No necesitas más contenidos para aprender

Más contenidos, es la guerra

Hace unos días me llegó una oferta para suscribirme a una plataforma de contenidos con «miles de libros» y «cientos de expertos a los que seguir». Y durante unos minutos estuve valorando inscribirme hasta que me di cuenta: ¿cuántos libros tengo YA en mi lista de pendientes? ¿cuántos artículos tengo guardados en el pocket esperando a ser leídos? ¿cuántos cursos interesantes he visto pasar por delante de mis narices?
¿Realmente, si tengo un problema de aprendizaje, se soluciona con «más contenidos»?

Aprendizaje eficaz es actuar diferente

En mi discurso sobre el aprendizaje, enfatizo mucho el concepto de «aprendizaje eficaz». El aprendizaje eficaz es aquel que me sirve para actuar de forma diferente. Una formación, un curso, un libro… sólo son aprendizaje en la medida en que, después, yo cambio alguno de mis comportamientos.
mapaaprendizaje
La cuestión es… ¿cuántas veces es así? En muchas ocasiones, nos apuntamos a cursos, o compramos libros para leer… y pensamos que ya estamos aprendiendo. Nuestra conciencia se queda tranquila, «sí, mira en todo lo que estoy metido». A veces incluso vamos a las clases y leemos los libros. ¿Y luego qué? Ésa es la pregunta clave.
Hace tiempo hablaba del mapa del aprendizaje, y de cómo hay diversas rutas que podemos elegir. Algunas nos llevan hacia el aprendizaje deseado, y otras… son como un placebo que tranquiliza nuestra conciencia, pero que no nos llevan a ningún sitio.

El burladero de los contenidos

Hacer un curso, leer un libro… son opciones satisfactorias para la mente, y de muy bajo riesgo. No hay que «actuar», y por lo tanto no hay incomodidad, error, frustración… Nos da la sensación de que estamos contribuyendo a nuestro aprendizaje, pero sólo estamos haciendo un simulacro que no aporta nada.
Image result for burladero
Nos estamos refugiando tras «otra formación» para evitar salir al ruedo y torear. «No, cuando esté realmente preparado». ¿Cuándo va a ser eso? Nunca vas a estar 100% preparado. Siempre vas a tener que enfrentarte a la incomodidad. Siempre vas a equivocarte cuando te pongas manos a la obra. Siempre vas a tener que gestionar tu frustración.

Regurgitando conocimientos

De hecho, en demasiadas ocasiones esas formaciones transcurren sobre territorios conocidos. Nos refrescan cosas que ya sabemos, nos dicen cosas que nos suenan… El «cognitive ease» hace que nuestro cerebro acoja esas actividades con regocijo: es mucho más fácil digerir cosas «que ya nos suenan» que enfrentarnos de verdad a un conocimiento/habilidad que no tenemos cultivado.
Total, que hemos dedicado tiempo, energía, dinero… a una actividad que no ha contribuido a que realmente hagamos las cosas de forma diferente.

Más acción, menos formación

Cuando tengamos la tentación de apuntarnos a un nuevo curso, o de leer otro libro, deberíamos preguntarnos: ¿realmente he exprimido/puesto en práctica todos los contenidos que he consumido antes? ¿qué me va a aportar esto que quiero consumir? ¿tengo el compromiso de ponerlo en práctica, o sólo quiero calmar mi conciencia?
A partir de ahí, cada uno toma sus decisiones. Pero si no tienes una respuesta clara a todas esas preguntas… con mucha probabilidad, estarás perdiendo el tiempo.
PD.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.
PD2.- He editado este contenido como un episodio para el podcast Skillopment. Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

Formación y aprendizaje: ni necesaria ni suficiente

Formación y aprendizaje, ¿sinónimos?

Cuando hablamos de aprendizaje, muchas veces se utiliza el término «formación» como si «formación» y «aprendizaje» fueran sinónimos. «He asistido a una formación», «me van a dar un curso de formación», etc. Un sinónimo que, además, parece que funciona en los dos sentidos: ir a «una formación» equivale a aprender, y para aprender necesitas «hacer alguna formación».
Hasta cierto punto, es lógico que se produzca esta identificación. Desde nuestra más tierna infancia, nos vemos introducidos a un sistema educativo en la que «la formación» es la piedra angular. Nos pasamos 15-20 años en los que nuestra vida gira alrededor del concepto de la clase y el profesor. Parece que todo lo que aprendemos lo hacemos allí, y es normal que acabemos identificando una cosa con la otra. Obviamente no es cierto, aprendemos montones de cosas fuera del ámbito de la «formación», pero es entendible que se produzca esa asociación.

