¿Qué son las anclas de carrera?
El modelo de anclas de carrera fue esbozado por Edgar Schein hace más de 40 años. Y lo que viene a decir es que cada uno tenemos una serie de inclinaciones naturales a la hora de tomar decisiones en nuestra carrera profesional.
Schein define un «ancla de carrera» como «una combinación de áreas percibidas de competencia, motivaciones y valores relacionada con la toma de decisiones en la carrera profesional». Y lo que hace es identificar 8 anclas genéricas, con las que cada uno nos identificamos en mayor o menor grado.
¿Sabes aquello de «la cabra tira al monte»? Pues las anclas de carrera son «el monte» al que cada uno de nosotros tiramos.
Decisiones profesionales
Seguro que, a estas alturas de la vida, ya has tenido que tomar alguna decisión relevante en tu carrera profesional. De hecho, desde que te planteaste «qué voy a estudiar» ya empezaste a tomar decisiones. Luego vienen más: qué tipo de trabajo me apetece, dónde voy a echar el curriculum, cómo me gustaría progresar en mi empresa, trabajo por cuenta ajena o por cuenta propia, cómo respondo a esta oferta que me han hecho, cuál quiero que sea mi próximo trabajo, qué estoy dispuesto a sacrificar por mi trabajo…
Algunas de estas decisiones son buscadas, somos nosotros mismos quienes las impulsamos. Otras son sobrevenidas: se nos plantean sin esperarlas. Y en todo caso tenemos que elegir (incluso si la decisión es «no hacer nada al respecto»).
A la hora de decidir, podemos hacer un análisis más o menos racional. Buscamos datos, pensamos en ventajas o inconvenientes… Pero, al menos en mi experiencia, siempre hay una «vocecita interior» que de alguna manera te marca el camino. Te hace sentir que una opción puede ser para ti, y que otra ni de coña. ¿No te ha pasado a ti también?
Nadar a favor de la corriente
Esta «brújula interior», este compás, es lo que Schein define como «anclas de carrera». Y, aunque todos lo sintamos de alguna manera inconsciente, es interesante explorarlo de forma consciente. ¿Cuáles son mis anclas de carrera? Si lo sé, podré incorporar ese factor a mi toma de decisiones.
¿Y por qué es importante? Porque, cuando estamos en una situación profesional que no está alineada con nuestras anclas… estamos incómodos. Es como nadar contra la corriente. Sí, se puede hacer, pero estás a disgusto y acabas agotado. Y es fácil engañarse a uno mismo, dejarse deslumbrar por determinadas promesas y tomar decisiones que, en el fondo, sabemos que no van con nosotros. A la larga lo acabamos pagando.
Por contra, cuando estamos en una situación profesional en línea con nuestras anclas… las cosas fluyen de otra manera. No quiere decir que todo vaya a ser fácil; pero al menos estaremos yendo a favor de nuestras inquietudes.
Conoce tus anclas
Para evaluar cuáles son tus anclas de carrera, existen cuestionarios (aquí en versión oficial, y aquí en versión «amateur»). Se trata de responder a una serie de preguntas, indicando si estás más o menos de acuerdo con las afirmaciones que te van planteando. «Para mí el éxito consiste en desarrollar mis capacidades técnicas o funcionales hasta convertirme en un experto» o «Me encuentro satisfecho con mi vida sólo cuando consigo alcanzar un equilibrio entre las exigencias de mi vida personal, familiar y profesional», por ejemplo.
No hay respuestas correctas o incorrectas. Se trata de responder «desde las tripas». Cuando yo he hecho el cuestionario, ha habido preguntas que «me han dejado frío», mientras que otras han resonado mucho (a favor o en contra). Y ésa es la cuestión: a través de esas respuestas sale a la luz lo que te mueve, lo que te motiva.
El resultado es un perfil de anclas de carrera, en el que se muestra por cuáles tienes más afinidad y por cuáles menos. Normalmente todos tenemos un poco de todo, pero también hay alguna que destaca. Y suele ser bastante revelador.
Éstas son mis anclas de carrera
Cuando hice la autoevaluación de anclas de carrera, las que me salieron más destacadas (y además con diferencia) fueron dos: autonomía/independencia y estilo de vida integrado.
- La primera quiere decir que «tengo una necesidad primaria de trabajar bajo mis propias normas, que me cuesta ceñirme a las órdenes de otros y que prefiero trabajar solo». Salió porque he respondido de manera muy visceral a preguntas como: «Preferiría dejar mi empresa antes que aceptar un puesto que limite mi autonomía y libertad», «La oportunidad de realizar un trabajo según mis propios criterios, sin normas y limitaciones es más importante para mí que la seguridad» o «Alcanzo el éxito en mi carrera sólo si logro autonomía y libertad plena».
- La segunda, que «veo la vida como un todo, y que más que equilibrar la vida personal y la profesional prefiero integrarlas. Y que puedo llegar a tomarme tiempo alejado del trabajo para dedicarlo a otras cosas». En este caso la visceralidad apareció ante frases como: «He buscado siempre oportunidades profesionales que no interfieran demasiado con mis preocupaciones personales y familiares» o «Preferiría dejar mi empresa antes que ocupar un puesto que comprometa mi atención a mi familia y vida personal».
Vamos, mi vivo retrato :D. Me resultó curioso ver «negro sobre blanco» algunas sensaciones internas que ya tenía de siempre. Y que, si miras las decisiones que he ido tomando a lo largo de los años, resultan bastante consistentes. Cualquiera que conozca mi trayectoria podrá leerla con facilidad en clave de esas dos anclas.
Nunca me han movido realmente otras motivaciones (como «ser un experto» o «ser directivo» o «la estabilidad/seguridad» o «el emprendimiento»…). A veces he podido creer que sí, y he tomado decisiones que me han llevado por caminos… donde más pronto que tarde he salido rebotado. Soy capaz de recordar situaciones, incluso conversaciones concretas, que estaban tan en contra de mis anclas que… buf, todavía me dan escalofríos.
Lo curioso, también, es darse cuenta de que estas anclas son las mías. Pero que otras personas tienen las suyas propias. Y que cada uno, enfrentado a la misma situación, elegirá de manera diferente. Lo importante no es elegir «lo correcto», sino elegir «lo correcto para mí».