Priorizar es decidir qué se hace antes y qué se hace después (o, en última instancia, qué se hace y qué no se hace). Es algo fundamental para gestionar el tiempo escaso, y se puede hacer en función de diversas variables: urgencia, importancia, criticidad, efecto a terceros, relevancia del cliente…
Pero a mí no me gusta priorizar. O, mejor dicho, no me gusta que producto de dicha priorización haya cosas que se queden sin hacer. Eso sucede cuando el tiempo es escaso y, por mucho que se intente estirar, sólo da para atender las cosas más prioritarias. Y las menos prioritarias no…
No me gusta esa situación. No me gusta «incumplir» con nadie. No me gusta transmitir el mensaje a nadie (ningún cliente, ningún compañero, amigos o familia) que son «menos importantes» que otros.
Y eso me lleva a una sensación bastante desagradable. Por intentar que no suceda, al final vas como puta por rastrojo. Y claro, eso de «vísteme despacio que tengo prisa» tiene todo el sentido del mundo, y correr como pollo sin cabeza no suele dar el mejor resultado. Y aun así, las más de las veces siempre dejas a alguien fuera, siempre sacrificas a alguien. Normalmente es uno mismo el primer sacrificado (tu descanso, tus hobbies…), pero después viene lo peor: ¿a quién dejo de dedicarle tiempo? ¿a los amigos? ¿a la familia? ¿a qué cliente dejo de lado?
La verdad es que todo el lío de la mudanza me ha generado un cierto atasco de cosas por hacer que intento gestionar lo mejor posible (priorizando) pero tengo la sensación de que a pesar de que ya estoy sacrificando unas cuantas cosas, ni siquiera estoy obteniendo los mejores resultados.
Pero bueno, como se suele decir, la forma de comerse un elefante es… a pedacitos.
Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí
Bueno,
animate, tras la tempestad viene la calma, seguro que dentro de poco las aguas vuelven a su cauce, el nivel de trabajo sera normal, vamos digo yo 😛
La dese del elefante me ha encantado, me la apunto.
Y esto que te está pasando nos pasa a todos, así que estate tranquilo porque el tiempo que empleas en pensar estas cosas es tiempo ¿prioritario?, no se si me explico.
Pues te recomiendo que te leas a Angel Medinilla http://presionblogosferica.com o a Jeroen Sangers http://canasto.es para ponerte las pilas con GTD http://en.wikipedia.org/wiki/Gtd
que aqyui se pueden haser muchas tares grasias por su atension brabooooooooooooooo
O que interesante tu blog, pues en este momento estoy desarrollando mi tesis de Ingenieria en priorizacion usando redes neuronales
Que buenas reflexiones, y tienes razon en realidad nadie ni nada es menos importante, de hecho los detalles pueden ser definitivos para cosas mas «importantes», lo único que si es que, en este tiempo pues la verdad hay sobrecarga de actividades y el tiempo no alcanza para todo… pero si todo es importante… entonces a qué conclusión podemos llegar gestionando el tiempo?