Me pregunta Emilio, con inusual crudeza, si no estaré pasando un periodo de «disfunción bloguera»… vamos, que no se me levanta el blogger que llevo dentro :). Lo cierto es que se han pasado un par de semanas en los que mi actividad bloguera ha sido más voluntariosa que puramente vocacional. ¿Por qué? ¡Quién sabe!. A ver, un poquito de terapia de grupo.
Vamos primero con las causas que apunta Emilio:
- No estar en una megaempresa: no creo que vaya por ahí. Sigo viviendo desde mi situación actual cosas «inspiradoras», y la otra no era tan grande. En definitiva, que situaciones kafkianas las ve uno todos los días, en la propia empresa, en las demás, y en el mundo que nos rodea.
- El nuevo trabajo implica nuevas responsabilidades: probablemente haya algo de eso. Es un trabajo nuevo que, sin ser difícil, sí es distinto de lo que he aprendido a hacer «con los ojos cerrados» durante años. Eso supone cierto nivel de estrés que no me deja tranquilo…
- Nada nuevo que contar: no, siempre hay cosas nuevas que contar. Pero también es verdad que, tras casi dos años «a pié del blog», hay días que uno tiene la sensación de repetirse…
- El blog necesita pausa o cambio de orientación: no, no creo. Este blog empezó siendo un blog «sobre consultoría» pero el ámbito personal ha ido ganando terreno hasta casi hacer desaparecer los contenidos relacionados con la consultoría. Ya tengo prácticamente asumido que es un blog que es cada día más personal, más «mi blog». Así que iré contando lo que me pase por la cabeza. Si quiero hacer algo más definido temáticamente, abriré otros.
¿Otras causas?
- El tiempo acumulado: son ya casi dos años de VDC, más de año y medio en El Blog Salmón, 9 meses en ¡Vaya Tele!… muchas historias contadas, y a ratos la sensación de que es difícil encontrar algo que contar nuevo y la duda de si no estaré mejor callado.
- «Los otros»: cada vez más blogs, cada vez más contenidos interesantes, cada vez más momentos en que hay gente que ya ha dicho lo que yo quiero decir, y mejor que yo, y de nuevo la duda de si no estaré mejor callado.
- El «no-anonimato»: no tanto por el lado personal, sino por el profesional – antes mi empresa era una empresa sin nombre, mi jefe un señor sin cara, mis clientes unos clientes-tipo. Ahora mi empresa es muy conocida en estos ambientes, mi jefe un señor bastante reconocible y mis clientes tienen nombres y apellidos. Y eso, quieras que no, obliga a ser un poco más discreto que antes.
- La sensación de no crecer: en fin, un término muy ombligosférico. Pero es cierto. Hoy veía las estadísticas de este blog y están absolutamente estancadas entorno a las 8.000 visitas al mes desde hace casi un año. ¿Ya estamos aquí todos los que podemos estar? ¿Ya no va a haber espacio para más gente nueva? ¿Ya conozco a todos los que podía conocer gracias al blog?
- El concepto del blog: antes para mí este blog y los otros eran una vía de escape de mi trabajo real. Ahora mi trabajo real se produce en este entorno también, y los blogs han perdido algo de glamour como «lugar al que escapar».
Como se puede observar, algo de «disfunción» hay. Pero creo que son rachas, épocas. Ya he pasado por otras antes. Tampoco me siento en la obligación de escribir, y si pasan días sin hacerlo no me siento mal (al menos, no demasiado). Lo curioso es que mi cabeza sí que bloguea: «ahora contaría esto, ahora contaría esto otro…» – pero a veces me da pereza abrir el Blogger y transformarlo en palabras escritas.
Bueno, creo que ahora que has hecho la lista de los «contras» es más que justo contigo mismo que hagas la de los pros, ¿No?
Contra la pereza… ¡diligencia! 🙂
No lo dejes, contigo aprendemos mucho sobre el mundo de la blogosfera y la empresa. Y añade la gota fresqui a las entradas!
¡Vaya! Hoy te planteas si estás hastiado del blog y esta misma tarde yo hablaba de lo mismo en «De bitácoras y umbrales», donde analiza si he sobrepasado el umbral sano de dedicación al blog.
Parece que estamos en la misma onda de pensamiento ;D
Me alegra que publiques esto, porque yo llevo unos días igual.
Pero en mi caso creo que el problema no es de blog o no blog, simplemente es un reflejo del estado de ánimo.
En cualquier caso, como tu dices, este es un estado por el que ya he pasado en otras ocasiones y no suele durar mucho.
Consultor, con el mensaje pretendía conocer el estado de la situación. Mas que nada, por que a muchos nos ha pasado lo mismo.
Lo de que me haya salido con ‘inusual crudeza’, se puede deber a que llevo tres días enfermo en casa. Que ocurre? que al tener el ordenador al lado, aun enfermo, me acerco a leer y escribir unas lineas. Y me salen un poco ‘crudas», je, je…
Saludos y enhorabuena por el mail,
Emilio
ánimo que los que llemos esto somos demasiados. un saludo y enhorabuena por el blog!
Emilio, lo de la «inusual crudeza» es porque has ido directo al punto, no porque esté mal hecho, que conste!
Angel, ¿a qué te refieres con los pros? No he hecho una lista de «contras», más bien un análisis aséptico de la situación…
Joserra, esa frase me gusta pero no es mi estilo. Contra la pereza… una buena siesta!!! 😛
Alfonso, ya vi tu reflexión. Tú estás en el punto álgido, el del ciclista que está dando pedales y mira alrededor y ve que igual está yendo demasiado a fondo. Yo soy el ciclista de pájara, que ve cómo el pelotón se marcha… y no pasa nada.
Pero vamos, no preocuparse. Para bien o para mal, el blog se me ha hecho una parte natural en mí, así que no puedo renunciar a él. Como dice Andrés, son rachas.
Habría que estudiar si la llegada del otoño afecta a los blogueros 🙂