Ya no escribes de social media

Empecé a escribir este post hace la frilolera de… 2 años. Desde entonces estaba en borrador… hoy, no sé muy bien por qué, me ha apetecido abordarlo.
Me honraba por aquel entonces Jorge Galindo, en uno de sus posts (de un blog que a estas alturas ya no es tal; por eso no funciona el enlace), al considerarme entre una de sus lecturas habituales sobre el «mundillo de internet». Y hacía un comentario, al referirse a mí, muy certero: «que cada vez habla menos del tema».
Y menos que he hablado desde entonces. Porque cada vez me cuesta más «abrir la boca» (en este caso, abrir el blog, o el twitter, o lo que toque) para echar mi cuarto a espadas sobre «cosas de internet», «social media» y «dospuntocerismo». Hubo un tiempo, ya lejano, en el que podríamos decir que formaba parte del «mundillo». Iba a eventos, daba alguna charla, escribía mis cositas sobre el tema… pero lo cierto es que cada vez me encontraba menos cómodo. Algo en mi interior me decía que me estaba equivocando, que el «dospuntocerismo» que yo mismo estaba ayudando a alimentar era un camino equivocado. Cada vez que me iba a poner a escribir un post al respecto (recordemos que tenía un blog específico), sentía más pereza, más distancia, más desinterés. Y, no tanto como una decisión racional y consciente, sino como pura «desafección», me fui alejando.
Y no porque haya perdido «la fe». Sigo creyendo que el advenimiento de las «redes sociales» constituye una verdadera revolución, una cambio de dimensiones considerables con capacidad para tener un impacto muy relevante en muchas áreas de nuestra sociedad. Pero, con toda su relevancia, se trata de algo extremadamente sencillo que se puede resumir en dos elementos:

  • Las relaciones entre personas son, como lo han sido siempre, el factor clave en muchos ámbitos de la vida: cómo nos divertimos, cómo aprendemos, cómo compramos, cómo trabajamos, cómo evolucionamos profesionalmente, etc, etc…
  • La tecnología ha permitido amplificar esas relaciones personales, superando las barreras del tiempo y el espacio y añadiendo formatos/canales para iniciar y mantener esas relaciones

Y ya. Con esas dos ideas, está dicho el 99% de lo que merece la pena decirse al respecto. A partir de aquí, todo es regurgitar, y darle vueltas a lo mismo, y tratar de estirar como un chicle infinito algo que no da más de sí. Y a eso se dedican un montón de personas en el «dospuntocerismo», y así nos encontramos con toneladas de contenidos intrascendentes, repetitivos, superficiales, interesados… gente que analiza fenómenos en base a exepciones, creadores de slóganes vacuos plenos de lugares comunes, nulo sentido crítico, auténticos vendedores de motos empeñados en hacer parecer complejo lo que es en realidad sencillo, especialistas en diseccionar cada nueva herramienta como si fuera el no va más, pseudo-gurús tratando de disfrazar de ciencia algo que es puro sentido común inventándose en el camino conceptos rebuscados, «expertos en» y «apasionados de», eventos grandilocuentes en el que una y otra vez se dan vueltas y vueltas a lo mismo, másters que transforman lo que da para una hora de charla en semanas y semanas de clases…
En algún momento me deslicé por ese camino, pero creo que afortunadamente hoy guardo una sana distancia. Soy un convencido de las «redes sociales», y las integro en mi día a día como medio para relacionarme con otras personas, y ya está. No tengo inconveniente en explicarle a cualquiera que quiera escucharme el porqué, o el cómo las uso yo; porque estoy convencido de ello, y lo disfruto. De hecho, todavía de vez en cuando hago alguna charla «formal» al respecto (aparte de la brasa que le pueda dar a mis conocidos), pero siempre con este enfoque, y la verdad es que empiezo a sufrir si tengo que hablar durante más de una hora porque tengo la sensación de que más allá de ese tiempo ya estoy contando milongas.
Así que, enganchando con el inicio, tenía razón Jorge. Cada vez he ido hablando menos del tema. Porque creo que no hay mucho más que merezca la pena ser dicho.

