Te entrevistamos… si nos pagas

Vaya por delante que imagino que habrá muchos, con más mundo que yo, que pensarán que parezco tonto, que parece que hubiera nacido ayer y que de qué guindo me he caído. Pero a mí no me había pasado nunca, ni sabía que algunas cosas funcionaban así.
Me llaman por teléfono (de un «número privado»; como no los cojo, mensaje al contestador). Que me quieren entrevistar de un medio por Digitalycia. ¡Hombre, qué guay! ¿Habrán llegado hasta ellos noticias de mis conocimientos? ¿Querrán saber mi opinión sobre este intrincado mundo de las redes sociales y el dospuntocerismo?. Total, que les devuelvo la llamada, a ver de qué va el tema.
Me dicen que están preparando un suplemento que va a tener mucha difusión, en un diario de tirada nacional y en una feria temática, que están preparando entrevistas con distintas empresas en varias categorías para reflejar la variedad del sector, que han seleccionado nuestra empresa porque les parece muy interesante lo que hacemos… que me entrevistará un periodista, y además podré poner una foto o el logo…
A mí a priori me suena raro porque oye, yo no dejo de ser un mindundi, y tampoco yo es que me dedique al sector de la «formación» pero bueno, quién sabe, se habrán fijado en mí, «que esto de las nuevas tecnologías está muy en boga» y que «a veces las empresas pequeñas son más innovadoras que las grandes» y que patatín, patatán… y que bueno lo único es que aunque ellos asumen todo el coste de producción del suplemento, pues que hay una parte («coste de inserción», le ha llamado) que no pueden asumir, así que para poder publicar mi entrevista tendría que pagar… nada, algo que está al alcance de cualquier bolsillo, 1.575 si la entrevista es de media página, o 2.520 por página completa, o 4.990 por doble página. Y si quiero contraportada, o página 2, pues un extra.
Acabáramos. O sea, que de entrevista por lo bien que lo hago, lo mucho que les he llamado la atención o lo interesante que pueda ser para los lectores, nada. Que si quiero ponerles un anuncio «que parezca una entrevista». Amigo, eso es otra cosa. Imagino que mi nombre y mi teléfono habrán aparecido en un listado que haya hecho alguien buscando en internet, soy uno más del listado de llamadas a ver si «pico». Y yo, iluso, pensando que lo que hago había llamado la atención de alguien.
Al final hay dos mentiras bastante feas aquí metidas. Lo primero es que si me dicen «es para un anuncio» yo pongo el «chip marketing» y calculo. ¿Es una acción de marketing que me merezca la pena? ¿Es una acción de marketing que me parezca ética (eso de hacer pasar un publireportaje pagado como si fuera una entrevista hecha por puro interés editorial)? ¿Tengo alternativas mejores? Valoro, y decido. Pero no, primero te comen la oreja con la entrevista, y lo interesante que es lo que dices, y tal y cual… y luego te sueltan lo de los «costes de inserción» tratando de que parezca otra cosa (cuando es un pago por anunciarse, sin más). Oiga, pero qué me está contando.
Y la segunda, y más grave, es el resultado: un suplemento con apariencia de contenido editorial pero que en realidad es un gran catálogo de anuncios pagados. Imagino que en ningún sitio se advertirá al lector que «cada una de las empresas que aparece aquí ha pagado entre 1.575 y 7.390 por aparecer, ha podido controlar hasta la última coma de lo que se dice de ella y no hemos usado ningún otro criterio, aparte de que aflojaran la pasta, para valorar si merecen la pena o no».
Lo dicho, que vale, que asumo que parezco nuevo. Pero qué penica, ¿no?