Desde mi punto de vista, la relación entre «formación» y «aprendizaje» se puede representar como un diagrama de Venn. Por un lado tenemos la formación, y por otro el aprendizaje. Y, en ocasiones, hay una intersección entre ambas donde sí, la formación genera aprendizaje. Pero también tenemos un área en la que la formación no produce aprendizaje, y otra en la que el aprendizaje se produce sin que exista formación.

Formación sin aprendizaje

Estoy seguro de que a ti también te pasa. ¿Cuántas horas de «formación» has hecho a lo largo de tu vida que se han quedado en… nada? Quizás fueron horas de colegio (aquellas horas eternas de Filosofía con Felicísimo… o la Historia de Gloria… o la química de Taranillas…). O clases de la universidad. O ese curso al que te mandaron en la empresa. Formaciones horribles, con profesores horribles, que no te hicieron más que perder el tiempo.
Image result for bored classroom
No sé a ti, pero a mí me da cierto vértigo calcular el número de horas de mi vida que se habrán perdido así, sentado en un aula «escuchando» a alguien decir cosas que no me interesaban, simplemente porque «había que hacerlo». ¿Qué aprendiste en todas ellas? Nada. Hubo formación, pero no hubo aprendizaje.

Aprendizaje sin formación

Por supuesto, también hubo formaciones interesantes y enriquecedoras que generaron aprendizaje. Como también hubo aprendizaje en otros contextos: ese libro que leíste por tu cuenta, ese vídeo de youtube que buscaste, ese foro de internet al que estabas suscrito, ese amigo que te cuenta su experiencia, ese imitar al que tienes al lado, ese proyecto que se te ocurre, que pones en marcha, en el que encuentras dificultades y te estrujas la cabeza para ver cómo resolverlo… ese «tocar de oído», ese buscar información en la biblioteca… y tantas otras situaciones en las que aprendiste sin que hubiese una «formación» de por medio.
Image result for learning and results in world bank group operations by world bank
Piensa en todo lo que sabes a día de hoy. ¿Cuánto se generó en una «formación»?

El foco está en el aprendizaje

Lo confieso, a estas alturas estoy un poco sesgado. Incluso puede que demasiado. Pero cuando oigo la palabra «formación»… me chirría. Prefiero, desde luego, la palabra «aprendizaje». Creo que pone el foco donde debe estar: en la persona que aprende, en su proceso. Un proceso en el que utilizará diversas herramientas, cualquiera que le sirva a sus propósitos. Porque eso es de lo que se trata, de sus propósitos y del trabajo que haga.

Todo aprendizaje es autoaprendizaje

Suelo decir esta frase, «todo aprendizaje es autoaprendizaje». ¿Qué quiero decir con eso? Que, estando el foco en el aprendiz, también está ahí la responsabilidad. El aprendizaje no «sucede» por el mero hecho de sentarse en una clase a escuchar a un profesor. El aprendizaje surge cuando el aprendiz toma las riendas, se implica, pone de su parte, busca las herramientas que le son útiles y hace el esfuerzo por aprovecharlas. Da igual que sea un curso, un tutorial de internet, un libro de la biblioteca, o un grupo de amigos con los que comparte un hobby.

Sometidos a las mismas circunstancias, hay gente que aprende y gente que no. De las personas que van a un curso, hay personas que lo aprovechan y personas que no. ¿Qué las diferencia? El curso es el mismo, el profesor es el mismo, el material es el mismo… la diferencia es el aprendiz, y su capacidad de liderar su propio aprendizaje.
[¿Quieres darle un impulso a tu capacidad de autoaprendizaje? ¡Descarga mi guía para diseñar un plan de autoaprendizaje eficaz!]
Hace unas semanas, en el transcurso de una charla, hablaba de esto. Una persona me decía que si no estaría yo obviando la importancia de tener un maestro, o de la «formación» en general. Que no todo podía ser «autoaprendizaje». Y creo que el punto es entender bien el concepto de autoaprendizaje: no significa ser un lobo solitario que todo lo aprende por sí mismo; sino asumir la responsabilidad del propio aprendizaje, elegir las herramientas que mejor contribuyan a él (entre las cuales, ¡claro!, puede estar la formación), y sacarles el máximo partido.
PD.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.
PD2.- He editado este contenido como un episodio para el podcast Skillopment. Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

Aprendizaje: cada momento tiene su herramienta

Me acerqué a mi hijo, que estaba afanado con el ordenador. «¿Qué estás haciendo?» «Estoy buscando una imagen para una pregunta del Quizlet». «Ah, qué interesante… ¿o sea, que ya te has estudiado el tema?» «Bueno, no, lo estoy estudiando ahora, y esto me sirve para estudiar».
Ahí me saltaron un poco las alarmas. Porque claro, hacerse tests a uno mismo (y embellecerlo con imágenes, etc…) es una herramienta estupenda para el aprendizaje… pero quizás no sea óptimo empezar por eso, especialmente si anda uno escaso de tiempo. Lo que siguió a continuación fue una conversación en la que intenté transmitir esa preocupación… aunque no sé si lo conseguí del todo.

