Vale, ya sé la respuesta. El jefe, cuanto más lejos, mejor. Un jefe agobiante, de esos que está permantemente contigo, dándote indicaciones, exigiéndote plazos, con llamaditas cada rato y el de enmedio, con mails constantes, corrigiéndote fallos, con su aliento en tu nuca, que aparece por tu puerta sin avisar… creo que no lo quiere nadie. Cuando nos ha tocado sufrir un especimen de este tipo, siempre hemos soñado con que le dé un «chungo» que le mantenga una semanita fuera de juego, con gestionar las vacaciones para evitar coincidir con él (y así disfrutar dos veces de las vacaciones; de las propias, y de los días que trabajamos sin tenerle encima), nos ilusionamos con que tenga un viaje largo y alejado del mundanal ruido.
Sin embargo, el extremo contrario tampoco es ideal. El jefe ausente. Ese jefe que, cuando le necesitas, no puedes localizar. El que no te devuelve las llamadas. El que tarda varios días en contestarte los emails, si los contesta. El que no revisa el trabajo que le das hasta que posiblemente es demasiado tarde. El que no te da indicaciones, ni te corrige fallos, ni te proporciona ayuda o recursos. Es verdad, no te molesta. Pero eso no quiere decir que facilite en absoluto tu trabajo… de hecho, puede llegar a entorpecerte tanto o más que el otro.
En el término medio está la virtud. El jefe que está cuando le necesitas, pero que te deja tu espacio para trabajar. El que te da indicaciones, pero luego te permite escoger tu propio camino. El que está encima para lo importante, y no está con pequeñeces del día a día. El que te señala formas de mejorar y además te proporciona los recursos para hacerlo.
Por otro lado, cada uno tenemos nuestras preferencias. De hecho, hay una teoría del liderazgo situacional que dice precisamente eso: que cada tipo de colaborador requiere un estilo diferente de gestión, de acuerdo a sus características. Yo, sin duda, me siento mucho más agusto con un jefe «distante» que con un jefe agobiante. Pero siempre necesitas tenerle a mano para que te ayude… porque de eso se trata, ¿no? De ayudar.
PD.- Edito con una cita encontrada en este powerpoint:
Los jefes son como las nubes; cuando desaparecen queda un día lindo…