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Un paseo después de comer

Vengo de dar un paseito tras la comida que hemos compartido toda la familia, acompañado de mi peque. Hace un día extraordinariamente primaveral. Nos hemos ido por el paseo al borde del río…

Paseo en el Duero en Aranda

Y luego hemos vuelto por el centro del pueblo, donde he parado en la plaza a tomar un café con hielo sentado en la terracita al sol, echando un vistazo al periódico y rodeado de silencio.

Plaza de Aranda

Y la verdad, después de esto vuelve uno al trabajo con un mejor espíritu.
Me ha dado por comparar cómo hubiera sido este día si hace un año no me hubiese dado por cambiar el rumbo. Hubiese ido a comer un menú del día, quizás con algún compañero de trabajo, o quizás solo, en un bar atestado y maloliente. Hubiese dado un paseo alrededor de la oficina, rodeado de coches, pasando calor con la corbata al cuello. De mi hijo y de mi mujer, ya me hubiera podido olvidar hasta llegar a casa a las 9 o 9 y media (con suerte, el niño todavía estaría despierto… o quizás no).
¿Cuánto vale la diferencia?

9 comentarios en “Un paseo después de comer”

  1. Sólo nos cuentas lo bueno, y eso no es justo, porque nos das envidia sin consuelo posible. Cuéntanos también lo malo, si es que lo hay; ¿no te gustaría a veces ser más anónimo? (Y eso que acabando de llegar ya eres anónimo). No necesitas a veces ver un poco más de gentecita y notar más revuelo, notar que pasan cosas y pasan cerca tuyo? (por ejemplo).

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  2. Felicitaciones, por tener los cojones de hacer esto. Seguía tu blog desde antes de esto, y el cambio me sorprendió. Y envidia, de la buena, alegría si lograbas sacarlo adelante. La diferencia, no tiene precio. El que no tiene hijos, no sabe lo que vale esto.
    Yo estoy cursando ahora un MBA y la gran mayoría de las salidas son ‘intensas’ en horas de trabajo. Tengo la práctica de verano en una ‘gran consultora’ de estrategia, ganando un pastón. Quiero seguir en esto toda la vida? Entrar a estas empresas, si de nuevo, un pastón, pero te ‘condena’ a una rutina de vida intensisima.
    Va pareciendo que no, que no es el ‘tren’ en el cual me quiero subir. Tengo un hijo de 2 años, y otro recién nacido, y estar con ellos es de lo que más alegría me da. Este año por el MBA puedo llegar a casa a las 5, estar con ellos, así sea para estudiar a las 10. Un ‘lujo’ impensable en mi exigente curro anterior de multinacional. Y me ha encantado. Y me tienta mucho no tener que sacrificar esto, que no tiene precio, por la ‘calidad de vida’ de la carrera de ratas y el frenesí de la ciudad. Se que no has dejado el trabajo propiamente, que ahora lo haces diferente. Vamos a ver como logro montarme algo parecido, cada vez me tienta más así sea con el precio que hay que pagar para ello.
    Saludos,
    juan

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  3. Hombre, «el lado oscuro» también existe. No hay Corte Inglés o Media Markt, ni tampoco un taller de Volkswagen donde pasar la revisión al coche. En vez de estar a media hora de cualquier reunión (de trabajo o social) estás a hora y media y 160 km. Los amigos están lejos.
    Lo del «anonimato» es relativamente sencillo. Al final, son más de 40.000 personas o sea que tampoco es el típico pueblo donde todos se conocen y/o son familia.
    En cuanto a «notar que pasan cosas cerca tuyo»… salvo que te refieras a las tuneladoras de la M30 no, la verdad es que no… todo lo que «pasaba en Madrid» era para mí tan ajeno como ahora. Ya sabes que mi vida social/cultural no era intensa, así que no noto la diferencia.
    JMV, es cuestión de elegir. Elegir es renunciar. Es como el 1,2,3… si coges una cosa, te despides de la otra (tarrrrjetita por allá!!). A mí cualquier elección me parece válida, siempre que uno sea consciente de qué persigue y qué sacrifica a cambio. Lo que es triste es que esa «elección» la hagan otros, o se haga por inercia. Porque igual cuando uno quiera coger las riendas es demasiado tarde para retomar el camino…

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  4. Amigo, como dicen los tipos esos caribeños del anuncio: «La envidia me corroe». Estoy deseando poner el barco rumbo a Salamanca de nuevo, sacrificar dinero por tiempo está sobre la mesa. Únicamente es una cuestión de oportunidad, pero también de «arrestos». ¿Tendré llegado el momento los mismos arrestos que tu?
    Enhorabuena. Disfruta.
    Saludos.

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  5. Disfrutar de tus hijos no tiene precio, por más interesante que pueda ser el trabajo que desempeñes.
    Con los euros no educas ni ves crecer a tu hijo. Uno de mis anteriores jefes tenía un hijo recien nacido al que no veía apenas. Naturalmente ganaba una pasta, pero ni me daba ni me da ninguna envidia

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  6. Hola, yo vivo en Aranda de Duero.
    Me encanta vivir aqui, me alegro que la gente se acerque un poco mas a los pueblos…aunque en cuanto puedo me escapo a Madrid, de compras, de fiesta… jajaj
    Saludos

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