Este es un proyecto serio y a largo plazo, no quiero un blogger que a los 3 meses me diga que no puede escribir porque el gato se enfermó o porque tiene muchas materias este trimestre.
Mira que Eduardo Arcos no es santo de mi devoción, pero en esta ocasión ha estado fino. Él quiere un «blogger profesional«. Pero, como decía yo, «no hay tanta gente dispuesta a asumir ese compromiso y esa constancia, aunque sea de forma remunerada.»
Tanta no la habrá, pero alguna sí que la hay. Pero es que las condiciones de la remuneración son muy importantes, y es algo sobre lo que se suele pasar de puntillas. Y es que pedís peras al olmo.
La profesionalidad hay que pagarla. Porque estáis hablando de «profesional», ¿no? Que no es lo mismo que semi-profesional o amateur. Vaya, no tiene nada que ver.
Es un mal endémico del blogging comercial, que se apoya en una estructura mayoritariamente amateur. Lo que no acabo de entender es a que os referís con eso de «blogger profesional». Si a un editor de contenidos profesional o a un blogger tipo Javier Peñalva (grande él, muy grande) que decide ‘colgar las botas’ de su actual ocupación para dedicarse en cuerpo y alma al blogging como profesión, con sus autónomos y toda la parafernalia. Por que todo lo demás no es blogging profesional, y está inevitablemente sujeto a los vaivenes de la vida cotidiana y las ocupaciones profesionales que dan de comer a cada uno de esos editores que colaboran en las diferentes redes de blogs.
Que sí, que hay gente impresionante que aparte de cumplir con sus respectivas actividades profesionales luego va y la borda en esto del blogging comercial. Pero creo (y de vuestras palabras así lo deduzco también) que no debe ser lo que más abunda.
Y a medida que vais creciendo como empresa-red se os agotan las posibilidades y es más alta la demanda que la oferta.
Tal y como yo lo veo, son dos cosas distintas: por un lado la «relación laboral» que se establezca, y otra la profesionalidad como cualidad intrínseca a la persona, que hay quien la tiene y hay quien no.
Para mí, ser «profesional» tiene que ver con el compromiso, la involucración, la responsabilidad, la seriedad, el rigor… con ser «cumplidor», con responder a lo que tú mismo te comprometes. De hecho, algo parecido decía ya hace casi dos años.
Y, como digo, esa es una cualidad que quien la tiene, la aplica en todos los ámbitos de la vida. Lo hace por un trabajo remunerado de 100 horas a la semana, y también en sus actividades de voluntariado o en sus hobbies, o con sus amigos o su familia. Si decide involucrarse en algo, lo hace en serio y con todas las consecuencias, y si no simplemente decide no involucrarse.
Pero luego están los que no la tienen. Y a esos da igual lo que les pagues, o la dedicación que les «compres»: siempre van a tender a no cumplir sus compromisos. Y de esos he visto en el trabajo y fuera de él.
Cuando hablo de blogger «profesional» me refiero a ese tipo de profesionalidad. Alguien que entienda que si se compromete a algo es para cumplirlo, que si se incorpora a un proyecto no lo deja a medias o se raja enseguida. Me da igual si su compromiso es de 2 horas, o de 100 horas – lo que quiero es que esas horas se las tome en serio.
Y para mí, esa profesionalidad no «se paga». Quiero decir, que pagar más dinero no me asegura esa profesionalidad. Porque tú me vinculas la profesionalidad a dedicación (en número de horas), y yo te digo que son variables bastante independientes.
Dentro de esto, por supuesto, no hay blanco/negro, sino una escala. Pero en el extremo más frustrante están los que caricaturiza Eduardo Arcos: los que un día te dicen «sí, guau, qué ganas tengo de esto» y que a la semana desaparecen sin decir ni pío.
Yo no creo que pedir esa profesionalidad sea pedir peras al olmo, la verdad. A lo que aspiro en cada proyecto profesional y personal en el que me involucro es a encontrar personas así.
PD.- Un ejemplo que me parece perfecto es el de los deportistas: cuántos deportistas «amateur» hay que sin embargo se cuidan, dedican una y mil horas a entrenar, pagan de su bolsillo material, desplazamientos y lo que haga falta… serán «amateur», pero para mí son mucho más profesionales que algunos que cobran por ello.
PD2.- Otra cosa distinta es el «modelo de negocio de las redes de blogs». Para mí, el modelo actual es sostenible. Cambiar a un modelo de «redacción editorial» no creo que nos asegurase tener mejores «profesionales», ni mejores conocimientos, ni más pasión. Cambiaríamos más dinero (probablemente) por más exigencia en términos de productividad, pero no creo que sea ese el punto sobre el que se basan los blogs: para mí el modelo de negocio de las redes de blogs se basa en conseguir «muchos pocos» de gente brillante, que no haría esto a tiempo completo, pero que sí le puede dedicar parte de su tiempo libre (y que de hecho, muchos lo hacen por sí mismos sin recibir nada a cambio). Sé que este modelo nos genera una cierta rotación, y variabilidad en la disponibilidad de tiempo. Me parece bien, puedo vivir con ello, porque a cambio recibo otras cosas. Pero hay «profesionales» en uno y otro modelo, y no diría que hay más en uno que en otro.
« Y para mí, esa profesionalidad no “se pagaâ€. Quiero decir, que pagar más dinero no me asegura esa profesionalidad«.
¡Bingo! un irresponsable es un irresponsable con sueldo de 1 dólar y con un sueldo de 10,000 dólares.
Atte. No-santo-de-tu-devoción 😉
Queda muy clara la diferencia entre un buen profesional o nó, efectivamente existe esa gran diferencia en todos los niveles y en cualquier orden de la vida.
En todas las tareas que abordamos cotidianamente, sean remuneradas o nó, bien sean , trabajo , hobbies , acciones de ayuda de voluntariado , cada persona responde con un grado de implicación distinto, y eso depende única y
exclusivamente del nivel de responsabilidad de cada persona .