Nace Ritacifuentes.com

Hoy se ha puesto «en el aire» un proyecto en el que he venido colaborando en los últimos meses. Se trata de Rita Cifuentes Magazine, una web sobre el mundo de la cocina protagonizada por la propia Rita Cifuentes. Rita es una persona con amplia experiencia en su sector, con una importante actividad como formadora y asesora de terceros (ella misma se presenta mucho mejor que yo). El objetivo era disponer de una presencia en internet basada, sobre todo, en los contenidos que puede ser capaz de aportar; no sólo en cuanto a meras recetas (que también), sino conocimientos variados relacionados con el mundillo.
Mi papel en este proyecto, diseñado por Pedro Puig y desarrollado por Onestic, ha sido más bien el de «inspirador» y «facilitador». Colaboré con Rita y Salvador Camarasaltas (que es el fotógrafo que ilustra toda la web) para ayudarles a encauzar la concepción del sitio, y serví de enlace con diseñador y desarrolladores para que la puesta en marcha fuese por los cauces correctos (haciendo de «traductor» en esa muchas veces complicada relación entre «los técnicos» y «el cliente»). No me he implicado con tanta profundidad como en otros proyectos anteriores (donde tocaba revisar hasta la última coma del contenido, o el mínimo detalle de funcionalidad o cuestión técnica), pero creo que el resultado final encaja bastante bien con la idea que en su día se puso sobre la mesa.
En fin, se trata de un proyecto que hoy ve la luz, pero que está llamado a ir creciendo y desarrollándose. Les deseo a Rita y a Salvador la mejor de las suertes con él; ya saben que el lanzamiento público no es ninguna «meta», sino más bien la «salida» de una carrera de fondo donde habrá esfuerzos pero también, confío, satisfacciones.

Web 2.0 en un pueblo de 100 personas

If we were 100

Si el mundo fuese un pueblecito de 100 habitantes, sólo 7 de ellos tendrían un ordenador.

Y si nos paramos a pensar en cuántos de esos 7 tendrían conexión a internet, y más aún, cuántos de esos son usuarios de herramientas web 2.0… pues eso, un micromundo digital, una sala de los espejos en la que nos entretenemos hablando de cosas que a la inmensa y abrumadora mayoría del mundo no les importa ni lo más mínimo.
PD.- Más ilustraciones de Toby Ng Kwong To en The World of 100, basado en un clásico: analizar estadísticas mundiales extrapoladas a un hipotético pueblecito para ser capaces de visualizar mucho mejor lo que quieren decir los números. Un recurso que, especialmente a los occidentales de vida acomodada nos impacta al comprobar cuán diferente es el mundo de lo que nosotros vivimos a diario.
PD2.- Se me olvidó antes, lo he visto referenciado varias veces en los últimos días… así a bote pronto en Sueños de la Razón y en Comunidad en la Red

