Octavio Rojas twitteaba ayer, y redactaba después, las conclusiones del «barómetro de confianza» (Trust Barometer 2008) elaborado por Edelman. Un estudio en el que se habla de la confianza (en quién confía y en quién deja de confiar la gente). Como todos los estudios, aunque hay que cogerlos con pinzas, resulta interesante ver las conclusiones que se alcanzan.
Una de las conclusiones era que la gente no confía en los blogs. O que confía poco, que viene a ser lo mismo. Mucho menos que en los medios tradicionales. Y ahí reaccioné yo:
Los blogs no pueden crear opinión, ni generar confianza. Son las personas quienes lo hacen o no. El blog es un altavoz, no +
(el + lo puse porque no me cabía un «más», la tiranía de los 140 caracteres)
Y es que esa es mi opinión: los blogs son simplemente un medio utilizado por personas para comunicar (sus opiniones, sus noticias, o su visión del mundo). Yo no creo «en los blogs» como conjunto; hay de todo, como en botica. Me creo a unas personas (y consecuentemente, me fío de sus blogs), y desconfío de otras (y por lo tanto, desconfío de sus blogs). Exactamente igual que ocurre en la vida real, donde hay gente de confianza y cantamañanas.
Los blogs, en definitiva, no son más que extensiones de personas. Tiene tan poco sentido confiar «en los blogs» de forma comunal, como confiar «en la voz humana» o confiar en «la palabra manuscrita».