La caja de herramientas

Siempre me ha gustado mucho el concepto de «caja de herramientas», o «toolbox». A la hora de abordar cualquier actividad, tendremos un surtido variado de herramientas que podremos utilizar.
Caja de herramientas de juguete
Cada una tiene su utilidad, contextos en los que resulta más apropiada y contextos donde menos. Un experto en la materia tendrá a su disposición un abanico más amplio de herramientas, y no solo eso, tendrá la habilidad para saber en qué momento conviene utilizar una u otra.
El problema viene cuando uno tiene pocas herramientas, y/o carece del criterio para saber cuándo toca usar cada una. Sucede entonces ese fenómeno de que «para quien solo tiene un martillo, todos los problemas son clavos». Tienes pocos recursos, y los aplicas sin conocimiento. ¿El resultado? Un proceso subóptimo, en el mejor de los casos. Un desastre en el peor.
Para un martillo todos los problemas son clavos

Las herramientas del aprendizaje

En este sentido, el aprendizaje funciona de forma parecida. Hay muchas herramientas que podemos utilizar dentro de un proceso de aprendizaje: múltiples fuentes de contenidos, unas buenas notas, un sistema para hacerse preguntas, una dinámica de repaso espaciado, mapas mentales, esquemas y resúmenes, reelaborar el contenido en forma audiovisual, la técnica de Feynman, hacer un proyecto práctico… la caja de herramientas es amplia y variada. Pero no todas valen para todo, ni son adecuadas en el mismo momento.
Es más, hay un componente completamente subjetivo, y es que la herramienta que me funciona bien a mí, quizás no te funcione a ti. Cada uno tenemos nuestras preferencias, así que no existe una caja de herramientas universalmente válida.
Learning toolbox
El objetivo de alguien que aspira a «aprender a aprender» debería ser conocer cuantas más herramientas mejor, sí; y además desarrollar su criterio y sensibilidad (personal e intransferible) para saber cuándo cada herramienta le va a ser más útil, qué combinación le dará el mejor resultado. Si no, corre el riesgo de acabar dando martillazos a diestro y siniestro.

Cómo desarrollar nuestra caja de herramientas para el aprendizaje

Dentro del modelo Skillopment para el aprendizaje y el desarrollo eficaz de habilidades, planteo que uno de los elementos fundamentales es el metaaprendizaje. El metaaprendizaje es esa capacidad de parar de vez en cuando, reflexionar sobre lo que está yendo bien y lo que podría ir mejor, y hacer cambios. Se trata de aplicar una filosofía de mejora continua al proceso de aprendizaje.
Creo que es importante tener una sana curiosidad por las herramientas de aprendizaje. Podemos esperar a que se crucen en nuestro camino, o buscarlas activamente («¿qué herramientas están usando otras personas? ¿qué herramientas recomiendan los expertos?»). En todo caso, cada vez que caiga una en nuestras manos, es interesante pensar… ¿para qué me podría servir? ¿en qué momento sería más útil?.

Y la mejor manera de saberlo es… poniéndola en práctica. Usándola en alguno de nuestros procesos de aprendizaje. A ver qué pasa. Y hacerlo con una voluntad totalmente experimental, «durante dos semanas voy a usar esta herramienta, y al finalizar ese periodo voy a sacar conclusiones». ¿Qué ha funcionado bien? ¿Qué podría haber funcionado mejor? ¿Hay algo que pueda hacer para mejorar la eficacia de esta herramienta? ¿Para qué me sirve, y para qué no?
De esta manera, a lo largo del tiempo, iremos afinando nuestro sistema. Quedándonos con lo que nos resulte más útil. Porque, al final, para eso tienen que servir las herramientas: para hacernos más sencillo conseguir nuestros objetivos.
PD.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.
PD2.- He editado este contenido como un episodio para el podcast Skillopment. Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

