Fran Salomon lo dice con monos

Conocí a Fran Salomon a través de una búsqueda en internet. Creo que llegué a uno de los vídeos de su canal de Youtube, y me atrapó su estilo de comunicación, genuino y lleno de personalidad. Estuve revisando su trabajo, me suscribí a su newsletter… y desde muy temprano pensé que sería muy interesante tenerla en el podcast.

Fran es artista visual, y su proyecto Dilo con monos busca unir el mundo del arte y el mundo de los negocios. Fran enseña a comunicar a través del dibujo, a usar eso del «visual thinking» de una manera práctica. Pero además utiliza el dibujo como una metáfora de aprendizaje y superación personal que puede servir para muchas otras cosas.

En la entrevista, que puedes escuchar aquí mismo, hablamos de todo ello: de la capacidad del dibujo para comunicar ideas, de las reticencias que hay en el mundo de los negocios para aceptar esta forma tan natural de expresión, de las dificultades personales para desarrollar la habilidad de dibujar (y las peleas internas que eso genera)…

También me interesaba explorar la «marca personal» de Fran. Si dedicáis un rato a ver su perfil veréis que su estilo es realmente personal, y me parece que eso tiene un enorme potencial de llegar un público determinado y conectar. Y es que, frente a algunas tendencias «homogeneizadoras» que se ven por ahí (y cuyo resultado es un montón de «clones» indistinguibles unos de otros), apostar por tu estilo propio tiene la ventaja de que no tienes que fingir. Simplemente eres como eres. Habrá gente a quien no le gustes, pero a quien sí… le gustarás de verdad.

Por cierto, Fran acaba de editar un libro, «Mejor dilo con monos«, en el que relata su propio viaje dibujístico, y ofrece herramientas que nos puedan servir a los demás para hacer el nuestro.

Sketchnoting: primeros pasos

sketchnote

Empecé a interesarme por el «sketchnoting» hace poquito, viendo algunos avances de Ángel Medinilla. El concepto es sencillo: añadir un componente visual a la toma de notas. Es decir, en vez de tomar notas de forma textual, aprovechar para esquematizar y enriquecer con dibujos. La idea es que, de esta forma, mejoramos nuestra capacidad de entender, interiorizar y recordar las notas que tomamos. Se trata de una de las aplicaciones prácticas del visual thinking que cualquiera puede poner en práctica.
Esto es algo que encaja bien con mi forma de tomar notas. De toda la vida, me alucinaba la gente que trataba de recoger en sus cuadernos todo lo que decía un profesor. Ya sabéis, esa gente que escribía a toda velocidad, que llenaba hojas y hojas, y que entraba en pánico si se perdía alguna frase («¿Qué ha dicho? ¿¿Qué ha dicho??»). Nunca lo entendí. A mí me gustaba escuchar lo que se iba diciendo, intentar quedarme con las ideas principales y cómo se relacionaban entre sí, y sobre la marcha ir haciendo mi esquema. Obviamente no siempre podías hacer un esquema perfecto en lo formal, pero al menos en los conceptos sí. Por eso, mis apuntes nunca fueron demasiado buenos para compartir con otras personas: en ellos ya había un trabajo de interiorización que a mí me servía… pero para quien simplemente veía el papel, la sensación que le quedaba era que «faltaban cosas»; preferían pedirle los apuntes a los «amanuenses».
Así que lo de «esquematizar» me encaja estupendamente. Lo del «enriquecimiento visual» es en lo que estoy menos curtido. Mis esquemas eran discretos: algunas flechas sencillas, algunos «bullets», algún subrayado, algún cuadro… pero poco más. Los «sketchnoters» son mucho más desinhibidos, juegan mucho con dibujos alusivos al contenido, con el espacio y la distribución de los contenidos, sombras, texturas, tipografías… un festival visual, vamos.
Según dicen los fans de esta técnica, esta mezcla de esquematización + enriquecimiento visual nos hace por un lado a prestar más atención (para identificar los conceptos importantes, o al menos los que más «resuenan» en nosotros), nos facilita también la síntesis para relacionar ideas, y nos permite recordar mejor ya que estamos usando varias memorias (no solo la conceptual; también la visual, la muscular… mezclando «cerebro derecho» y «cerebro izquierdo»).
He estado leyendo el libro «The Sketchnote Handbook«, donde se recogen (además de una forma muy coherente con la idea) los conceptos básicos y la «filosofía». Y me he puesto a experimentar.
Hay algo que no comparto mucho de inicio, y es que los «sketchnoters» ciñen mucho su trabajo a la toma de notas «en vivo» (conferencias, clases, etc.). No sé, no me convence. Por un lado, lo veo «restrictivo»… a mí por ejemplo me puede interesar mucho más aplicar esta dinámica al resumen de libros. Y además le veo inconvenientes a la construcción del resumen «según se hace»… hay ideas que en principio puedes relacionar de una forma pero luego ver que encajan mejor de otra, hay ideas visuales que de primeras te resultan interesantes pero luego ves que puedes mejorar… Y de hecho la propia estructura del espacio o las ideas que más te interesa destacar no las sabes realmente hasta que has visto el conjunto.
Es verdad que el planteamiento original del «sketchnote» es «rápido», en la medida en que se hace a la vez que se escucha, quede como quede, y como mucho se le hace algún retoque a posteriori. Por el contrario, lo que yo planteo implica más trabajo (una primera escucha con toma de notas preliminares + un segundo esquema consolidando las ideas) pero no sé, encuentro que para mí es más «completo».
En fin, que voy experimentando. El resultado desde luego puede llegar a ser muy vistoso… y la verdad, también es un proceso muy divertido en sí mismo, en cierta forma parecido (y diría que más «flexible») a los mapas mentales con los que también trasteo de vez en cuando.