El otro día estuve haciendo unas fotos para Triopic, intentando sacar decentemente uno colgado en la pared a modo de «demostración». No me di cuenta en el momento de sacarla, pero luego revisándolas caí en que esta foto en concreto tiene muchos matices especiales para mí. En una misma foto está mi proyecto, están mis raíces, está mi herencia, y está mi futuro. Triopic es mi más reciente proyecto; está dando sus primeros pasos, poco a poco, pero confío mucho en sus posibilidades. Está mi futuro, mi hijo Pablo, que ya dejó atrás lo de los primeros pasos y crece cada día en todos los sentidos. Están mis raíces, Salamanca, mi ciudad de origen; por mucho que haga 15 años que no vivo allí, sigue siendo «mi ciudad». Y está mi herencia porque la foto que ilustra este Triopic la hizo mi padre.
En fin, ya veis que tontería, cómo una foto intrascendente se convierte en algo con significado.
mis fotos
Efecto tiltshift con photoshop
Hoy he estado jugando un rato con el photoshop, y haciendo un «efecto tiltshift«. En teoría, este efecto se puede conseguir «de verdad» con objetivos descentrables (no me he parado a entender la lógica del asunto, la verdad). El caso es que también se puede simular con photoshop.
La idea es tomar una foto de una escena real, y darle un aspecto como de «maqueta». La escena real, tomada a una cierta distancia, hace que la profundidad de campo sea muy grande (o sea, todo está enfocado). Si la foto fuese de una maqueta se habría tomado desde una distancia muy pequeña y, por lo tanto, la profundidad de campo sería menor; es decir, que sólo una parte de la foto estaría enfocada, existiendo un desenfoque progresivo por delante y por detrás.
Pues bien, el truco está en simular ese desenfoque. Se trata de aplicar un filtro «desenfoque de lente» o «lens blur» utilizando además una máscara de degradado (que es lo que nos va a permitir tener una zona enfocada y aplicar el desenfoque progresivamente). En mi caso, además, había que hacer un ajuste, salvando del desenfoque la parte alta del tractor (que, al estar en el mismo plano que la base, tenía que estar igualmente enfocado). La técnica sale mejor si se aplica a una foto tomada desde una perspectiva elevada; permite aplicar mejor el degradado, y además «simula» mejor la perspectiva que tendríamos si, efectivamente, estuviésemos viendo una maqueta.
En fin, un rato divertido para un resultado curioso.
La luna en los viñedos
Como creo que hace mucho que no traigo por aquí alguna de mis fotos… pues vamos allá. Ésta la saqué ayer, que estuvimos de excursión por La Rioja. Una de esas casualidades que se dan de vez en cuando: que haya luna llena, que haya un atardecer claro, y que tú hayas decidido salir a hacer fotos trípode incluído.
Ante la imposibilidad de enfocar correctamente viñas y luna, opté por dar el protagonismo a esta última. Las viñas, difuminadas y apenas iluminadas con los últimos rayos de sol, actúan poco más que como un marco de contraste.
Por cierto, la foto tiene truco. En el original, la luna era más pequeñita… una pena, teniendo en cuenta que iba a ser la «prota». Así que, Photoshop en mano, la he agrandado (de forma muy sencilla; seleccionar el trocito de la luna tomando la precaución de suavizar los bordes, copiar como nueva capa, transformación libre… y ya está) hasta que ocupara un espacio un poco más digno. ¿Trampa? Bueno, ¿y qué?
Primera experiencia fotografiando a modelos
El otro día surgió una estupenda oportunidad: el Ayuntamiento de Aranda de Duero nos ofrecía, a los que habíamos sido alumnos de los cursos de fotografía organizados por ellos, la posibilidad de participar en una sesión fotográfica colectiva. ¿El objetivo? La Reina y las Damas de Honor de las fiestas (que se celebran en septiembre). Para mí, la primera vez que podía participar en una sesión con «modelos» (vale, totalmente amateurs, pero modelos al fin y al cabo).