Abriendo caminos en tu memoria

El otro día, durante la conversación con Maribel Bainad sobre neurodidáctica, me vino a la mente una imagen metafórica que creo que viene muy al caso. Hablaba Maribel de cómo funciona nuestro cerebro, de las conexiones que se crean entre neuronas. Y de cómo esas conexiones se hacen más fuertes o se debilitan en función del uso que le demos, llegando incluso a desaparecer.
Mientras la escuchaba, lo que me vino a la mente es un camino en el campo.
Camino entre la vegetación
Si llegas a un campo virgen, o a una selva… todo es hierba, vegetación. Si quieres avanzar, tienes que crear el camino. A base de machetazos, si estás en la selva. O pisando la vegetación, si estás en un entorno un poco menos agresivo. En todo caso, si miras hacia atrás, puedes ver efectivamente tu rastro: las hierbas pisadas, el hueco que has abierto.
Pero… ¿qué sucede si ni tu ni nadie más vuelve a pasar por allí?
La vegetación, más pronto que tarde, vuelve a ocupar su lugar. Las hierbas ligeramente dobladas vuelven a recuperar su tono. Las que se han quebrado son sustituidas por otras nuevas. En un abrir y cerrar de ojos, no quedará ni rastro de tu paso. «Caminito que el tiempo ha borrado…»
Hace falta pasar otra vez. Y otra. Y otra más. Hay que quebrar las hierbas que ya existen. Hay que compactar la tierra para dificultar que crezcan otras nuevas. Así el camino se hace más perdurable.
Pero incluso así, nada es para siempre. Porque si se abandona poco a poco la naturaleza vuelve a tomar posesión de él. Ni siquiera el asfalto puede conseguir que, al cabo de los años de abandono, las hierbas vuelvan a ganar terreno.
Por eso es tan importante repasar de forma sistemática todo lo que aprendes. Y no una vez, sino de manera recurrente. Manteniendo el camino abierto, para evitar que desaparezca.
PD.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.
PD2.- He editado este contenido como un episodio para el podcast Skillopment. Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

Cinco viñetas sobre la importancia de practicar

La práctica hace al maestro

«La práctica hace al maestro». Eso dice la sabiduría popular, eso dice la ciencia… y también los dibujantes. He recopilado una serie de viñetas que hablan sobre la importancia de la práctica. Espero que te gusten y que, como a mí, te hagan reflexionar.
PD.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.

«¿Sabes la diferencia entre un aprendiz y un maestro? Que el maestro ha fallado más veces de las que el aprendiz ni siquiera ha intentado» (Fuente: Stephen McCranie)
«¿Cómo puedes dibujar tan bien? Práctica…» (Fuente: Sarah’s scribbles)
«Es fascinante la cantidad de platos que hay que romper para llegar a tener algo parecido al éxito» (Fuente: Stephan Schmitz)
«Si lo dejo, nunca seré bueno» (Fuente: 72kilos)
«¿Cuánto costaría saltarse toda la práctica y llegar directamente a la perfección?» (Fuente: Mark Anderson)

[Entrevista] Maribel Bainad, neurodidáctica aplicada


Te traigo un nuevo episodio del podcast de Skillopment, en esta ocasión con Maribel Bainad. Maribel es cofundadora de Siltom Institute y creadora de TrainApp, una aplicación orientada a canalizar las principales conclusiones de la neurodidáctica de una forma práctica para incrementar el recuerdo (y por lo tanto la efectividad) del aprendizaje. A lo largo de la conversación repasamos qué vamos sabiendo sobre cómo funciona el cerebro, cómo impacta eso en nuestra forma de aprender, y qué podemos hacer nosotros para mejorar nuestra capacidad de hacerlo de forma eficaz.
He extraído algunos cortes a modo de resumen, y los he publicado en este vídeo:

Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

Éstos son los temas que han ido saliendo en la conversación:

  • 00:21 Maribel nos cuenta quién es, y el camino que llevó a una licenciada en Farmacia a interesarse por la neurodidáctica.
  • 08:58 Repasamos la experiencia de Maribel en el mundo de la formación, y la revelación que supuso para ella darse cuenta del cada vez mayor cuerpo científico relacionado con cómo funciona el cerebro a la hora de aprender.
  • 14:31 Comentamos algunas de las evidencias que van surgiendo en el ámbito de la neurodidáctica, y de cómo al final esas conclusiones van reforzando una intuición que todos tenemos: que para aprender de verdad hay que desarrollar una serie de estrategias quizás no demasiado atractivas (repasar a lo largo del tiempo, autoevaluarse, etc.) pero sí eficaces.
  • 22:15 Hablamos sobre «qué es aprender», y la diferencia entre aprender «para pasar un examen» (y luego olvidarse) y aprender «para adquirir habilidades y conocimientos» de verdad.
  • 27:45 Comentamos las dificultades existentes, tanto desde el punto de vista corporativo como del individual, para aplicar estas ideas con todas sus consecuencias. Al final nos exigen esfuerzo, tiempo, recursos… y nos cuesta dedicárselos.
  • 34:12 Entramos en el mundo de las neuronas, y en cómo es la fisiología del aprendizaje. La formación de sinapsis entre neuronas (y la necesidad de reforzar esa unión para que no se debilite), la neuroplasticidad o el carácter asociativo de la memoria.
  • 41:26 Repasamos algunas estrategias concretas para apoyar la forma en la que el cerebro aprende: repaso espaciado, autoevaluación, aprendizaje intercalado, relación con conocimientos previos, explicar a otros lo que aprendes, aplicación en proyectos prácticos… al final, se trata de interiorizar y automatizar lo que aprendemos, para tenerlo realmente disponible a largo plazo.
  • 59:51 Maribel nos cuenta cómo una aplicación como Trainapp puede ayudar a aplicar todas esas estrategias de una forma concreta.
  • 1:11:22 Reflexionamos sobre la sensación de que la metodología existe, la tecnología nos puede ayudar… y que lo que realmente hace falta es asumir el cambio de mentalidad a la hora de aprender.
  • 1:14:45 Para concluir, Maribel nos plantea una serie de recomendaciones orientadas a mejorar la manera en la que aprendemos.

