En casa estamos viendo El Ala Oeste de la Casa Blanca (The West Wing). Para quien no la conozca, es una serie que cuenta el devenir del gabinete de un presidente de los Estados Unidos a lo largo de dos legislaturas y que, incluso con sus fallos (que los tiene) me parece extraordinaria y absolutamente recomendable. El hecho es que el capítulo de hoy (5×19 – Talking points) me ha resultado una lección magistral de economía moderna condensada en apenas 40 minutos.
Hablan de globalización, de libre comercio, y del efecto que eso tiene sobre los empleos en Estados Unidos, y cómo algunos intentan frenarlo.
El Presidente Bartlet cuenta la historia del rey Canuto y de cómo, para demostrar a sus vikingos sus propias limitaciones, los reunió a todos en la orilla del mar y le pidió a la marea que se retirase. La marea, como es lógico, no se retiró. Y es que el poder de los gobernantes es mucho más limitado de lo que se quiere creer.
Y no puedo por menos que pensar en todos los que siguen insistiéndole a la marea para que se retire, convencidos (o intentando convencer a los demás) de que la marea les hará caso.
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¡Qué gran serie! Yo me la acabé hace unos días y es para volver a empezar. No sé de dónde sacaron a unos guionistas tan ágiles. La mayor parte de los diálogos transcurre en idas y venidas por pasillos…
Recuerdo esa fábula, Bartlet es un excelente pedagogo. Sería una buena idea «recortar» tanto diálogo genial que hay repartido por los capítulos. Yo recuerdo uno en el que cuentan (en un pasillo, claro):
El pesimista dice «Esto ya no puede ir peor», y el optimista responde «¡Sííí, sí que podría!»
Si recuerdas o reconoces el capítulo donde aparece, por favor, anótalo y dímelo.
Saludos!
Es la única de las «grandes» series que me queda por ver, así que iré tomando nota de esos grandes momentos…
Es absolutamente fantástica. Sus fallos (para mí, principalmente, las tramas y personajes que aparecen y desaparecen sin demasiada lógica y continuidad) se disculpan por sus enormes virtudes.
Yo tampoco soy de series «grandes»: a duras penas pude completar la primera temporada de Los Soprano o de A dos metros bajo tierra, consideradas por todo el mundo como grandes clásicos. Pero ésta es deliciosa: entretenida, divertida, formativa… si Bartlet existiera le votaría forever!!!
La verdad es que no tengo «fichado» ese diálogo: no sé si es porque se me ha pasado o porque está en las dos temporadas y pico que todavía me quedan por ver. Si lo veo, te lo apunto!
que idiota