Fue una experiencia muy interesante, que me permitió aprender algunas cosas:
- Preproducción: suena demasiado «profesional», pero lo cierto es que merece la pena dedicar un tiempo, antes de la sesión, a pensar: ¿qué fotos quieres obtener? ¿dónde las vas a hacer? ¿será bueno el fondo, será buena la luz? Si lo llevas pensado, puedes ir mucho más directo al grano. Si no, acabas haciendo fotos «según vengan».
- Mejor en manual: definir unas condiciones (iso, apertura, velocidad) constantes a lo largo de la sesión (al menos mientras mantengas el mismo escenario y las mismas condiciones de luz) hace que obtengas unos resultados más consistentes. Confiar en hacer una nueva medición cada vez que haces una foto genera demasiada variabilidad… por no hablar de cuando haces la medición mal y obtienes fotos quemadas u oscuras (algo que sienta especialmente mal cuando la expresión de la modelo es perfecta… y tú has perdido esa foto por estar mal expuesta).
- La importancia del entorno: vale, no es ninguna novedad. Pero me di cuenta haciendo estas fotos de lo difícil que es equilibrar todos los elementos de la foto; que el fondo sea adecuado, que la iluminación del fondo y de la modelo estén bien, que no haya ningún elemento de distracción… digamos que son cosas que «sabes», pero que nunca había prestado tanta atención.
- Algunas fotos, mejor no hacerlas: te puede parecer que la foto estaría bien, «si no fuera por…» (la luz, o el fondo, o lo que sea). A pesar de eso, la haces. Y el resultado es, efectivamente, insuficiente. Si no tienes medios para solucionar los «si no fuera por», mejor buscar otra foto que insistir
- La complicidad, lo más importante. En nuestro caso, éramos 10 fotógrafos contra 3 chicas jóvenes, ellas un punto intimidadas con la situación y nosotros sin ninguna experiencia en «dirigir» modelos. En estas circunstancias, las poses tendían a ser muy iguales todo el rato, formales, y con el gesto poco relajado. Si hubiéramos conseguido que estuvieran más cómodas, y si hubiésemos tenido más iniciativa para «llevarlas», seguro que habrían surgido gestos mucho más espontáneos y divertidos. Y además hubiese sido posible sugerir poses un poco diferentes, para fotos diferentes.
- Instantes fugaces: en una sesión de este tipo te das cuenta de lo difícil que es captar la foto justo en el momento adecuado. Esa postura, ese gesto, esa sonrisa, esos ojos… están ahí un momento y al siguiente han cambiado. Imagino que una modelo profesional es más capaz de sostener una determinada pose más tiempo, pero en el caso de los «amateurs» es más difícil. Y si no has hecho la foto en ese momento… se fué.
- Tres peor que una: si ya es difícil captar el gesto adecuado en una única modelo, cuando coinciden las tres en la toma la dificultad se triplica, porque tienen que coincidir las tres en el gesto perfecto. Con que una no lo haga, por mucho que las otras dos estén fenomenal, la foto ya no es lo mismo
- Mejor sólo que acompañado: esto es una obviedad. Pero compartiendo sesión con otros 10 fotógrafos todo es más complicado, no puedes «disponer» de las modelos todo el rato, las miradas van de un sitio a otro, te cruzas por delante de otro u otro por delante tuyo, compites por determinadas posiciones… aunque también, siendo como en este caso una actividad «recreativa», te lo pasas mejor compartiéndola con los otros compañeros
En fin, que estuvo más que entretenido. Las chicas fueron muy pacientes con nosotros, y creo que al final salieron un puñado de fotos interesantes. Como siempre, algunas de ellas (hice decenas, pero he preferido reducir la selección) en mi flickr.
La foto del Grupo Planeta
Saqué esta foto a principios de 2008; una día que bajé a Madrid con tiempo libre, y con la cámara recién estrenada, estuve por la zona de Colón, Recoletos y Cibeles sacando fotos. Ésta, en concreto, corresponde a la entrada de la sede del Grupo Planeta en el Paseo de Recoletos. Como suelo hacer, la subí a Flickr con una licencia CC-BY.