Parto 2.0

Mano abierta

Ésta de aquí arriba es Nerea. Bueno, su manita. Nerea nació el pasado jueves, con un poco de susto (bien dicen que no hay dos embarazos ni dos partos iguales): lo que iba a ser una monitorización externa rutinaria (estábamos ya en semana 39) derivó en que «no se le escucha bien el ritmo del corazón, vamos a hacer una monitorización interna» que se convirtió en «vamos a estimular el parto ya mismo, que al bebé no le late el corazón como debiera» y, cuando volví media hora más tarde de buscar la maletita que teníamos preparada en casa, en «estamos preparando a tu mujer para llevarla al quirófano: la niña tiene una arritmia y mejor tenerla fuera para poder hacerle pruebas».
Fue un rato (afortunadamente corto: a las 10’30 llegamos al hospital para la cita que teníamos, a las 12:45 la niña estaba en mis brazos) de mucha inquietud: sentado en la sala de espera, por mucho pensamiento positivo que quieras tener, lo pasas mal; al fin y al cabo, una cesárea no deja de ser una operación, y las palabras «problema cardiaco» unidas a tu bebé ponen un nudo en el estómago al más pintado.
Pronto salieron a decirme que la cesárea había ido bien y a enseñarme a mi bebé, un instante fugaz antes de llevarla a la incubadora. A partir de ahí, otro rato largo de soledad: mi mujer en reanimación, mi niña en la incubadora, y yo sentado en la habitación, impotente, sin poder estar con ninguna de ellas. Más tranquilo sabiendo que la cesárea había salido bien, pero intranquilo pensando en los posibles problemas de la niña, y en la angustia que estaría pasando la madre. Una sensación extraña: mientras que con mi primer hijo, una vez lo pusieron en mis brazos, me sentí exultante… aquí había unos nubarrones que me impedían disfrutar del momento.
Afortunadamente, la cosa fue evolucionando bien: las primeras pruebas resultaron tranquilizadoras, ya el mismo jueves nos llevaban a la niña para que hiciese sus primeras tomas, y el viernes por la mañana la «desincubaron» y pudo estar en la habitación. A partir de ahí, más pruebas también positivas, la madre en recuperación constante hasta que ayer lunes nos dieron el alta. La arritmia de la niña se ha ido difuminando y, aunque le harán un seguimiento por si acaso, parece que todo quedó en un susto. La felicidad tardó un poco más en llegar, pero llegó igualmente.
En todo este proceso encontré en facebook y sobre todo en twitter dos importantes vías de escape. En condiciones normales no tenía ninguna intención de usar estos canales (en fin, pensaba yo, un padre tiene que estar a lo que tiene que estar y olvidarse de la maquinita) más que para anunciar la buena nueva al final. Sin embargo, la mezcla de tensión y de soledad me hicieron escribir muchos más mensajes de los que hubiera imaginado. Verbalizar mis sensaciones me ayudó a no comerme demasiado la cabeza. Y qué decir de la respuesta obtenida… decenas de mensajes de felicitación, de ánimo, de comprensión, de experiencias similares… que me hicieron sentirme muy reconfortado y acompañado, aunque a mi alrededor no hubiese nadie.
Habrá quien piense que son cosas demasiado personales como para tuitearlas o para contarlas en un blog. Que tiene un punto de exhibicionismo enfermizo. Yo no lo veo así, no pretendía enseñar nada de cara a la galería, sino que lo usé y lo uso como lo hago siempre: para expresar mis pensamientos e inquietudes. Solo que esta vez, en unas circunstancias tan extraordinarias y tan vitales, todos mis pensamientos e inquietudes estaban centrados en una única cosa. Y la respuesta recibida me reafirma en algo: que todo esto del 2.0 va, sobre todo y casi exclusivamente, de personas que se relacionan y que comparten trocitos de sus vidas.
Enseguida volveremos a la «vida normal» (una nueva «normalidad», sin duda, con algunas rutinas diferentes). Mi vida 2.0 reflejará también esa normalidad, y volveré a mis temas habituales. Pero en estos días excepcionales, era inevitable que mi vida 2.0 también se transformase. Porque es algo ya muy integrado con mi «vida 1.0», no es algo que desconecte y deje en casa. Y estoy contento de que así sea.

Web 2.0 y empresas, con ULMA en Oñati

La próxima semana, concretamente el jueves 5 de marzo, estaré en Oñati (Guipuzkoa) en una conferencia / mesa-redonda titulada «Web 2.0 y empresas: retos y oportunidades» gracias a la iniciativa de ULMA.
El evento será a las 11:00 en el Auditorio ULMA, y después de un rato de exposición tendremos un seguro que interesante intercambio de opiniones con David Sánchez e Iker Merchan.
Como siempre, si alguno estáis por allí, ¡nos vemos!

Curso sobre web 2.0 en Madrid

Una de las cosas que planteo con Digitalycia es ofrecer cursos de formación, tanto a empresas como «en abierto». Con la llegada del nuevo año, estoy organizando uno de estos cursos para el 26 de febrero en Madrid.
Mientras que para empresas ya he hecho alguno, ésta es la primera vez que monto uno «en abierto». Tengo el gusanillo en el estómago, más que nada porque es una iniciativa «a riesgo»: hay que conseguir involucrar a un número adecuado de personas (15-20 es mi objetivo, aunque seguiría adelante hasta con 10 personas) para que la iniciativa resulte medianamente rentable. ¡Así que a ver qué tal se da! Entrecomillaba el «riesgo» porque, en última instancia, me guardo la baza de cancelarlo si no se alcanza un quorum mínimo, pero qué duda cabe que sería un fracaso que no quiero que suceda…
Os dejo el enlace al folleto con más detalles. Por supuesto, si alguno de vosotros está interesado (aunque aviso de que es un curso bastante básico de introducción a estas cosas de la web 2.0, más pensado en gente que «ha oído campanas pero no sabe dónde» que en avezados dospuntoceristas) podéis poneros en contacto conmigo; estaré encantado de ofreceros un «precio especial». Y, más «por supuesto» aún, os agradeceré infinito toda la difusión que podáis darle al tema…
Lo dicho. A ver qué tal va la cosa.

