En la vida, a veces, es necesario tirarse a la piscina. Es algo que siempre entraña un cierto riesgo. Por supuesto, nunca es recomendable tirarse a lo loco, sin preocuparse de si hay agua o no. Pero tampoco es una buena idea obsesionarse con la aversión al riesgo y buscar la seguridad absoluta antes de hacerlo, porque llegaríamos al fenómeno conocido como «la parálisis por el análisis». Y es que la certidumbre total nunca existe, por lo que siempre tendremos que tomar decisiones asumiendo un cierto nivel de riesgo.
Y en estas circunstancias, a veces las cosas salen bien, y a veces salen mal. Uno mira, considera que hay agua suficiente en la piscina como para tirarse… pero a veces se equivoca. No pasa nada, así es la vida. Lo que no debemos hacer en estas circunstancias es incrementar nuestra aversión al riesgo e inmovilizarnos en decisiones futuras. Hay que seguir tirándose a la piscina.
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ya me estoy poniendo el bañador…
gracias por el empujón
En plena incertidumbre económica (especialmente en el mercado inmobiliario), en los corrillos de amigos surge muy frecuentemente alguien que tantea a los demás: «Y vosotros ¿creéis que es buen momento para comprar casa o debo esperar a que baje más?»
Me recuerda a aquella «Estrategia del pingüino», según la cual las colonias de dichos animales esperan en la orilla y se debaten indecisas entre tirarse al agua o esperar a algún voluntario que lo haga primero y certifique que no hay peligros al acecho. Siguen a rajatabla las tres máximas siguientes:
1. No seas el primer pingüino en entrar al agua
2. No seas el único pingüino en el agua
3. En caso de duda, pregunta a un pingüino que esté mojado 😉
¿Quién se moja?
Me gusta la teoría de los pingüinos 😉 Habrá nque probar a ver si funciona o termino con la frente llena de tiritas como siempre…
Claro que sí, Raúl, hay que tirarse a la piscina siempre aunque el agua esté muy fría. Sólo así se avanza y sólo los que se atreven a hacerlo mueven el mundo en cualquier orden. ¡Mucha suerte!
Completamente de acuerdo con este post… Parece que lo hubieras escrito para mí 🙂
Yo hace poco me tiré a la piscina. Estaba con una persona cuya zona de confor es muy pero que muy grande, por lo que la relación no evolucionaba practicamente en nada. Deje, la relación y me tire a la piscina. Ahora me encuentro nadando, con la esperanza que pronto mis pensamientos se centren en otra cosa que no sea la de pensar hasta que punto la decisión fue acertada. No obstante, creo que cuando nos tiramos a las piscina, motivos hay para ello. Es lo que pienso actualmente mientras nado, para no volver para atrás.
Saludos.
Estudie otra carrera.
Pero estuve años escribiendo un guion, sin mayor conocimientos, logré concretar y grabar la obra, dirigiéndola. Me lancé a la piscina! Aún tengo miedo por que no sé cuáles serán los resultados.
La productora me hizo una advertencia, que esperara o que no grabáramos. Aunque tengo muchas emociones en mi, sobre todo miedo. Creo que es algo qué hay que hacer para crecer