A ver si nadie me malinterpreta, que con esto de lo políticamente correcto está el patio de un susceptible…
El caso es que ayer veníamos por la A4 – Carretera de Andalucía atravesando esos interminables parajes de La Mancha («camino Puerto Lápice»). Es tradicional (yo lo llevo viendo toda la vida) que en los bordes de la carretera se vean pequeños tenderetes de venta de melones y alguna sandía (por cierto, qué calor pasará esta pobre gente…). Unas decenas de metros antes, suelen poner un cartel indicativo (que viene a ser un cartón con letras pintadas que pone con mayúsculas desiguales «MELONES»).
El caso es que me hizo gracia comprobar cómo estos carteles, tan cutres como siempre, ahora incorporan con el mismo estilo una grafía árabe (que intuyo que quiere decir «MELONES» también), para aprovechar el tirón con los miles y miles de conductores de ese origen que cruzan España de arriba abajo y viceversa cada verano.
Me encantan esos ejemplos de «marketing de la calle». Y es que al final, las «ciencias de la empresa» no dejan de ser, en el 95% de los casos, puro sentido común.
Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí
Bueno, si coges la carretera de Ronda a San Pedro de Alcántara (muy habitual para los que somos moteros), veras gente en la cuneta vendiendo…Pelotas de golf. ¿Un ejemplo de adaptación al mercado? 😉
De la misma manera, si coges cualquier carretera secundaria de Alicante o Murcia, cerca de una plantación cualquiera de naranjos, limoneros, tomates, etc etc verás unas cuantas prostitutas sentadas esperando a los clientes…Ejemplo de «product placement»?
Ups, olvidé comentar para quien no conozca la zona que San Pedro de Alcantará es la entrada a Marbella y todos sus campos de Golf… 😀
Sobre lo de los tomates y las prostitutas…Pues no acabo de ver la relación…¿Diversificación, quizás? 😀
Nonono, más bien quiero decir que los clientes más asiduos de los servicios de este tipo de prostitutas (digamos, no «finas»), son la gente que trabaja en el campo en estas provincias…
Bueno, es otra manera de vender «melones».
Ooops perdón por el chiste fácil