Marketing 2.0 en ESADE

Esade Marketing 2.0

Esta pasada tarde he estado en el evento «El Marketing y el consumidor en la web 2.0; una moda o una realidad» organizado por el Club de Marketing ESADE, y que ha contado con la participación de Marc Cortés, Juan Luis Polo, Javier Godoy e Ícaro Moyano (rebautizado como «el chico de Tuenti»).
Evento interesante, con publico heterogéneo (estábamos algunos de los de siempre, pero también una mayoría de gente ajena al mundillo… de esos a los que hay que «evangelizar»), y que ha salido bastante bien, con unas ponencias bien hechas y un turno de preguntas muy animado (que nos ha llevado por encima de las dos horas).
De las charlas quizás la que más me ha gustado ha sido la de Javier Godoy, al único que no conocía personalmente. Aparte de tener un estilo peculiar (parece «soso» de entrada, pero luego tiene una retranquilla curiosa), su ponencia ha estado muy centrada en un tema concreto (la formación de comunidades entorno a marcas y productos) que ha desarrollado de forma muy clara y con el nivel ideal de profundidad.
A Juan Luis no había tenido ocasión de oirle en un foro público anteriormente, pero no puedo decir que me haya sorprendido: la misma energía que muestra en el «cara a cara» es la que tiene encima de un estrado. Juan Luis ha planteado una charla muy de «abrir los ojos» a los que no saben muy bien de qué va todo esto, de «ponerles las pilas» para que empiecen a buscarse la vida porque el status quo está cambiando mucho y muy rápido.
La ponencia de Marc Cortés me ha dejado un poco regulín: ahí estaban todos los conceptos «dospuntocero»… pero diría que a la presentación le faltaba un poco de hilo conductor, los conceptos se sucedían sin un ritmo claro. Obviamente a Marc le sobran los conocimientos (como ha quedado más que claro en los turnos de preguntas), pero de cara a la presentación he echado un poco en falta algo más de «storytelling».
Ícaro ha hecho su presentación habitual sobre Tuenti. Sin duda, es un tío con un carisma desbordante, lo que cuenta es interesante… pero para mi gusto hace demasiado de «director-de-comunicación-de-Tuenti» (que es lo que es, claro). No cuenta «lo 2.0 es guay», ni siquiera «las redes sociales son guays», sino directamente «Tuenti es guay» (y «arrasamos a Facebook», etc). Entiendo que también es un poco su papel, pero me queda la sensación de que al representar un papel tan partidista nos perdemos mucho del valor que podría darnos desde una perspectiva más amplia.
En fin, un rato muy agradable oyendo hablar de todas estas cosas que tanto me gustan, y que me han dado pie a unas cuantas reflexiones que tendré que ir desgranando ya en Digitalycia.

¿Salvar Mobuzz? ¿Y por qué?

