La jaula de oro

Jaula de oro Golden cage

En los comentarios de mi entrada anterior, Gonzalo saca a la luz un término que siempre me ha gustado mucho por lo descriptivo que resulta de una situación: «la jaula de oro»
Jaula y oro. Algo (el dinero) que se supone que debería poder proporcionarte toda la libertad del mundo, y que paradójicamente acaba restringiendo tus alternativas de actuación, convirtiéndose en una atadura.
Laboralmente, se habla de jaula de oro a la situación en la que uno, después de progresar profesionalmente, alcanza una posición (y una remuneración) muy elevada. Tanta que, cuando se plantea cambiar de trabajo, se encuentra con que la inmensa mayoría de las alternativas son peores (desde el punto de vista económico).
Y es muy difícil pasar a una situación peor en términos económicos. Primero, porque psicológicamente es complicado de asumir (es una especie de sensación de «fracaso», por mucho que lo queramos racionalizar). Y segundo, porque los humanos somos como somos, y tendemos a desarrollar un tren de vida acorde con nuestros ingresos; cuanto más ganamos, más gastamos. Alguien que ha llegado a su «jaula de oro» probablemente ha desarrollado una estructura de gastos a su alrededor (una buena casa, o varias; un buen coche, o varios; que si un club de no sé qué, los viajes, las comidas en restaurantes caros, los niños en colegios privados, las aficiones caras…) que hace desaparecer casi todos los ingresos, por muchos que estos sean. En estas circunstancias, reducir de forma importante los ingresos es algo difícilmente planteable (al menos de forma voluntaria) por cuanto supondría un cambio radical en el estilo de vida.
¿Y entonces? Nos encontramos con personas que ganan mucho dinero, pero que ven muy restringidas sus alternativas de elección de cara al futuro; quedan descartadas todas las opciones que signifiquen ganar menos. Pero, lo que es peor, quienes están en esta situación se ven altamente expuestos a que un cambio en las circunstancias (un despido, una enfermedad, un accidente) les deje «con el culo al aire», con una estructura de gastos muy cara de mantener, con capacidad para evaporar los ahorros sin darse cuenta.
Al final el concepto de la jaula de oro tiene mucho que ver con la carrera de la rata. Es una situación aparentemente atractiva (¡con lo que mola tener dinero!), pero con un reverso tenebroso. Creo que la mejor forma de evitar caer en ella es viajar siempre «ligero de equipaje», es decir, procurar mantener bajo control nuestra estructura de gastos y nivel de vida a pesar de que podamos ingresar mucho, de forma que ese nivel de ingresos no sea una necesidad (y por lo tanto una restricción) y podamos plantearnos otras alternativas de vida.