El otro día, viendo las estadísticas de Flickr, noto que esta foto está recibiendo alguna visita. Identifiqué el origen: un post de Ahorrodiario que tomaba la foto prestada, identificando al autor y enlazando a su origen. Y yo, como ya he dicho anteriormente, encantadísimo de que usen mis fotos.
El caso es que me avisan por Twitter de que la foto que ilustra la noticia usada como fuente (concretamente, en el Ideal) guarda un sospechosísimo parecido con la mía. Solo que ahí, lejos de citar a su autor, ponen que es de «Archivo». Antes de decir nada, cogí ambas fotos por separado y las monté… para despejar cualquier tipo de duda respecto a que era la misma foto. Lo era.
Ya imaginaba yo que algo así tenía que ser encabronante. Y lo es. La foto se encuentra publicada con licencia CC-BY; es decir, que es posible utilizarla para cualquier fin (incluso comercial) con un único requisito: citar al autor. Precisamente por eso, cuando uno no pide nada más que la correcta atribución de la autoría, resulta especialmente molesto que alguien decida entrar en Flickr o directamente en Google Images, buscar «Grupo Planeta», coger mi foto, decir que es de «Archivo» y quedarse tan pancho (y encima poniendo un copyright como un castillo en el pie de página). Porque si uno se despista (a mí a veces me ha pasado; cojo una foto, me pongo a escribir el texto… y luego me doy cuenta de que no he puesto la referencia; eso sí, siempre que me doy cuenta entro a corregir) pues no pone nada. Pero decir que es de «archivo» denota, para mí, algo más que un olvido…
Pero la sorpresa es mayor cuando descubro que no es sólo el Ideal donde publican esta foto, sino en El Correo, el ABC, Diario Montañés, Las Provincias… y así todas las versiones online de periódicos del Grupo Vocento. Un Grupo que ganó en 2008 35 millones de euros.
Y para más inri, dejo un comentario en la web de abc.es indicando esta situación… para descubrir al día siguiente que han decidido borrarlo. Lo cual ya me parece el colmo de la desfachatez: mal está que, por despiste o mala práctica, hagas mal uso de la foto. Pero que, cuando te lo advierten, en vez de corregir pretendas hacerte el sueco y borrar el rastro…
Gracias a un conocido en una de las redacciones, con quien contacté en primera instancia para exponerle la situación, me indicó el más que probable origen de la noticia: la redacción central de internet de Vocento. Y me facilitó un mail de contacto con su responsable. Hoy he recibido su contestación: «Te pido disculpas por el uso totalmente inapropiado que se ha hecho de tu fotografía. Tras hablar con el periodista que preparó la información, me comenta que el hecho de no haber firmado la imagen se debió a un “despiste imperdonable”. Hemos corregido el error, aunque entiendo que lo hemos hecho tarde. Efectivamente, es una falta de respeto hacia tu trabajo. Lamentamos mucho haberte ocasionado molestias.»
Bueno. A mí (y aunque a esta hora todavía las versiones online siguen reflejando el «Archivo» – Ya está corregido, ver nota al final) me basta. Simplemente se trataba de que una práctica así (que no sé cuánto de habitual y cuánto de esporádica tiene) tenga un contrapeso, de levantar la bandera y decir «eh, que nos damos cuenta», una forma de ir creando conciencia sobre el buen uso de las licencias CC, que creo que son necesarias como punto de equilibrio entre el «copyright» y el «como lo encontré en internet, es de todos». Y es que en un caso como este, donde costaba lo mismo hacer las cosas bien que hacerlas mal, donde es una gran empresa la que se aprovecha del trabajo de un individuo sin ni siquiera hacer mención… me dio rabia.
Pero tengo claro que tampoco estoy en condiciones de ponerme purista en este tema, porque soy consciente de mis propias contradicciones y de que soy el primero que no siempre (a veces por despiste, a veces con plena consciencia) hace las cosas como debería.
