, y yo sentado en la habitación, impotente, sin poder estar con ninguna de ellas. Más tranquilo sabiendo que la cesárea había salido bien, pero intranquilo pensando en los posibles problemas de la niña, y en la angustia que estaría pasando la madre. Una sensación extraña: mientras que con mi primer hijo, una vez lo pusieron en mis brazos, me sentí exultante… aquí había unos nubarrones que me impedían disfrutar del momento.
Afortunadamente, la cosa fue evolucionando bien: las primeras pruebas resultaron tranquilizadoras, ya el mismo jueves nos llevaban a la niña para que hiciese sus primeras tomas, y el viernes por la mañana la «desincubaron» y pudo estar en la habitación. A partir de ahí, más pruebas también positivas, la madre en recuperación constante hasta que ayer lunes nos dieron el alta. La arritmia de la niña se ha ido difuminando y, aunque le harán un seguimiento por si acaso, parece que todo quedó en un susto. La felicidad tardó un poco más en llegar, pero llegó igualmente.
En todo este proceso encontré en facebook y sobre todo en twitter dos importantes vías de escape. En condiciones normales no tenía ninguna intención de usar estos canales (en fin, pensaba yo, un padre tiene que estar a lo que tiene que estar y olvidarse de la maquinita) más que para anunciar la buena nueva al final. Sin embargo, la mezcla de tensión y de soledad me hicieron escribir muchos más mensajes de los que hubiera imaginado. Verbalizar mis sensaciones me ayudó a no comerme demasiado la cabeza. Y qué decir de la respuesta obtenida… decenas de mensajes de felicitación, de ánimo, de comprensión, de experiencias similares… que me hicieron sentirme muy reconfortado y acompañado, aunque a mi alrededor no hubiese nadie.
Habrá quien piense que son cosas demasiado personales como para tuitearlas o para contarlas en un blog. Que tiene un punto de exhibicionismo enfermizo. Yo no lo veo así, no pretendía enseñar nada de cara a la galería, sino que lo usé y lo uso como lo hago siempre: para expresar mis pensamientos e inquietudes. Solo que esta vez, en unas circunstancias tan extraordinarias y tan vitales, todos mis pensamientos e inquietudes estaban centrados en una única cosa. Y la respuesta recibida me reafirma en algo: que todo esto del 2.0 va, sobre todo y casi exclusivamente, de personas que se relacionan y que comparten trocitos de sus vidas.
Enseguida volveremos a la «vida normal» (una nueva «normalidad», sin duda, con algunas rutinas diferentes). Mi vida 2.0 reflejará también esa normalidad, y volveré a mis temas habituales. Pero en estos días excepcionales, era inevitable que mi vida 2.0 también se transformase. Porque es algo ya muy integrado con mi «vida 1.0», no es algo que desconecte y deje en casa. Y estoy contento de que así sea.

36 comentarios en “Parto 2.0”

  1. Darte la enhorabuena, lo importante es que las dos ya estén bien en casa, un pequeño susto.
    Yo con mi segunda niña, en Valencia de viaje, me llama mi mujer que estaba en revisión rutinaria y que le dicen, que se había quedado sin líquido y había que adelantar el parto.
    Corriendo a Madrid, llegue a duras penas, después 18 días de incubadora (días difíciles) y a casa.
    Ahora tiene 7 años esplendidos.
    Felicidades y a disfrutar de la peque.
    Un abrazo,
    Luis

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  2. Luis, gracias. Puedo imaginar la angustia. Yo los viajes los bloqueé hace un par de semanas, «por si las moscas», y me alegro. Afortunadamente, son momentos duros que van quedando atrás 🙂
    Joaquim, gracias!. Jolines, seis, tienes que tener una colección de anécdotas para aburrir.

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  3. ¡Enhorabuena! Yo pasé por una experiencia similar con mi primer hijo, y el susto no se lo deseo a nadie.
    Un parto que iba a ser normal empezó a complicarse, y la cosa acabó con una cesárea de urgencias. Yo esperaba en la sala de enfermeras, porque mi mujer trabajaba en el hospital precisamente en incubadoras, y sus compañeras venía de vez en cuando y me daban noticias. «La cosa está un poco mal, y vamos a hacerle una cesárea», «El niño no está bien del todo y le vamos a llevar a la incubadora»…
    Pero a cabo de una semana, ya estábamos os tres en casa, felizmente. Así que nada, a disfrutar de la niña y a cambiar pañales que para eso no hay alternativas 2.0

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  4. Muchas felicidades, Raúl, mi enhorabuena para ti y la madre.
    Lo de Twitter y Facebook, bueno, es normal usar las herramientas que tenemos a nuestro alcance para expresarnos cuando lo necesitamos. Tu actividad «social» ese día es mucho más sincera que otras que vemos en la red a diario.
    Un fuerte abrazo.

