Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


No seas bocazas

En la época en que empecé a dedicar parte de mi tiempo a la formación, me dieron un buen consejo. Gran parte del éxito de un formador radica en ser capaz de generar un ambiente cordial y agradable en el grupo con el que tiene que trabajar durante una o varias jornadas. Eso implica que, además de «dar la charla», hay que interactuar con el grupo (al llegar, en los descansos, en la comida). Y el consejo que me dieron era «nunca hables de política, fútbol o religión». Que podría extenderse a un «sé prudente y discreto, y procura no encrespar a nadie». O sea, «no seas bocazas».
¡Cuánta verdad! Y es que la prudencia y la discreción son dos grandes virtudes.
Recuerdo un caso de no hace demasiado tiempo. En un «sarao», se nos presentó una chica de una agencia de comunicación. Empezamos a hablar. En un momento dado (hablo de 10 minutos, no de una larga conversación en la que se arregla el mundo), no sé muy bien cómo, la conversación derivó hacia la actualidad política. Su frase vino a ser como «y esos del PP, qué me dices, ahí llevando a los viejos ésos que traen de media España en autobuses a manifestarse por la familia, seguro que van por el bocadillo, puagh», y acto seguido se llevó los dedos a la boca simulando provocarse un vómito.
Una maldad cruzó por mi mente. «Si ahora le digo que se corte un poco, que mis padres vinieron a esa manifestación, la dejo muerta». Mis padres no habían ido a la manifestación… pero dado que fueron cientos de miles de personas, la probabilidad tampoco era despreciable. Pero bueno, decidí no ser malo y ofrecerle una escapatoria… algo del estilo de «bueno, imagino que al final siempre hay gente con ideas que no son las nuestras, ¿no?». Ella reculó un poquito («bueno, sí, claro, pero…»), cambiamos de tema y al poco dimos por terminada la conversación.
Pero todavía a día de hoy me pregunto: ¿cómo se puede, sin venir a cuento, ser tan imprudente y tan bocazas? ¿a quién se le ocurre soltar semejante cosa, habiendo tantas posibilidades de ofender a un interlocutor del que no sabes nada, y a quien corres el riesgo de causar una nefasta primera impresión? Sin duda, soy partidario de que hasta que no se conoce bien a una persona (y el límite es diferente para cada uno) es mejor mantener las conversaciones en el terreno de lo prudente. No se trata de renunciar a las propias opiniones, al estilo de cada cual ni apostar por un discurso anodino. Pero siempre hay múltiples formas de decir una misma cosa, y hay que procurar elegir (y más cuando uno no tiene nada que ganar y está simplemente de cháchara) alguna que no sea inconveniente.

17 comentarios en “No seas bocazas”

  1. Eso depende de qué quieras transmitir. Una personal natural que se arriesga un pelín en sus opiniones o en su forma de actuar, y que no parece estar siempre midiéndose, puede caer bien o puede caer mal.
    Una persona excesivamente cordial, que sólo es capaz de transmitir neutralidad, no caerá ni bien ni mal. No dejará huella. Hop! No he hablado con nadie.
    Así que yo creo que un poco de riesgo está bien y es necesario. No hasta el punto de lo que cuentas de la persona de la agencia, pero es que tontos / tontas del haba hay en todos lados, y con esos no valen las reglas de comportamiento.
    Personalmente prefiero arriesgarme un poquito, si veo la posibilidad.