PD.- Lo que para mí no tiene perdón de dios ni excusa ninguna es el borrado del comentario en Abc.es en el que les indicaba el error. De momento mantienen los cerca de 20 comentarios que fueron surgiendo después (incluyendo otro mío en el que reiteraba la situación), otra cosita es.
Actualización (6/5): ¡Victoria! Después de dar la murga durante unos días se ha procedido a la corrección en la atribución de la foto. Me cuentan que no es tan sencillo modificar/actualizar una pieza ya publicada (hay que hacerlo «a mano» porque por lo visto el sistema está diseñado para que la hemeroteca no se pueda tocar, es decir, que una vez publicado algo queda así para los restos… algo que creo que pierde sentido en el mundo de internet, pero bueno, ellos sabrán), pero al final se ha corregido.
Fotos de animales en Faunia
La semana pasada, aprovechando el festivo en la Comunidad de Castilla y León, decidimos bajar a Madrid para pasar el día en el Zoo (creyendo que estaríamos casi solos… craso error; tanto que vista la aglomeración decidimos cambiar de plan e ir a Faunia. No fue mala idea: aunque había también bastante gente, al menos se podía aparcar, no había aglomeraciones en la entrada… en fin, asumible (y no como otra de las veces que estuve… qué horror!).
A pesar de las dificultades de llevar dos críos con sus dos sillas, pensé que era una buena ocasión para hacer fotos y allí que me fui. A la vuelta he quedado gratamente sorprendido por la cantidad de fotos que conseguí sacar decentemente: en directo no me dio la sensación de que estuviese logrando nada de nada…
Y es que sacar fotos en Faunia no es sencillo. En primer lugar, los «modelos» son bichos, que tienen la odiosa manía de no quedarse quietos cuando tú les dices. Así que entre que encuadras, mides luz, enfocas, no sé qué y no sé cual… el bicho se ha ido, o ha cambiado de postura… malditos seres vivos.
Y aparte el gran problema, desde mi punto de vista, es la iluminación. En las zonas exteriores hay pocos momentos de «luz total». La mayoría de los animales están en entornos de «medio luz, medio sombra». Y ya se sabe que esas son las peores situaciones para la fotografía: si mides la luz para exponer correctamente las zonas iluminadas, la zona de sombra queda totalmente oscura. Y si mides la luz para exponer correctamente las zonas de menos luz, las de más luz quedan completamente quemadas. Y si a eso añadimos que los propios protagonistas solían estar «entre sol y sombra» (y suficientemente lejos como para tirarles un flash de relleno, además de que es una putada para los pobres bichos tirarles el flashazo).
Y en zonas interiores… simplemente había luz insuficiente. Eso significa que para exponer bien la foto necesitas de tiempos de exposición largos. Ergo buen pulso o trípode… y eso suponiendo que los modelos se queden quietos, lo cual no es su costumbre. Esto se puede solventar incrementando el valor de la ISO (que refleja la sensibilidad a la luz: si se pone un ISO elevado te permite hacer fotos con poca luz sin tener que poner demasiado tiempo de exposición). Pero aun así, mi cámara no daba demasiado de sí (hay otras, más nuevas y más caras, que permiten poner un valor ISO bastante elevado sin generar excesivo ruido; hubiesen sido ideales para una situación así).
Obviamente, lo de tirar flash no era una opción. En primer lugar porque el sentido común y unos bonitos letreros te dicen que no lo hagas (para no molestar a los animales – aunque a la vista de la cantidad de ellos que vi, a mucha gente se la sudan los carteles, el sentido común y el bienestar de los animales). Y en segundo lugar porque muchos de los bichos se encuentran detrás de unos bonitos cristales. Disparar con flash en esas condiciones sólo te asegura una foto para tirar, víctima del reflejo del flash en el cristal. Pero de nuevo, visto lo visto, a la gente le daba igual – todavía pensarían que las fotos que hacían servían para algo.
Pero bueno, como digo al final entre pitos y flautas conseguí sacar unas cuantas. Si queréis verlas, aquí están: fotos de Faunia.