La publicidad intrusiva de Nissan y El Mundo

Alucinado me quedé la otra noche cuando entré en El Mundo a dar un último vistazo a las noticias del día. Mientras bajaba el puntero desde la barra de direcciones al texto (para pinchar en algún enlace) pasé por encima del banner (al que, como es habitual, no había prestado la más mínima atención) y entonces… pasó lo que veis: una enorme bola de demolición aparece en medio de mi pantalla, y dos flamantes Nissan QashQai (que es una forma guay de poner «Cascai») ocupan completamente mi campo de visión…
Ay, Nissan, Nissan… ¿quién te habrá dicho que es una buena idea? Aunque igual es verdad, el banner normal ni lo miro y de esto sin embargo hasta hago un post valorándolo. ¡Bien, visibilidad y notoriedad! ¿Quieres mi feedback? Aquí están mis respuestas a las preguntas que le harás a tu gente de marketing y a los que han diseñado la campaña:
¿He visto tu anuncio? Sí. ¡Enhorabuena!
¿Voy a recordar tu anuncio? Sí. ¡Enhorabuena!
¿Voy a asociarlo con tu marca? Sí. ¡Enhorabuena!
¿Ha generado tu anuncio algún tipo de voluntad de compra o de identificación positiva con tu marca? No, no, y mil veces no. Al contrario. Tu marca se ha posicionado horriblemente mal conmigo, como una marca dispuesta a molestarme (¡estaba leyendo el periódico tranquilamente!) para enseñarme sus coches de mierda. No estoy, hoy por hoy, por la labor de comprarme un coche. Pero cuando lo esté, y busque en mi mente qué marcas me generan valores positivos, la tuya no estará. Estará en el contenedor de al lado, junto a la de tantas otras marcas que rechazo.
Buen trabajo, equipo de marketing y agencia de publicidad de Nissan. Excelente trabajo.
Mención adicional para El Mundo. No es el camino. Por mucho que puedan gustar tus contenidos, nuestra tolerancia cada vez es menor ante cosas de estas, cada vez hay más alternativas a un click de distancia y tenemos más canales para mostrar nuestra disconformidad . Entiendo que la crisis aprieta, que la inversión publicitaria cae, y que cada vez os llega publicidad de peor calidad. Pues mala suerte, tendréis que buscar alternativas para sustentar el modelo de negocio, pero no lo hagáis a costa de molestar a vuestros lectores. Porque si se van, ya me diréis a quién le vais a enseñar vuestra publicidad, a vender vuestros contenidos o cualquiera que sea el modelo de negocio que acabéis ideando.

Patrocinios en Vida de un Consultor

Hace ya unos meses saqué el tema de los patrocinios en este blog. Y voy a ver si lo pongo en marcha.
El objetivo es encontrar anunciantes estables que, por encima del CPM (aunque sin olvidarlo: con los cálculos que he hecho sale un CPM que no está mal sobre todo teniendo en cuenta el perfil de visitantes del blog) quieran ligar su nombre-imagen a este blog mediante el patrocinio: es decir, el pago de una cantidad fija al mes a cambio de una posición publicitaria preferencial.
¿Dónde? Aquí a la derecha, en el recuadro «Sobre Vida de un Consultor». Eso asegura una identificación clara del patrocinador (no se confunde con una «publicidad cualquiera»), que se verá perfectamente en todas las páginas vistas (está en la parte visible de la página, sin necesidad de hacer ningún tipo de scroll). Además, he apostado por un único patrocinador: nunca me ha gustado la idea de meter chorrocientos patrocinadores compartiendo espacio y atención, creo que se pierde muchísimo impacto (aunque seguro que es más rentable para el soporte).
Tampoco me gusta eso del «coste por influencia». Yo no vendo mi (mucha o poca) influencia. No soy yo el interesante, sino los que visitais el blog. Mi mérito aquí es ofrecerle al patrocinador un sitio en el que poner su marca para que se vea. Pero nada más. Las cosas que me gustan, y las que no me gustan (y por lo tanto la influencia que pueda tener, si es que es alguna), las seguiré diciendo libremente en el contenido de los posts.
Tal y como me plantearon en los comentarios de aquel post, encontrar patrocinadores requerirá una cierta labor comercial. Pues habrá que ponerse con ella. Mi target inicial son grandes empresas de consultoría y escuelas de negocio: creo que para este tipo de empresas, el perfil del visitante del blog (al menos del habitual) es muy atractivo: jóvenes estudiantes y profesionales… a ver qué tal se da. Por supuesto, si a alguno de vosotros os cuadra la cosa… pues mejor que mejor, podemos plantear un simpático «precio especial» 🙂