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  5. Enhorabuena, Raul. Muchísimas felicidades. Afortunadamente todo lo que cuentas ya pasó. Por experiencia se lo que se pasa en esos momentos, pero lo importante es que el desenlace ha sido feliz. Dale nuestras enhoracbuenas a tu mujer, que también lo ha tenido que pasar mal en esos momentos.

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  6. La razón por la que se usaba el luto vistiéndose de negro era para informar que se pasaba por una circunstancia difícil y obtener el apoyo social. Ese apoyo aunque sean unas simples palabras reconforta en muchas ocasiones. Hemos perdido mucha de esa capacidad de comunicar a través de las costumbres sociales. Utilizar las redes 2.0 para comunicar nuestros sentimientos de pena, preocupación o de alegría no es más que una sustitución de antiguas tradiciones. El susto no te lo quita nadie pero expresarlo te lo hace más llevadero. Y como te comenté, ahora te queda una vida entera para disfrutar. Un abrazo,

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  7. Felicidades!
    Creo que todos los que somos padres y hemos tenido alguna compicación en el parto, te entendemos perfectamente.
    Pero la final lo que cuenta es que acabe bien todo.
    De todas maneras como decía un amigo mio, «lo mejor de tener hijos; los intentos falllidos»…

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  8. Muchas gracias a todos, de verdad.
    Julen, realmente ahora la nena no necesita mucha atención… pero el nene sí, y la amatxu, y la intendencia… en fin, que toca hacer de padre.
    Mauro, posiblemente a los 18 la nena no quiera saber nada de su padre 🙁 Pero bueno, que me quiten lo bailao.
    Francesc, me alegra que te guste la foto. Es curioso, hace tres años ni se me hubiese ocurrido sacar una foto así. Me alegra descubrir que mis fotos van evolucionando 🙂
    Luis Carlos, creo que efectivamente «enseñarse» es bueno, aunque esta sociedad nos ha hecho tener pudor de casi cualquier cosa. Me alegro también de «pasar» de determinados convencionalismos.
    M@k, no es que fuera sincera, era pura entraña tuiteada.
    Yabu, la verdad es que la paternidad es un viaje con tantas piedrecitas en el camino… pero aun así, probablemente lo mejor de la vida.
    Borja, menuda historia. Yo tengo que decir que, aun sin «enchufe» en el hospital, me sentí muy bien tratado por el personal. Afortunadamente, encontré en ellos calidez y calidad humana. Y eso, en esas situaciones, no tiene precio.

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  9. Creo que es la primera vez que comento en tu blog, aunque lo sigo a diario… buff… vaya sensaciones… este post a llegado en el momento justo para mi, que en principio el próximo 14/04 saldremos de cuentas y empezaré una «nueva rutina» también… y además primerizo.. vaya sensaciones me han venido a la cabeza…
    nada, ánimos y muchas felicidades!!! me alegro que ya este todo bien!!
    saludos,

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  10. Aprovecho para felicitarte nuevamente, y hacer extensiva la felicitación por la foto. Y me permito un consejo fotográfico: además de las manos, fíjate en los pies del bebé. Yo tengo fotos de los de mis hijas y también son magníficos. No sé si esto responde a algún fetichismo atávico o es pura estética, pero los pies de los bebés molan 🙂

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  11. Aprendiz de turista, seguro que todo sale bien; es así en la inmensísima mayoría de los casos. Eso sí, te puedo asegurar que probablemente estés a punto de vivir el día más intenso de tu vida, una montaña rusa de sensaciones, felicidad extrema unida a preocupación, tensión a corto plazo porque todo salga bien, inquietud por el futuro… es una experiencia imposible de describir con palabras.
    Francisco, no te preocupes, que la pobre se va a aburrir de hacer de modelo 😀

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  12. Volviendo al tema de la mano… me diréis raro, pero por mi casa han pasado ya 5 bebés y yo, lo primero que hago, es contarle los dedos de las manos y los pies. Debe ser un miedo irracional a que falle o falte algo… no sé. Mi pareja se pone como una moto, pero yo no lo puedo evitar.
    Por eso me he fijado en la mano de Nerea… y claro le he contado los deditos. No lo puedo evitar.

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  13. Lo primero, enhorabuena.
    Lo segundo, ¿y el pintxito qué dice?
    Lo tercero, no te quejes que entre el primero y el segundo has podido descansar. Hay más emociones fuertes con mellizos. 😉

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  14. Lo seguimos por Twitter y Facebook con esa angustia y halagüeña felicidad de cigarros y sala de espera que no nos fumamos «en acompañando» al padre espectante y nervioso.
    Pero para que también te quede constancia en ésta, tu casa, muchas felicidades a toda la familia.
    Desde tu patria chica, un vago 😉

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  15. Enhorabuena. A mi me pasó como Francesc, lo de contarle los dedos a Marina y a Pau. Igual es por los Simpsons que tienen 4. O igual va a ser el temor a que «les falte algo». Me alegro que Nerea -que nombre más bonito- esté bien.
    Saludos desde Murcia.

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