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Tu combinación única de fortalezas y debilidades

El otro día caminaba con mi hijo por el pueblo. Era sábado, veníamos de la piscina, y de regreso pasábamos por delante del colegio. Allí, como suele ser habitual, se desarrollaban los típicos partidos de «deporte escolar».
– «¿Y a ti no te gustaría apuntarte a esto del deporte escolar, y venir aquí los sábados como toda esta gente?», le pregunté
– «No… no me apetece»
– «¿No?»
– «Es que tampoco se me da muy bien, me resulta muy difícil»
Lo cierto es que no está especialmente dotado para los deportes, y no le interesan mucho (no sé qué vino primero; seguro que la genética tiene parte de la culpa… :S).
– «Pero a ti hay cosas que sí se te dan muy bien, ¿a que sí?», continué
– «Sí… como las mates, ¡soy un crack!» (y es verdad, las cosas de la cabeza se le dan bien; espero que la genética compense por este lado :D)
– «Bueno, pues ya ves… hay gente a la que se le da bien unas cosas, y a otros se les dan bien otras; no pasa nada»
El objetivo de esta charla improvisada sobre «fortalezas y debilidades» era doble. Por un lado, hacerle ver al crío que a todos hay cosas que se nos dan mejor y otras que se nos dan peor. Y que no pasa nada, está bien así, cada uno es como es. No hay que torturarse con las cosas que «no nos salen bien», o dejarse impresionar por «lo bien que lo hacen los demás», porque hay muchas otras donde somos nosotros los que destacamos; simplemente se trata de ser consciente de ello.
Y en paralelo, hay que ser humilde y empático con los demás. No hay lugar para los sentimientos de superioridad («qué bueno soy yo, y qué torpe es el otro»); basta con recordar esos aspectos en la vida con los que estamos peleados para saber cómo se puede sentir alguien a quien le cuesta hacer algo que a nosotros se nos da bien.
Ni inferior ni superior; diferente y único.
El caso es que estos días, donde tengo muchas conversaciones y reflexiones sobre mi «perfil profesional», estoy recordando mucho esta charla. Hay cosas que se te dan mejor, hay cosas que se te dan peor. Y cada vez estoy más convencido de que el margen de cambio que tenemos cada uno es pequeño. Creer que nos vamos a transformar en otras personas, que nuestras debilidades van a desaparecer… es una fuente segura de decepción. Más nos vale aceptarnos como somos, identificar cuáles son nuestros puntos fuertes, sacarles partido y buscar un sitio donde las cosas que aportamos (cada uno según nuestro perfil único) sean reconocidas, apreciadas y valoradas.

4 comentarios en “Tu combinación única de fortalezas y debilidades”

  1. Una duda que me entra mucho al respecto…
    Como estrategia vital (o de «negocios»), ¿es mejor mejorar nuestras ventajas, o nuestras debilidades?
    ¿Es mejor reforzar en lo que somos buenos para ser mejores y mantenernos adelante de los demás?
    ¿O por el contrario es mejor pulir nuestros defectos para presentar menos puntos negativos?
    En general, casi todo el sistema influye mucho más en lo segundo. Casi siempre se enfoca el asunto desde el punto de vista de «puntos a mejorar», o incluso con el ejemplo que ha puesto, un profesor seguro que sugeriría concentrarse en los puntos débiles…
    Y sin embargo, estoy casi seguro que casi todos los planes de negocio inciden en «concentrarse en lo que uno sabe hacer» Especializarse, etc…
    No tengo una respuesta clara; puede que sea algo intermedio (pulir los defectos hasta un punto «psé/media», enfocar las ventajas todo lo que se pueda), pero es algo que me plantea dudas…

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  2. Raúl, yo apuntaría entre tus debilidades la de tener ideas tales como sugerirle a tu hijo que te hipoteque las mañanas de los sábados. Quizá jugabas sobre seguro y fue sólo un farol.
    Interesante reflexión, e interesante también la que plantea el comentario anterior de Jaime

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  3. No has tenido en cuenta un punto de vista. El gusto por hacer algo.
    A veces uno dsifruta con cosas que no hace bien, pongamos cantar. A mucha gente le gusta cantar y lo hace de pena. E igual hacen cosas bien pero que les aburren.
    Pregúntale a Pablo si se divierte haciendo deporte igual es sólo que está acomplejado…

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