Publicidad en Nireblog

Nireblog (y, en general, todos los productos de la familia Nirelandia) es un proyecto que quizás avanza de forma más discreta que otros que se dan más pisto. Si tuviera que definir con una palabra el proyecto, encabezado (porque tiene un marcado carácter colaborativo) por David «Ketari» González y Lorena «Loretahur» Fernández (con quien he tenido la oportunidad de compartir algún rato gracias a Aprendices), quizás sería «honesto«. Gente que trabaja poniendo en marcha ideas, con mucha dedicación altruista, muy cerquita siempre de sus usuarios, derrochando entusiasmo.
Ayer anunciaban la puesta en marcha de un nuevo enfoque para la publicidad en sus sitios. Una barra de iconos 16×16, a razón de 15 euros al mes, que se mostrará en todos los blogs en castellano de Nireblog (excepto en aquéllos que paguen para no mostrarla). Actualmente son más de 40.000 blogs.
Obviamente, no todos son blogs activos. Y habrá que ver en cuántas páginas vistas se traduce eso (David da algunos detalles de la actividad de Nireblog). Y francamente tengo mis dudas de que la tasa de conversión del icono en clicks sea muy elevada. Pero ¿sabéis qué? Yo he comprado uno de esos cuadritos: por 15 euros merece la pena probar. Y en el peor de los casos (que la publicidad no sea muy efectiva, aunque eso es algo que habrá que ver a lo largo del tiempo: igual es un prejuicio mío sin más) habré aportado un granito de arena a sostener un proyecto que me inspira «buen rollo».
[Actualización: como bien me han apuntado, había puesto «Nireblogs» en vez de «Nireblog», que es lo correcto, en todas y cada una de las menciones. Sorry!]

¿Patrocinarías este blog?

Ya veis, una pregunta clara, directa y plenamente interesada.
Hay blogs que están patrocinados (ojo, patrocinar blogs y patrocinar posts no creo que sea ni medio parecido). Es decir, mantienen publicidad de forma continuada en el blog por una cantidad fija.
Yo (aquí a la derecha) tengo unos recuadros de «patrocinio». Hasta hoy, no han sido patrocinios de verdad: los he usado para promocionar causas que me parecen interesantes per sé, como agradecimiento a alguien o por interés propio (como el enlace a mi página personal, el enlace a Actibva o a la comunidad de Vida de un Consultor en Facebook). Pero nunca nadie ha pagado nada por ocupar ese espacio.
¿Creéis, vosotros que os pasáis habitualmente por aquí, que es factible que este blog tenga un patrocinio real? ¿Creéis, desde vuestro punto de vista, que a un anunciante le puede interesar poner su «sello» en uno de esos recuadros? ¿Os parecería bien, mal, indiferente?
Lo que tengo muy claro es que, en el caso hipotético de que eso sucediese, los límites del acuerdo de patrocinio estarían claros: x dinero por poner un banner aquí a la derecha. Nada más. Ni posts alabando a nuestros patrocinadores, ni «te dejo que escribas como blogger invitado», ni ningún trato de favor (ni para incluir contenidos «con calzador» ni para evitar críticas) hacia tu marca.
¿Alguno tenéis experiencias como «patrocinado»? ¿Cómo os ha ido?
¿Alguno tenéis experiencia como «patrocinadores»? ¿Qué tal han funcionado vuestras iniciativas en este sentido? ¿Percibís un retorno interesante en estas iniciativas?

