Fué una época malísima, lo reconozco. Pero imaginemos la situación: grupo de universitarios en Colegio Mayor, noche de fiesta… y después de «dormirla» toda la mañana, llega la hora de comer. ¿Dónde vamos? Pues al centro comercial: ¿pizza o hamburguesa?
Y ya que estás… pues si es pizza, o una mediana para cada uno, o una grande para dos. Y si es hamburguesa… pues menú gordopilo, que añadiendo sólo unas pesetillas más te daban una whopper extra, y por sólo 50 pelas más te hacían supergigante la bebida y las patatas.
¡Toma bomba calórica! Y es que al parecer tomarse un menú de hamburguesa grande, patatas grandes y refresco grande equivale a «zamparse de una tacada el surrealista festín de tres platos de menestra de verdura, dos de macarrones con tomate, medio kilo de pechuga de pollo asada, dos huevos fritos y tres donuts.»
Claro, luego pasa lo que pasa. Menos mal que hace ya tiempo que no visito uno de esos antros de perdición. Pero estaban tan buenas… En fin, que el menú gordopilo quedó para la posteridad. Aunque todavía debo llevar unos cuantos a la altura del cinturón…
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Está dura la cosa con los menús gordopilos, como los denominas. Pero nada que ver nuestros tiempos (y tú eres muuuucho más joven) que los de ahora: es que no hacen otra cosa que engullir calorías nuestras criaturas. Es más, encontrar un hogar (no digo familia, que el término está en clara decadencia) donde exista alguien que prepara un plato de los de toda la vida, es misión titánica.
Hace años me empapé de conocimientos nutricionales, hasta que se me salieron por las orejas. Desde entonces sé a pies juntillas, lo que vale un peine y las calorías que puede tener una haburguesa. Y es fascinante como el menú a base de estos alimentos puede rondar en un día normal, las 2.500 calorías. No nos engañemos, o se queman, o se quedan.
Pero están tan buenas 😉
Qué ascazo, pero es que ni buenas están, si lo piensas friamente.. y sin embargo, de vez en cuando, yo me sigo atizando una, y me la como con sumo gusto, aunque juer no me debería gustar!!!
Lo que no has contao, Consultor, es que para que te dieran el menú gordopilo tenías que dar una entrada de cine..
O, alternativamente, uno de los cientos de tickets que la pandilla Gordopilos le compró a un señor que pasaba por allí y que valían por hamburguesas o por pizzas…
:X
Y ahora no vayas de delgao, hombre, a estas alturas de la vida :).
Juan Luis, si te sirve de consuelo, a mí las lentejas me salen ricas :). De hecho, desde que como en casa he bajado de peso. Aunque no lo parezca 🙂
Una vez al año no hace daño es un refrán que viene muy al caso.
El Centro Comercial Bidarte se salvó gracias a una buena banda de Gordopilos que pululaban por allí los fines de semana. Intentaban evitar el menu weekend del CMD.
Una anotación, como las hamburguesas de La Zapatilla ninguna…..
El Centro Comercial Bidarte se salvó gracias a una buena banda de Gordopilos que pululaban por allí los fines de semana. Intentaban evitar el menu weekend del CMD.
Una anotación, como las hamburguesas de La Zapatilla ninguna…..