Ya sabemos aquello del «Think global, act local»; piensa en global, actúa en local. Porque al final, por mucha gran visión que se pueda tener, es en nuestro entorno más inmediato donde lo que nosotros hacemos tiene un impacto más real.
Soy socio de Cruz Roja desde hace unos años. Cada cierto tiempo me venían mandando la revista para socios, en la que cuentan los proyectos en los que se involucran. Pero claro, de una forma muy global: la misma revista para todos sólo puede dar para hacer un repaso muy genérico a todas las actividades. Lo cual lo aleja del entorno cercano, y como que difumina un tanto el impacto.
Hoy me ha llegado una carta de Cruz Roja. Enviada por el comité local de Aranda de Duero. Donde en una hojita hacen un repaso de los proyectos locales. Qué se hace, cuántos beneficiarios, cuántos voluntarios… y esta pequeña hoja me ha ayudado mucho más a visualizar el trabajo real, a pensar que cuando hablan de beneficiarios se refieren a los abuelitos que veo en el centro de mayores, a que cuando hablan de trabajo con inmigrantes se refieren a esas personas con las que me he cruzado al ir al super, que cuando hablan de ambulancias se refieren a la que ayer pasó por delante de casa.
Esa comunicación, más local, es necesaria.
PD.- En su momento me asocié a Cruz Roja porque me parece una organización muy sólida y que además tiene, para mí, un equilibrio muy bueno entre las necesidades del «tercer mundo» y las necesidades más próximas. Muchas veces (y muchas ONG’s hacen el énfasis en ello) nos centramos en ayudar a los que están lejos (que sin duda lo necesitán también, faltaría más) pero ignoramos la realidad de la gente que vive al lado de nosotros… y también lo necesitan.