Cambiando el enfoque de la publicidad CPA

El otro día os contaba que había empezado a usar algo de publicidad CPA en el blog. ¿El resultado hasta ahora (una semana después)? Altamente insatisfactorio. Se han producido 123.391 impresiones, que han generado 55 clicks (un click-through rate the… 0,04%). 55 clicks que se han transformado en… 0,10 euros. Es decir, de alguna campañita de CPC que había.
Creo que no hace falta mucho más tiempo para llegar a la conclusión de que esto no tiene mucho sentido.
Me interesó mucho un comentario que hizo Juan Luis: «Puede funcionar alguna campaña concreta, si tu audiencia encaja muy bien con la oferta, y está oferta es muy buena.» Algo en lo que profundiza Álvaro en un comentario en eTC: «El problema para el blogger es que tiene que saber elegir a sus anunciantes, de la misma manera que el anunciante tiene que saber elegir sus soportes y creatividades. Hasta ahora los bloggers solo hemos reservado espacios para publicidad y listo. Pero por desgracia para hacer dinero hay que trabajar un poco más.»
Esto choca frontalmente con el planteamiento que yo había hecho de «pongo el código y hala, a servir anuncios». Porque si no están enfocados… no tiene ningún sentido, consiguen CTR’s ridículos y porcentajes de conversión aún más patéticos. Y todo a costa de llenar el blog de molestos «cromos». Lo que voy a hacer es analizar algúnos posts «históricos» con cierto tráfico, en los que pueda tener sentido alguna campaña concreta, y ver si soy capaz de servir el anuncio de forma condicionada (en plan «si el post es el número X, entonces muestra el anuncio; si no, nada»). De esta forma, estaré enseñando muchas menos impresiones, pero las haré en el sitio más adecuado (en vez de indiscriminadamente, como ahora), y por lo tanto con más probabilidades de conversión.

Publicidad CPA

Anoche estuve trasteando un ratillo en el blog, insertando algunas posiciones publicitarias. En vez del omnipresente Adsense (que sigue por ahí, mostrándose esencialmente a visitantes ocasionales), esta vez estoy poniendo publicidad CPA. Es decir, de ésa que es más difícil todavía rentabilizar. Y es que, mientras que Adsense es CPC (es decir, te pagan cuando alguien hace click en los anuncios), la mayoría de estos anuncios son CPA (es decir, que sólo te pagan cuando alguien hace click y además hace alguna acción como comprar, registrarse, solicitar información…).
He puesto un par en el flujo de posts de la portada (entre el 1º y el 2º, y entre el 5º y el 6º), un par de ellos en el bloque de «patrocinadores» (que nunca he tenido, pero bueno 🙂 ) y uno más en los posts individuales (entre el contenido y los comentarios).
Tengo curiosidad por ver cómo funciona este formato que, así a priori, me ofrece muchas dudas. La primera y más grande es la de la «acción»; creo que si ya es difícil que los usuarios hagan click en un anuncio, que encima vayan a realizar la acción solicitada es mucho más difícil. Tengo la sensación de que este tipo de publicidad tiene que ser, por fuerza, muy poco rentable. Lo cual no deja de ser un poco injusto, porque al final tú estás poniendo el cromo del anunciante a tiempo completo, y ellos sólo te pagan bajo unas condiciones bastante restrictivas. Creo que es un equilibrio poco justo.
Y luego tengo mis dudas respecto a cómo se verifican este tipo de sistemas. Una impresión es una impresión, y se puede controlar facilmente (y aun así hay discrepancias). Un click es un click, y se puede contabilizar fácilmente (aunque te tienes que creer lo que digan sus sistemas). Pero lo de las ventas/registros/solicitudes de información… ¿cómo se sabe, cuando uno llama a una de estas empresas, si el origen de la solicitud está en el banner que vieron en mi blog? Hay ahí un nivel de incertidumbre notable. Imagino que al final te pagan lo que les da la gana.
En fin, lo dejaré unas semanas a ver qué tal funciona. Pero mis expectativas no son nada del otro mundo. Si veis que os resulta improcedente, agradezco que me lo digáis; también es un input a tener muy en cuenta.

Sobre posts patrocinados y la contaminación del contenido

De nuevo una entrada en el blog de Enrique Dans, esta vez sobre posts patrocinados, ha «despertado a la bestia». He dejado un par de comentarios allí, pero quería resumir aquí lo esencial de mi pensamiento al respecto. Mi opinión sobre posts patrocinados es algo que ya he dado en el pasado (en resumen: muy pobre), pero han surgido voces que achacan una posición así a una especie de remilgos propios de estrellonas. Vamos, que a los A-list bloggers ya les regalan un montón de cosas, y ganan mucho dinero con la publicidad, y que no se dan cuenta de que «los bloggers de a pié» están deseando también pillar algo (dinero, regalos). Que los «bloggers de a pié» (los de la larga cola) «no tienen dilemas morales o tabús, porque para ellos esto es un medio para expresarse, no es un fin por si mismo.. » y que por eso (interpreto yo) deben estar deseando abrir sus blogs a los intereses de las marcas. Y que las críticas de los A-list bloggers solo se entienden desde su posición de privilegiados o, incluso peor, desde oscuros intereses por evitar que la plebe les robe esos privilegios.
Pues bien, partiendo del axioma «cada uno en su blog hace lo que quiere», éste blogger de a pié que suscribe declara:

  • Que el contenido de este blog está marcado por mis experiencias, impresiones, vivencias y opiniones cotidianas, y no por ningún tipo de interés comercial.
  • Que el objetivo de este blog no ha sido nunca obtener dinero ni regalos. Si, como consecuencia colateral al desarrollo del blog, llegan el dinero y los regalos, bienvenidos sean. Pero nunca a costa de pervertir la agenda del blog, tal y como está expresada en el punto anterior.
  • Que los dos puntos anteriores no se sustentan en ningún tipo de «posicionamiento moral», sino en el profundo convencimiento de que forman parte de las más esenciales normas de respeto por quienes tienen a bien leerte.
  • Que, respetando que cada uno en su blog puede hacer lo que quiera, y sin pretender imponer los puntos anteriores a nadie (faltaría más), mis gustos como lector están muy en línea con lo anteriormente expresado: me gusta leer opiniones «de verdad», derivadas de la experiencia, sin sesgos comerciales (implícitos o explícitos), y tiendo a rehuir aquellos blogs que no responden a este perfil.
  • Que, como «público objetivo», mi percepción de las marcas que recurren a este tipo de prácticas para generar ruido es negativa: tienen que pagar para conseguir que se hable de ellas porque por sí mismas no conseguirían esas menciones. Quizás incrementen su visibilidad, pero (al menos para mí), están asociando valores negativos a dicha visibilidad.

En definitiva, que no. Que no es verdad que este blogger de a pié (ni creo que infinidad de otros) esté deseando alterar el contenido de su blog por cuatro perrillas o tres cacahuetes. Ni por muchas perrillas y muchos cacahuetes. Que estoy seguro de que no merece la pena, que este blog vale mucho más como canal de expresión e interación honesto y confiable (en cuyo contenido no hay «agenda oculta») que como mercado persa al servicio de intereses ajenos.

Plugin SEO y plugin buhonejo

Bueno, después de un par de chapas largas, un post de «rápida digestión» ya que he estado haciendo algunos cambios en el blog.
He instalado el plugin Autoheader. Es un plugin que optimiza los tags de las páginas para mejorar su posicionamiento, cambiando el title, el meta description, meta keywords… en fin, yo de SEO no sé una mierda, pero si a Rubén le ha parecido reseñable… pues por qué no probarlo. Tampoco estoy muy seguro de cómo comprobar cuánto mejora mi SEO…
Y también he hecho una pequeña revolución con la publicidad. He eliminado todas las posiciones Adsense que estaban directamente integradas en la plantilla y he instalado el plugin MoreMoney («El Buhonejo»). Ya había oído hablar de él, y hoy el twitter de Andrés me animó a probarlo. Básicamente se trata de mostrar publicidad sólo a personas que vienen de determinados sitios (inicialmente, buscadores). El resto, nada de nada. De esta forma, se muestra la publi a quienes los estudios demuestran que son más sensibles a ella (y de forma más «agresiva», por decirlo de alguna manera… pedazo de banner en todo el centro de la pantalla, oiga!) y se libera de ella a los visitantes habituales que, de todas formas, no suelen pinchar. Se supone que con esto se incrementa la eficiencia publicitaria del sitio y se reducen las molestias a los parroquianos. Todos contentos. Bueno, menos los «paracaidistas». Pero nunca llueve a gusto de todos… 🙂
Aprovechando, también he reorganizado un poco el sidebar, poniendo los patrocinios arriba en todo caso (por cierto, empresas del mundo con dinero fresco, ¡patrocinadme!), bajando el Jaiku, reorganizando lo de los comentarios más recientes y reincorporando los badges de Flickr y de Blip.tv. En el último diseño decidí quitarlos pero leñe, quedaba tan sosa la página… así que nada, vuelta a los «cromitos».
Y con esto y un bizcocho… ¡buenas noches!