Yo empec� a trabajar «en provincias». Bueno, de hecho yo soy «de provincias», y estudi� en «provincias» (distinta a la del nacimiento). S�lo despu�s me vine a la capital. Y vaya, qu� diferencia…
No me refiero s�lo al hecho de que tardes �3 turnos! en cruzar la Castellana (ya s�, ya s�, la bonaerense 9 de julio se puede llegar a tardar m�s en cruzar), o lo grandes que eran los edificios, o lo apretados que van los autobuses (juro que mi primera jornada de trabajo en Madrid me sent� un poco como Paco Mart�nez Soria en «la ciudad no es para m�»).
Tambi�n se nota en la forma de trabajar. En mi oficina «de provincias», �ramos pocos. Del socio al reci�n llegado las distancias (aunque exist�an) no eran tan brutales. Conviv�amos con gente de otros departamentos, nos ayud�bamos, nos intercambi�bamos informaci�n. S�lo hab�a dos o tres chicos de soporte que lo mismo sub�an el agua, que se encargaban de imprimir o encuadernar, o iban a buscar material que faltase. Y si la cosa corr�a prisa, te met�as t� mismo a imprimir/encuadernar o-lo-que-sea.
Y los clientes �ay, los clientes!. Mucho menos «maleados», m�s agradecidos, m�s colaboradores.
Y llega uno a la capital, y resulta que hay que enviar un formulario para que te impriman una copia a color. Eso, en una oficina subcontratada. Los del material son distintos que los de reprograf�a, y dios te libre de saltarse el protocolo bajo riesgo de una buena bronca. Todos los que te rodean son como t�, y trabajan de lo mismo que t�. Y los socios son unos se�ores que habitan «la planta noble».
Y los clientes… �ay, los clientes! En la capital ya han visto de todo… y se comen los cosultores por una pata.
Que no digo yo que todo esto no sea eficiente, que lo ser�. Pero aquello ten�a cierto encanto.
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Por eso algunos, tras habitar la capital decidimos quedarnos en provincias.
Si, puede que est�s mas capao en el trabajo en una empresa peque�a, pero algunos hemos aprendido a no vivir para trabajar, y en provincias suele haber m�s calidad de vida.
Ahora, si te has acostumbrado a vivir para trabajar, entonces la calidad de vida te da igual (total, despu�s de 12 horas en la oficce, qu� mas da que te cueste una hora llegar a casa).
De acuerdo con zhalim. Es m�s, por eso algunos que somos de la capital nos vin�mos a las «provincias», donde la gente se queja amargamente porque el tr�fico estaba imposible y han tardado m�s de 12 minutos en llegar desde su casa.
Ayer por la tarde llev� a mi madre a Atocha (ella, y yo tambi�n, que narices, somos de provincias). S�lo dec�a: si llego a saberlo no te dejo que me traigas. Y yo le contestaba: si est� aqu� al lado!!!
Total: nos cost� menos de una hora llegar. Eso es cerca �no? 🙂
Yo tambi�n soy de provincias y orgullosa de serlo!!
De todas formas es complicado conocer alguien de Madrid de Pedigree (3 generaciones), la mayor�a son madrile�os de pacotilla…
;-P