Parto 2.0
Ésta de aquí arriba es Nerea. Bueno, su manita. Nerea nació el pasado jueves, con un poco de susto (bien dicen que no hay dos embarazos ni dos partos iguales): lo que iba a ser una monitorización externa rutinaria (estábamos ya en semana 39) derivó en que «no se le escucha bien el ritmo del corazón, vamos a hacer una monitorización interna» que se convirtió en «vamos a estimular el parto ya mismo, que al bebé no le late el corazón como debiera» y, cuando volví media hora más tarde de buscar la maletita que teníamos preparada en casa, en «estamos preparando a tu mujer para llevarla al quirófano: la niña tiene una arritmia y mejor tenerla fuera para poder hacerle pruebas».
Fue un rato (afortunadamente corto: a las 10’30 llegamos al hospital para la cita que teníamos, a las 12:45 la niña estaba en mis brazos) de mucha inquietud: sentado en la sala de espera, por mucho pensamiento positivo que quieras tener, lo pasas mal; al fin y al cabo, una cesárea no deja de ser una operación, y las palabras «problema cardiaco» unidas a tu bebé ponen un nudo en el estómago al más pintado.
Pronto salieron a decirme que la cesárea había ido bien y a enseñarme a mi bebé, un instante fugaz antes de llevarla a la incubadora. A partir de ahí, otro rato largo de soledad: mi mujer en reanimación, mi niña en la incubadora, y yo sentado en la habitación, impotente, sin poder estar con ninguna de ellas. Más tranquilo sabiendo que la cesárea había salido bien, pero intranquilo pensando en los posibles problemas de la niña, y en la angustia que estaría pasando la madre. Una sensación extraña: mientras que con mi primer hijo, una vez lo pusieron en mis brazos, me sentí exultante… aquí había unos nubarrones que me impedían disfrutar del momento.
Afortunadamente, la cosa fue evolucionando bien: las primeras pruebas resultaron tranquilizadoras, ya el mismo jueves nos llevaban a la niña para que hiciese sus primeras tomas, y el viernes por la mañana la «desincubaron» y pudo estar en la habitación. A partir de ahí, más pruebas también positivas, la madre en recuperación constante hasta que ayer lunes nos dieron el alta. La arritmia de la niña se ha ido difuminando y, aunque le harán un seguimiento por si acaso, parece que todo quedó en un susto. La felicidad tardó un poco más en llegar, pero llegó igualmente.
En todo este proceso encontré en facebook y sobre todo en twitter dos importantes vías de escape. En condiciones normales no tenía ninguna intención de usar estos canales (en fin, pensaba yo, un padre tiene que estar a lo que tiene que estar y olvidarse de la maquinita) más que para anunciar la buena nueva al final. Sin embargo, la mezcla de tensión y de soledad me hicieron escribir muchos más mensajes de los que hubiera imaginado. Verbalizar mis sensaciones me ayudó a no comerme demasiado la cabeza. Y qué decir de la respuesta obtenida… decenas de mensajes de felicitación, de ánimo, de comprensión, de experiencias similares… que me hicieron sentirme muy reconfortado y acompañado, aunque a mi alrededor no hubiese nadie.
Habrá quien piense que son cosas demasiado personales como para tuitearlas o para contarlas en un blog. Que tiene un punto de exhibicionismo enfermizo. Yo no lo veo así, no pretendía enseñar nada de cara a la galería, sino que lo usé y lo uso como lo hago siempre: para expresar mis pensamientos e inquietudes. Solo que esta vez, en unas circunstancias tan extraordinarias y tan vitales, todos mis pensamientos e inquietudes estaban centrados en una única cosa. Y la respuesta recibida me reafirma en algo: que todo esto del 2.0 va, sobre todo y casi exclusivamente, de personas que se relacionan y que comparten trocitos de sus vidas.
Enseguida volveremos a la «vida normal» (una nueva «normalidad», sin duda, con algunas rutinas diferentes). Mi vida 2.0 reflejará también esa normalidad, y volveré a mis temas habituales. Pero en estos días excepcionales, era inevitable que mi vida 2.0 también se transformase. Porque es algo ya muy integrado con mi «vida 1.0», no es algo que desconecte y deje en casa. Y estoy contento de que así sea.