PD1.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.

Ser efectivo te ayuda a aprender más y mejor


Hace unos días tenía una interesantísima conversación con José Miguel Bolívar en la que hablábamos sobre efectividad y aprendizaje. Realmente, tal y como comento en la entrevista, creo que hay una relación muy importante entre ambas materias: no sólo porque la efectividad sea una competencia susceptible de ser aprendida (que lo es), sino también porque ser efectivo contribuye a que aprendas más y mejor.
Durante la entrevista abordamos este tema, pero creo interesante rescatar cuáles son, desde mi punto de vista, las formas en las que la efectividad contribuye al aprendizaje (nota: haré referencias a GTD como metodología de efectividad, porque es lo que más conozco, pero sólo como excusa para elaborar el argumento).

  • ¿Qué pinta un aprendizaje concreto en nuestra vida? Es fácil ilusionarse por «querer aprender cosas», y meternos en distintos procesos de aprendizaje, pero… ¿realmente es algo que queremos en nuestra vida? Desde una perspectiva de efectividad se hace mucho énfasis en hacer una visión panorámica de nuestras prioridades a medio-largo plazo (los distintos «niveles» de GTD, o las piedras grandes y pequeñas de Covey). ¿Qué lugar ocupa realmente ese aprendizaje en nuestras prioridades? ¿Cómo contribuye a nuestros objetivos a largo plazo? Es una reflexión que puede servir para filtrar lo que realmente queremos aprender y lo que no.
  • La definición de «proyecto» en el ámbito de la efectividad es bastante exigente. Nos obliga a ponernos en «modo visión», en entender bien cuál es nuestro «lugar de llegada». No basta plantearse «aprender inglés», hay que profundizar más… ¿qué nivel quiero alcanzar? ¿Para qué lo voy a usar? ¿Cómo sabré que efectivamente he alcanzado lo que quería alcanzar? Fortalecer y tener constantemente presente esta «visión de llegada» puede ser muy útil para acotar y dirigir nuestros esfuerzos de aprendizaje.
  • El hábito de capturar es otro elemento esencial de las metodologías de efectividad. Constantemente, durante un proceso de aprendizaje, surgen «hilos» de los que ir tirando. Alguien te recomienda un libro, en ese libro se recomiendan otros autores, otro día ves una charla en la que aparecen cinco conceptos nuevos, se te ocurren tres ideas sobre cómo poner cosas en práctica… Ante esto, corremos dos riesgos: uno, el lanzarnos «como pollos sin cabeza» tras cada hilo que aparece, consiguiendo dispersar nuestra atención y nuestros esfuerzos. O dos, «dejar pasar» esos hilos sin apuntarlos («ya me voy a acordar, seguro») sólo para descubrir que al cabo de un rato lo hemos olvidado. Por eso, cultivar el hábito de capturar (solo capturar; ya habrá momento de procesar) puede venirnos muy bien.
  • Procesar es el hábito complementario a la captura. Sí, has identificado un montón de hilos de los que tirar… y ahora es el momento de decidir qué hacer con ellos. ¿Qué es, qué significa, qué me aporta? ¿Cómo encaja en nuestro esquema global de aprendizaje? ¿Los abordamos directamente? ¿Los dejamos para más adelante? ¿Los archivamos? Siempre hay más cosas por hacer que tiempo para hacerlas, así que es necesario aplicar un filtro consciente a todo lo que se nos acumula.
  • Las metodologías de efectividad ponen el foco en la acción. El concepto de «next action» en GTD obliga a ser muy exigente en la definición de tareas. «Aprender inglés» no es una tarea. «Leer el libro de inglés» no es una tarea. «Hacer los ejercicios 1 al 5 de la página 48» sí es una tarea. Si somos capaces de destilar una «intención» hasta convertirla en una acción concreta (que ya habremos valorado si queremos hacer o no, cómo contribuye a nuestros objetivos, etc…), luego seremos mucho más capaces de «ejecutar» sin perder tiempo en replantearnos las cosas.
  • El hábito de la revisión es fundamental de cara a la efectividad. Ser capaces de parar y plantearnos dónde estamos con nuestro proyecto de aprendizaje. ¿Tenemos claro por dónde estamos avanzando? ¿Qué está funcionando y qué no? ¿Sigue siendo relevante este aprendizaje? ¿Por dónde debemos avanzar?