Mira que no quería, pero al final… Es el tema del día en «los mundos blogosféricos de Yupi»: Mobuzz ha lanzado una campaña de captación de donativos para poder seguir financiando sus actividades.
Un poco de contexto: Mobuzz es un canal de «televisión por internet«, es decir, graban sus shows, los cuelgan en internet (gratuitos para los espectadores) y cobran por publicidad. Llevan ya unos cuantos años, son muy activos en la blogosfera (suelen cubrir muchos saraos: no por beneficencia, sino porque consideran que esos contenidos «venden»), etc. Pero lo cierto es que no ganan dinero: lo pierden. Hasta ahora han sobrevivido en parte con publicidad (que no cubría los costes) y en parte puliéndose el dinero de sus inversores. Imagino que esperando que en algún momento el volumen de espectadores y la publicidad en el sector del video online equilibrase la ecuación. Pero ha llegado la crisis antes que ese momento: los anunciantes escasean, y los inversores no quieren seguir poniendo más dinero.
Ante la tesitura de tener que cerrar, han planteado esa campaña de donativos a sus usuarios. Una campaña que ha tenido bastante repercusión (p.j. EnriqueDans, Varsavsky, Julio Alonso, y en muchos otros blogs, y en twitter), porque en Mobuzz han cultivado buenas relaciones con gente relevante a lo largo del tiempo y hasta en los medios «de verdad». Algunos de éstos se limitan a informar de la iniciativa, y otros toman partido: «hay que salvar Mobuzz». Y yo me pregunto… ¿de verdad hay que salvar a Mobuzz?
Antes que nada: yo he donado. No soy un espectador habitual de sus shows, pero me parecen gente maja, es un proyecto que me cae bien y, en fin, mi dinero es mío y me lo gasto en lo que quiero (y total, lo que he donado tampoco va a ningún sitio). Pero no me atrevería a decir que «hay que salvarlo», ni me atrevería a animar a otros a donar.
Mobuzz es una empresa, su objetivo es ganar dinero. Es así de sencillo. No hay un objetivo más elevado detrás, ni altruismo: ni «es que es una start-up», ni «hay que apoyar la innovación» (¿tan innovador es?), ni «tenemos que apoyarnos entre nosotros», ni «como es 2.0″… eso no son argumentos (aunque obviamente, cada uno aporta por lo que quiera). El gran motivo que tiene cada individuo para donar es: ¿cuál es la utilidad marginal que me proporciona la existencia de Mobuzz? ¿qué sucede si Mobuzz no vuelve a emitir? ¿cuánto estoy dispuesto a pagar para que eso no suceda?
La respuesta oscilará entre el «nada, me la suda que sigan emitiendo o no» y el «me muero si dejan de emitir, hipotecaría mi casa para salvarles»; pasando por el «lo veo habitualmente pero tampoco pagaría por ello» y el «estaría dispuesto a poner x euros por seguir viéndolo: aquí están».
La respuesta agregada de todos los potenciales usuarios dará una cantidad. ¿Es suficiente? Pues entonces Mobuzz se salvará porque proporciona una utilidad a los usuarios, y está bien que se salve. ¿No llega? Pues entonces Mobuzz cerrará y, en términos generales, nadie la echará de menos.
Así que, pase lo que pase, estará bien: si se salva porque sus usuarios pagan por sus contenidos (al fin y al cabo, esta donación no es nada más que eso), pues estupendo. Y si no se salva porque a sus usuarios les da igual… pues adios muy buenas, está mejor cerrada que abierta.
Libre mercado. Asignación eficiente de recursos. Utilidad y coste marginal. Y no hay nada más.

Cursos de formación 2.0 en Digitalycia

Una de las «líneas de negocio» más evidentes de Digitalycia es la formación sobre la web 2.0 orientada a empresas. En ese sentido, estoy «paquetizando» un curso de media jornada de duración en el que primero hablamos sobre qué es la web 2.0 y reflexionamos sobre el impacto que puede tener sobre las empresas y por qué hay que prestar atención a este fenómeno. Y después pasamos a hacer un repaso sobre distintos aspectos de esta «web 2.0» (herramientas, utilización, casos de éxito, etc.) siempre planteado desde su uso más corporativo, con la idea de que sirva de «inspiración» a los asistentes como materia a desarrollar en su propia actividad.
La idea es ofrecerlo en dos tipos de convocatorias: in-company (para empresas que contraten una o varias sesiones completas del curso; con importantes descuentos para sesiones múltiples) y convocatorias abiertas (para profesionales individuales o empresas que quieran apuntar a pocas personas), que se irán realizando a medida que vaya habiendo «quorum».
Así que nada, si tenéis por ahí gente a la que le pueda interesar el tema (a los lectores habituales ya os doy por más que instruidos… aunque igual en vuestro entorno, incluso en vuestras propias empresas, hay cabida para ello, ¿no?), ¡ya sabéis dónde encontrarme! (más información en la página de Digitalycia)

Hablando de blogs y empresas en Asturias

El próximo día 23 de octubre, si el tiempo no lo impide, estaré en Asturias hablando de blogs y empresas. Concretamente, han llamado a la charla (e intentaré ceñirme lo más posible a esa orientación) «Blogs y empresa: cómo pueden ayudar los blogs a las personas emprendedoras y a las micropymes».
Se trata de un ciclo de conferencias promovido por el CTIC (Centro Tecnológico de la Información y la Comunicación, organismo del Principado de Asturias para la difusión de la tecnología) y sus centros SAT, y en cuya organización participa muy activamente la Domótica Davinci del amigo Chemy , otro que decidió tomar las de Villadiego y cambiar de los aires madrileños por otra vida mejora y a quien quiero agradecer su invitación).
Si no hay novedad, será como digo el 23 de octubre a las 17:30 en el Palacio de Camposagrado de Avilés. Espero que quede una charla agradable y entretenida: ¡allí nos vemos!
[Actualización] Ya está disponible el aviso y las instrucciones de inscripción en la web de astursat