Hacer clones con photoshop
Hoy vuelve a ser de fotografía (ya sé, ya sé, últimamente hablo mucho del tema… pero es de lo que me apetece hablar, qué le vamos a hacer), y de un efecto «clásico» gracias al photoshop: aparecer una persona n veces en una foto, o sea, los clones.
En principio la teoría es sencilla: sacarse varias fotos (importante: dejar la cámara inmovilizada en la misma posición, y con los ajustes iguales en todas las fotos – mejor disparar en manual para controlarlo todo) y luego, con el photoshop, superponerlas.
Para ello hay que coger los archivos de todas las fotos (en mi caso, seis) y abrirlos todos como capas de un único archivo de photoshop (no sé si hay una forma directa de hacerlo: yo lo hago abriendo cada archivo por separado, seleccionando la única capa de cada archivo y «duplicar capa» indicando que lo haga en el archivo de destino – así con cada una de ellas). De esta forma, tenemos un archivo en el que hay tantas capas como fotos vamos a mezclar. Lo ideal es ordenarlas «de atrás adelante», de forma que las fotos en la que aparecemos en primer plano sea la que se sitúa encima de las demás.
A continuación lo que hay que hacer, con cierta paciencia, es ir creando (empezando por la capa que contiene el plano que se sitúa más al fondo) máscaras de capa para cada una de ellas, y usándolas para ir mostrando en cada una de ellas sólo la parte que se superpone a las anteriores, preservando el resto. Así, una por una (es útil ocultar todas las capas al principio e irlas visualizando a medida que vamos a trabajar con ellas) hasta llegar a la del primer plano.
Y ya está. Si hemos tenido la precaución de tomar las fotos con cierto cuidado (para no sacarnos dos fotos distintas ocupando un mismo espacio, que eso no hay forma humana de arreglarlo; para no tocar elementos del fondo que cambien mucho de una foto a otra y así no haya inconsistencias; para dejar la cámara bien fija, de forma que los elementos estáticos se superpongan a la perfección; y para utilizar todo el rato los mismos ajustes, para que no haya discrepancias), la cosa es sobre todo cuestión de paciencia.
Hay dos cosas que, aunque hayamos tomado todas las precauciones, pueden ponernos en problemas: una es la superposición de dos capas con elementos móviles (si se superpone con el fondo no hay problema, porque el fondo permanece igual a lo largo de todas las fotos). Por ejemplo, en esta foto, mi «yo» de primer plano se superpone con los «yo» (¿yos? ¿yoes?) sentados en el sofá. Aquí hay que hilar muy fino en la superposición para respetar a ambos y que no se note el «pegote».
Y luego está el tema de las sombras: en cada una de las fotos arrojas una sombra, que no está allí en el resto de fotos. Si cae sobre el fondo no hay problema (porque puedes utilizar la versión «con sombra» y ya está – por ejemplo, el «yo» debajo de la ventana arroja su sombra contra el suelo y no hay problema), pero «canta» cuando debería caer sobre otro elemento: en esta foto, por ejemplo, el «yo» de primer plano debería arrojar su sombra sobre el «yo» del ordenador. Pero no lo hace. Y arreglar eso me parece que ya son palabras mayores…
En fin, que un entretenimiento divertido.
Mercado medieval "Tres culturas" en Aranda de Duero
Este fin de semana se ha celebrado en Aranda el Mercado Medieval «Tres Culturas»; que se llama así porque trata de recrear los ambientes cristiano, musulmán y judío de la Edad Media. La verdad es que ha sido una auténtica «feria»: en horas punta resultaba agobiante (y más si vas con una mujer embarazada y un niño de tres años), pero hay que reconocer que el esfuerzo de ambientación que hacen con estos montajes es bastante meritorio: desde la decoración en balcones y fachadas, los puestos, las atracciones, los disfraces de los mercaderes… en fin, siempre me ha parecido una forma muy interesante de revitalizar una actividad (la venta ambulante) que de otra manera resulta mucho más insulsa.