Muchas veces decimos que nos falta tiempo para aprender. Pero como dice José Miguel en la entrevista, «no nos falta tiempo; nos falta foco». La efectividad nos puede ayudar mucho a ganarlo.
PD1.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.
PD2.- He editado este contenido como un episodio para el podcast Skillopment. Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

[Entrevista] José Miguel Bolívar, efectividad y aprendizaje


¿Qué es la efectividad? ¿Cómo se aprende a ser efectivo? ¿Cómo nos puede ayudar la efectividad para aprender cualquier otra cosa?
Te traigo un nuevo episodio del podcast de Skillopment, en esta ocasión con José Miguel Bolívar. José Miguel es consultor artesano en efectividad, uno de los principales expertos en la materia, licenciatario del método GTD en España y un viejo conocido del blog al que ya tuve ocasión de entrevistar en el pasado en su faceta de profesional independiente.  La efectividad y el aprendizaje son dos de sus grandes pasiones, y de esa relación (cómo se puede aprender a ser efectivo, y cómo ser efectivo te ayuda a aprender) hablamos a lo largo de toda la entrevista.
Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

Éstos son los temas que han ido saliendo en la conversación:

  • 01:30 – Empezamos definiendo qué es la efectividad (y su diferencia con eficiencia y eficacia), y su carácter de competencia transversal, su importancia para el trabajador del conocimiento y lo «antinatural» que resulta a priori.
  • 11:30 – Repasamos la trayectoria de José Miguel, su relación con la efectividad a lo largo del tiempo (su descubrimiento del método GTD, los inicios de su blog, la creación de ÓptimaLab…), y cómo finalmente acaba haciendo de ello su profesión.
  • 27:10 – Volvemos al carácter de la efectividad como competencia y, como tal, algo desarrollable. ¿Cómo se puede desarrollar la efectividad?
  • 31:03 – Hablamos de su carácter de hábito, y los límites de «un curso de formación» para generar transformación. El proceso de aprendizaje es largo y exigente, y no puede ser de otra manera. También comentamos la importancia de la «aplicación práctica» del aprendizaje a tu propia realidad, vs. un aprendizaje de conceptos genéricos.
  • 38:03 – El elemento crucial del aprendizaje es la motivación. No de «estar ilusionado», sino de «tener motivos» que compensen el esfuerzo que conlleva el aprendizaje.
  • 40:55 – ¿Qué errores comete la gente cuando aborda este aprendizaje? ¿Qué elementos diferencian a quienes lo consiguen de quienes no? Hablamos de la falta de humildad (la «ilusión de conocimiento» que nos hace despreciar los métodos existentes), la aversión al esfuerzo (cuando la realidad es que si nos cuesta es que está funcionando, porque estamos cambiando nuestros hábitos inconscientes), y la falta de perseverancia (la necesidad de aguantar «los baches» del proceso). Como dice Francisco Alcaide, el compromiso es hacer lo que es necesario durante el tiempo necesario.
  • 52:40 – ¿Cómo puede la efectividad ser útil de cara a cualquier otro proceso de aprendizaje? Me refiero a los problemas más habituales que la gente afirma que tiene para aprender, y cómo la efectividad puede ayudar a definir la visión, a tener clara la motivación («la gente confunde la motivación con la intención»), a mantener el foco («sobra tiempo, falta foco»), el papel de las revisiones… y cómo dedicar tiempo a los hábitos efectivos puede, de forma aparentemente paradójica, ahorrarnos tiempo a futuro. (Relacionado: Ser efectivo te ayuda a aprender más y mejor)
  • 01:07:06 – Comentamos otras competencias transversales que pueden estar a la par con la efectividad en términos de importancia. Hablamos de pensamiento crítico, de aprendizaje, de comunicación efectiva, negociación…

PD1.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.

