[Esta entrada corresponde a la serie «Aprendiendo coaching«, dentro de la iniciativa «Mis aprendizajes«]
Objetivo de la semana
El objetivo de esta semana era terminar el libro de «Ontología del lenguaje» de Rafael Echeverría, y consolidar las ideas básicas.
Qué he hecho
- Leer, cada día un poquito. Y así he conseguido el objetivo de terminar el libro. La verdad es que es denso, tiene un estilo que se me hace pesado, y en muchos pasajes se pierde en disquisiciones filosóficas que me parecen enrevesadas. Es como una selva que hay que ir atravesando con machete… pero también tiene una serie de «ideas clave» que me parecen muy interesantes.
- Recibí durante la semana una comunicación del amigo Homo Minimus, que me daba su visión sobre el coaching, me recomendaba el libro Coaching de John Withmore y me advertía de que, en su opinión, la vía del «coaching ontológico» de Echeverría quizás no fuese la más recomendable. La verdad es que una vez que te sumerges en un terreno desconocido, te das cuenta de que hay distintas «escuelas» y forma de ver una misma temática; y que desde tu desconocimiento todavía careces de criterio para saber cuál es «la correcta» (si es que existe tal cosa). Pero bueno, ante esa realidad tampoco hay que volverse loco: como he dicho en alguna ocasión, «el mejor curso es el que haces«, y a partir de ahí ya puedes ir destilando e integrando más visiones.
Aprendizajes
- El concepto de «juicios», y darse cuenta de hasta qué punto nuestra interpretación de la realidad (y por lo tanto nuestra disposición para la acción) está influída por ellos. Y cómo si, nos detenemos a analizar esos juicios (desde una perspectiva de fundamentación y de poder) podemos cuestionarlos o redefinirlos, abriéndonos la puerta a nuevas posibilidades.
- El concepto de la ética del respeto: aceptación del otro como diferente a mí, legítimo en su forma de ser y autónomo en su capacidad de actuar. Para mí, que soy de natural egocéntrico y vehemente, es algo que tengo que grabarme a fuego.
- La escucha activa, basada en esa ética del respeto y en la apertura para escuchar lo que el otro está diciendo. Y escuchar no es solo «poner la oreja»; también formulamos, a través de lo que escuchamos (y de nuestras preguntas) hipótesis de la «inquietud» (más que la «intención») de la que nace.
- Los conceptos de «transparencia» y «quiebre».
- La tipología de conversaciones que pueden nacer a partir de un determinado quiebre: desde la propia declaración de quiebre, a las de juicios personales (que básicamente rumian sobre lo sucedido, sin habilitar acciones), las de coordinación de acciones (cuyo objetivo es promover acciones que se hagan cargo de los quiebres), las de acciones posibles (cuyo objetivo es plantar posibles acciones antes de coordinarlas) o las de habilitar conversaciones (las que preparan el terreno para poder tener el resto de tipos de conversaciones).
- Las emociones y los estados de ánimo como elementos que influyen en nuestras posibilidades de acción (y viceversa), posibles pautas para cambiar estados de ánimo, y los cuatro estados de ánimo esenciales (resentimiento, aceptación, resignación y ambición) que nacen de aceptar o negar la «facticidad» y la «posibilidad».
- La relación entre emoción, cuerpo y lenguaje, y la tendencia a que exista coherencia entre ambos.
- El «poder» como connotación positiva, como la capacidad que tenemos (en base a nuestras competencias, la percepción que los demás tengan de nosotros, nuestras emociones…) de generar posibilidades de futuro. El hombre como constructor de su futuro, ese poder como sentido vital.
Qué ha ido bien
- Estoy contento con haber sido constante en la lectura, incluso cuando se me hacía pesado. Todos los días, un ratito. Y además no una lectura «pasiva», si no tomando notas.
- Aplicación de parte de las herramientas de la guía de autoaprendizaje eficaz, especialmente la revisión semanal.
- Haber recibido feedback/consejo. El aprendizaje social, que siempre ayuda 🙂
Qué podría ir mejor
- Si bien he ido tomando notas cada día, luego no he «condensado» a diario esa información. Lo he hecho a posteriori, a semana vencida, y eso le quita fuerza.
- Todavía no he hecho una «recopilación» de toda la información que he ido recopilando: extracción de las ideas principales, conexión de ellas entre sí… es un trabajo importante de cara a consolidar el conocimiento.
- Tengo que activar el protocolo de «repetición espaciada» para ir repasando las cosas que voy leyendo, y que no se queden en «lo leí, lo entendí y se me olvidó». Esto ya me lo planteé la semana pasada, pero no lo he puesto todavía en marcha. Quizás es que antes toca la «recopilación», extraer lo verdaderamente importante y lo que quiero «incorporar».
Para la próxima semana
- Hacer un documento-resumen de lo aprendido hasta ahora
- Utilizar flashcards para trasladar los conceptos más relevantes
- Conversación con Alberto para poner en común
- Iniciar el libro que me recomienda Homo Mínimus.