Aproveché un ratito de «valle» (el sábado a las 5 de la tarde) para darme una vuelta cámara en mano, a ver si captaba algún detalle interesante… y el resultado son estas fotos del mercado medieval.
A nivel fotográfico quizás el mayor handicap sea en estos casos la iluminación: pese a ser a plena luz del día, salvo que sea en zonas de sol (y ahí los contrastes entre zonas de luz y sombra también son difíciles de gestionar), las zonas de penumbra exigen una velocidad de obturación demasiado lenta; terreno abonado para fotos movidas si uno no tiene un pulso brillante. Una forma de matizar esto es trabajar con ISO elevado (yo puse a 400 toda la sesión) aunque corres el riesgo de que las fotos aparezcan con ruido. Un flash (que no sea el incorporado en la cámara, que suele valer para poco) podría ayudar a iluminar alguna escena, pero siempre con el riesgo de que el «flashazo» resulte muy intenso.
Y luego hay algo que me falta en mi equipo y que no sé dónde comprar; como decía ayer en twitter me falta morro/desparpajo para plantarme delante de un desconocido y sacarle unas fotos. Y eso me priva de muchas tomas interesantes… Lo decía Juan Luis Polo hace unos meses: «robar fotos en la calle como si de un detective privado se tratase es lo más alejado de la fotografía de retratos que uno se pueda imaginar«, y lo que yo hago me temo que se parece demasiado a esa descripción. En fin, ¡será cuestión de ir mejorando!
Vender una foto en Flickr
Nunca lo hubiera imaginado. Pero ha pasado. He vendido una foto mía a través de Flickr.
Suena el teléfono. Se trata de una persona de una agencia de publicidad, que ha visto una foto mía en flickr y ha «tirado del hilo» hasta encontrar mi teléfono. Que les viene muy bien para una pieza que están preparando y que bueno, que no tienen un presupuesto muy elevado, pero que pueden ofrecerme 100 euros… ¿100 euros? ¿Por una foto mía? ¡Coñe, por supuesto!
Alguien me preguntaba esta mañana «pero si las tienes con licencia CC, ¿por qué iban a comprártela?». Lo cierto es que mis fotos en flickr están subidas con una resolución máxima de 780px por el lado más largo. Y resulta que el uso que quería darle esta gente es para una pieza de media página en un periódico, y esa resolución es insuficiente. Por eso se ponían en contacto conmigo, y por eso me ofrecían comprarla.
Todo se ha desarrollado muy rápido: me han hecho la transferencia, me han mandado un documento de cesión de derechos de autor y les he enviado la foto a la resolución original. Tengo la sensación de que andaban con prisa, como si el «concepto» del anuncio ya lo hubiera aprobado el cliente y ahora era cuestión de producirlo en condiciones. Si no, entiendo que sería más lógico haber seguido buscando fotos hasta encontrar una que se adaptase a sus necesidades sin tener que pagar. O no, qué se yo.
En fin, que ha sido sin duda la sorpresa del día. La foto «agraciada» es ésta. Como podréis ver no es una gran foto en términos técnicos (no está muy bien enfocada, ni tiene una gran composición, tiene bastante ruido) pero fue a captar una imagen que a esta gente les venía bien. Buscaron «multa» en flickr y me encontraron a mí.
Obviamente, es una anécdota fruto de una feliz serie de coincidencias, que no espero que se repita con frecuencia (posiblemente, nunca más). Pero si hace poco comentaba que me encanta que usen mis fotos… imaginaos si encima van y me pagan por ello.
PS.- Dos detalles que, en todo caso, creo que merece la pena destacar: añadir de forma consciente títulos, descripciones y etiquetas a las fotos de flickr es una buena vía para que, quien busque algo, pueda encontrar tus fotos. Y añadir algún tipo de identificación o forma de contacto a tu perfil ayuda a que puedan ponerse en contacto contigo. Es mucha casualidad, con estas dos medidas, que suceda lo que me ha sucedido a mí; pero sin ellas hubiera sido totalmente imposible.