Construyendo tu árbol del conocimiento

Luchando contra el olvido


Cuando terminé de leer el libro, pensé “sí, señor, ¡qué interesante!”. Tenía sentido, encajaba con lo que ya sabía, aportaba varias ideas adicionales. En resumen, una buena lectura, ¡qué bien que lo leí!
Pasados unas semanas, quise hablarle del libro a un compañero. Me sonaba que había algo en él que merecía la pena rescatar. ¿Cuál era esa idea tan interesante que contenía? Sí, hombre, si venía que ni pintada en esta conversación. Pero… no fui capaz de recordarlo, más allá de una cierta sensación nebulosa de que “me había gustado”.
Si ahora me preguntas qué libros leí el año pasado, y qué aprendí de ellos… a lo mejor te sorprende mi cara de haba, pero es posible que no recuerde la mayoría de las cosas que leí. Conclusión: las horas dedicadas a su lectura han sido un desperdicio.
Uno de los errores que cometemos cuando nos sumergimos en un proceso de aprendizaje es que consumimos muchos contenidos, pero consolidamos poco. En el momento en el que estamos leyendo, o viendo un vídeo, o asistiendo a una charla… es fácil tener la sensación de que “es interesante”. Podemos encontrar relaciones con otras cosas que ya sabemos. Y estamos seguros (cómo no estarlo… ¡ni que fuéramos tontos!) de que lo recordaremos.
Pero la realidad es que las ideas se diluyen con gran velocidad. Si no hacemos un trabajo de condensarlas, se nos escapan, erosionando gravemente la eficiencia del aprendizaje. ¿Dónde quedan las decenas y decenas de horas dedicadas a leer, escuchar… ideas que luego no somos capaces de recuperar?
No se trata de volverse locos y convertirse en “máquinas archivadoras”, pero sí de poner en marcha algunos hábitos que nos permitan sacar un mayor rendimiento al tiempo y esfuerzo dedicados al aprendizaje.

Empecemos por tomar notas

Tomar notas es el primer paso. Mientras leemos un libro, o vemos una charla, conviene tener a mano un papel y un bolígrafo para ir anotando ideas (habrá quien prefiera medios digitales, pero yo sigo considerando que la flexibilidad que te da un papel en blanco para organizar la información todavía no está equiparada por la tecnología… y además parece que ayuda a que nuestro cerebro lo procese mejor). No se trata de recopilar palabra por palabra lo que estamos escuchando, sino de hacer un ejercicio paralelo de extracción de las ideas que nos parezcan más importantes/llamativas, de darles orden y jerarquía, de añadir las ideas adicionales que nos surjan mientras escuchamos, de anotar relaciones que nos sugieran… en definitiva, de poner negro sobre blanco (en la medida de lo posible) todos los procesos mentales que se vean estimulados por el contenido que estamos consumiendo.

Hay decenas de “métodos” para tomar notas, y cada uno puede explorar hasta encontrar la combinación que le resulte más cómoda. Al final, por encima de los detalles que pueda aportar un método u otro, lo importante es tener una “versión física” del contenido que hemos procesado y de las ideas que nos ha sugerido.
Es importante, también, dedicar un par de minutos al terminar para sacar las conclusiones principales, las tres o cuatro ideas que nos parecen más relevantes y que hacen que ese contenido merezca la pena. Nos ayudará más adelante, a la hora de recordar de un vistazo.
Archivar las notas es el siguiente paso lógico: ya que hemos hecho el esfuerzo de construir nuestras notas, procuremos archivarlas de algún modo para futura referencia. Podemos optar por un archivo físico o por uno digital, el objetivo es el mismo: poder recuperar las ideas cuando sea necesario. Para eso conviene acudir a algún sistema, aunque sea básico, de clasificación y etiquetado; pocas cosas hay más frustrantes hay que buscar algo que sabes que tienes pero que no sabes dónde está.
(Hace un tiempo escribí sobre los ocho errores que cometemos al tomar notas…)

Consolidando el conocimiento

En todo caso, no deberíamos demorar mucho el momento de procesar nuestras notas. Porque las notas por sí mismas tampoco tienen mucho valor, son píldoras de conocimiento disperso. El valor aflora sobre todo cuando ponemos en relación ese nuevo conocimiento con el que ya tenemos. Nuestro cerebro funciona así, asociando ideas, anclando lo nuevo a lo que ya sabemos. Y lo hace de una forma bastante física, a través de la creación y fortalecimiento de sinapsis neuronales. De esta forma se consolida el aprendizaje, se recuperan los recuerdos, y surge la creatividad.
Nuestro objetivo, en este punto, es realizar un ejercicio de consolidación consciente, reforzando así los procesos automáticos. Queremos tener un “resumen actualizado de todo lo que sabemos de la materia”: una especie de árbol del que van surgiendo nuevas ramas a medida que añadimos conocimiento, a medida que profundizamos por una línea de razonamiento.

Cuando procesamos las notas procedentes de un nuevo contenido, lo que hacemos es ver cómo encajan esas nuevas ideas en el árbol que ya venimos construyendo. Quizás suponga crear una nueva rama, o quizás una pequeña rama secundaria. A lo mejor sirve para reforzar unas ideas que ya teníamos, pero dándoles mayor grosor. Quizás sean ejemplos que nos permitan visualizar mejor unas ideas que teníamos difusas. O una relación entre ramas que hasta ahora no habíamos visto. A veces lo que queremos añadir supone que tenemos que darle la vuelta y reorganizar todo lo que ya sabíamos, porque hay un nuevo enfoque que hace que todo encaje mejor. No importa. Es un trabajo en permanente construcción; pero, en cualquier momento, refleja nuestro mejor entendimiento de la materia, e integra todo lo que hemos ido aprendiendo, de distintas fuentes, a lo largo del tiempo.

