Me llamo Raúl, nací en 1976, tengo dos hijos y vivo en Aranda de Duero (España). Me dedico a dar formación y a acompañar a personas y equipos en sus procesos de cambio.
Y escribo una newsletter con ideas, reflexiones y herramientas para una vida más sencilla, equilibrada y significativa.
«Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido…»
A mí, como a Fray Luis de León, el «mundanal ruido» me tiene un poco hasta el cogote.
La actualidad, los medios de comunicación, la política, el bombardeo de las redes sociales, las miserias del mundo corporativo…
Hasta el cogote, insisto.
Hace tiempo que me propuse seguir esa “escondida senda” de la que habla Fray Luis, y buscar una vida más sencilla, equilibrada y significativa.
Estoy en ello.
Y de paso comparto mis ideas y reflexiones en una newsletter gratuita. Cada semana cientos de personas reciben un correo electrónico. Dicen que «hago pensar» y que resulto «honesto, cercano, concreto y conciso».
Me lo tomo como un piropo.
«Caminante no hay camino; se hace camino al andar»
Siempre me han inspirado estos versos de Antonio Machado.
Para mí significan que nuestra vida sólo se entiende mirando hacia atrás, como resultado de nuestras circunstancias y nuestras decisiones. Y que cada día, con cada nuevo paso, vamos abriendo un camino personal e intransferible.
Te voy a hablar de mi camino.
Nací en una pequeña ciudad de provincias (Salamanca), estudié «Administración y Dirección de Empresas» y empecé mi carrera profesional siendo uno de esos jóvenes trajeados que trabajan en un rascacielos de la gran capital y que se creen algo en la vida.
Ya, ya, no me juzgues.
La cuestión es que, desde muy temprano, sentía que a esa vida de (presunto) éxito le faltaban cosas importantes.
Y lo que es peor, que no tenía pinta de mejorar con el tiempo.
Porque yo miraba a los que me rodeaban, y a los que estaban por encima de mí… y no, definitivamente ésa no era la vida que yo quería llevar.
Así que me fui.
Dejé la multinacional de consultoría, y me puse como freelance.
Dejé Madrid, y me vine a vivir a este pequeño pueblo.
Sigo trabajando en el mundo de la empresa (porque hay facturas que pagar), pero intento ceñirme a proyectos que tengan sentido, a trabajar con personas que merezcan la pena y a hacer cosas que me aporten algo más que unos euros.
No siempre se consigue, pero se intenta.
Mientras tanto sigo explorando cómo añadir más sencillez, equilibrio y significado a mi vida.
Y eso es lo que me gusta compartir en mi newsletter semanal.