¿No tienes tiempo para eso?

Podemos pensar que hacer todo esto supone demasiado tiempo, un tiempo que no tenemos. Ante esto, quizás haya que plantearse dos cosas. La primera es que sí, es una dedicación adicional de tiempo; pero sobre todo es una cuestión de hábito, de automatizar. Lo que al principio nos puede parecer una tarea engorrosa, se convierte por la fuerza del hábito en una extensión natural del consumo de contenidos.
Porque, y ahí viene la segunda reflexión, si no lo hacemos… ¿estamos realmente aprendiendo? ¿estamos aprovechando el tiempo que estamos dedicando a consumir contenidos? Si lo que nos preocupa es el tiempo, más nos vale hacer un esfuerzo consciente en sacarle rendimiento. Es mejor consumir menos contenidos (pero procesarlos mejor) que consumir mucho sin consolidar. Porque eso sí es perder el tiempo.
PD.- Una versión inicial de este artículo se incluyó en mi ebook «Skillopment: aprende a desarrollar cualquier habilidad de forma eficaz». Puedes descargar el ebook aquí.
PD2.- Si te interesan los contenidos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidadessuscríbete a la lista de correo de Skillopment. O pulsa aquí si quieres saber más sobre el proyecto Skillopment.
PD3.- He editado este contenido como un episodio para el podcast Skillopment. Recuerda que puedes revisar todos los episodios del podcast, y suscribirte al mismo tanto en iVoox como en iTunes.

Un ejemplo de microaprendizaje a demanda: audacity y el podcast


El otro día viví una experiencia de «microaprendizaje a demanda«. Pero mejor primero la cuento, y luego le ponemos la etiqueta.
Desde hace unos meses vengo experimentando en el mundo de los podcasts. Lancé primero el podcast Skillompent (con entrevistas y reflexiones sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidades), y más recientemente «Diarios de un knowmad» (sobre desarrollo personal y profesional para trabajadores del conocimiento). El caso es que cuando empecé a hacerlos, elegí la herramienta Audacity para grabar y mezclar el audio.
¿Por qué Audacity? Pues porque es software libre que de hecho tenía instalado desde hace siglos. Tampoco es que nunca lo hubiera usado mucho, un poco de trasteo de higos a brevas… en fin, lo suficiente como para conocer los rudimentos pero desde luego no como para considerarme un experto.
El caso es que durante estos meses he estado grabando y editando los podcasts con ese conocimiento básico. Salía con el empleo, pero con la sensación de que había cosas que tenían que ser más fáciles. Así que el otro día estaba trasteando en Youtube y llegué a un vídeo donde una persona mostraba cómo editaba un episodio de su podcast de principio a fin. Lo estuve viendo y «¡oh!». De repente vi cómo el tipo hacía de forma sencilla algo que yo llevaba rumiando un tiempo (en concreto; cómo ajustar el inicio de una pista con el final de otra… yo lo hacía metiendo silencio si quería llevarlo a la derecha, o cortando a ojo si quería llevarlo a la izquierda… en fin, pedalero total). «Anda, mira, lo que hace es cortar la pista con esta opción… y luego usa esta herramienta para arrastrarlo a derecha e izquierda». Y… «anda, mira, aplica un filtro que se llama compresión y que mejora el audio». Y… «anda, mira, para que no se le acumulen cosas en la pantalla se pueden minimizar las pistas». Y… «anda, mira, si se puede editar el mono en vez de en estéreo y no pasa nada».
En definitiva, cuatro cosas super concretas, directamente aplicables, que resuelven problemas concretos que yo tenía. No voy a tener que tomar apuntes, no voy a tener que repasar. No es un «curso experto en edición de audio», ni un «tutorial completo de Audacity». Simplemente son un conjunto de microhabilidades que he incorporado de forma natural e inmediata a mi repertorio.
Hablamos de «microaprendizaje», porque no he tenido que hacer un curso de x semanas para adquirirlo, ni leer un libro de no sé cuántas páginas. Ha sido algo que se ha resuelto de forma concreta y rápida.
Y hablamos de «a demanda«, porque la inquietud por explorar eso ha surgido de una necesidad mía, que ha sido la que me ha impulsado a buscar una respuesta (y de paso he encontrado un par de tips más).
El caso es que, si te paras a pensar, hay muchas cosas que aprendemos así. Tenemos un problema, buscamos la solución. Si es algo que hacemos de forma mínimamente recurrente, el aprendizaje se interioriza de forma natural, casi sin esfuerzo. Te invito a pensar en todo lo que sabes a día de hoy… y cuánto ha venido de esta forma. A lo mejor eso debería darnos alguna pista…