    Responder
  2. Por otra parte, los adjetivos que usas, «agradable, cordial, prudente, discreto», a mi me parecen grises, tenues, «templaditos», aburridos. Imagino que es cuestión de «imagen de marca», pero a mi no me gustaría ofrecer esa cara al mundo.
    En fin, todo es cuestión de carisma.
    Y que conste que sólo hablo de arriesgarse un poquito…

    Responder
  3. Yo creo que depende, pero las formas siempre son las formas, y en la mayor parte de las situaciones profesionales (estimo) hay que darle prioridad a las orejas frente a la boca. Alguien dijo una vez que, teniendo dos orejas y una boca, está claro a quien debemos priorizar.
    Siendo una persona agradable (yo no creo que agradable, cordial, prudente, discreto… sean atributos grises, ya que también está la expresión facial, la simpatía, el «encanto personal»…) se puede entrar perfectamente en cualquier lugar, mientras que si tocas temas como fútbol, religión, política… chocarás inevitablemente con alguien, ya sea de forma abierta, o ya sea en forma de que te llevas una primera impresión mala.
    Pero me parece que eso es más cuestión de educación casera que de formación profesional.

    Responder
  4. Anda, mira con lo que me sale éste :). Cualquiera que no te conozca pensaría que tú eres el superatrevido de la muerte 😀
    Pero vamos, sí, coincido contigo. Mi idea no es restringir tu actuación al ámbito de lo «gris», sino evitar que la gente se vaya al «blanco o negro». No desde el primer momento, y menos aún en unas circunstancias en las que tienes que caer razonablemente bien a todo el mundo (no estamos hablando de «hacer amigos», sino de tratar clientes o de conseguirlos), y menos aún con asuntos triviales con los que no ganas nada siendo «extremo».

    Responder
  5. A ver, me refería a situaciones profesionales, no del galanteo 😀 Ahí ya es otra cosa, aunque hay que tener quizás más tacto 😉
    En cosas profesionales soy todavía un aspirante a joven padawan.

    Responder
  6. Se dice que «en boca cerrada no entran moscas». Creo que lo razonable antes de hablar y probablemente meter la pata, es observar, analizar, sondear el ambiente y a partir de ahí mostrarte de manera cortés, educada y aséptica, ya que se trata de un curso de formación no de un debate o mesa redonda donde necesitas dejar tus opiniones.

    Responder
  7. Raúl tienes uno de los mejores blog que he visitado,ameno y con un buen diseño y buenos temas y por eso te invito a participar en mi blog directorio
    aquiestatublog.
    podrán conocerte mas blogueros,pásate por mi blog y deja tu blog en el libro de visitas
    visito muchos blog escogiendo a los mejores,pero si lo consideras spam te pido perdón
    gracias

    Responder
  8. Se puede decir todo, de todo a todos. Se puede y se debe de pringar uno, aunque sea y sobre todo si es un comunicador … si se sabe como.
    Te posicionas y no has sido agresivo y casi no das fe lo visto. Ergo, se puede decir todo, de todo, a todos y además se debe.
    ¡Salud!

    Responder
  9. muahahaha esa frase exacta la he dicho yo!!! jajajaja si es que soy un bocazas jajajajaja
    Y diría otra, creo que la frase de «política , fútbol y religión» esta antigua, yo creo que ya a la gente la religión le da bastante igual… No creo que nadie se ofenda mucho si digo que dios no existe. Aunque quiza si si digo que las iglesias deberían estar prohibidas y que todas son sectas sin excepción.
    De todas formas en ese tipo de comentarios radica la tolerancia hacia las opiniones de los demás. Hay también que tener la mente más abierta a la diversidad. Yo cuando escucho frases como «estos maricones están enfermos» o cosas así pues me callo y que sigan en su mundo. No creo que la gente tenga porque hablar como alguien opine que tengan que hablar. Como mucho puedes adaptarte por ti mismo de la forma en que prefieras, no hablando, no dándole importancia o cualquier otra opción que prefieras. No hay que olvidar que la mayoría de las cosas no se dicen con una seriedad o radicalidad real, son simples comentarios que no importan mucho porque pueden variar de un momento a otro. Incluso las propias palabras tienen intencionalidades y significados diferentes. Por ejemplo el concepto amor, querer o palabras como puta o hijo de puta son muy ambiguos dependiendo de la persona que los diga.
    Por cierto, eso de medirse y mostrar una cara diferente a la que se tiene es mucho del PP y de la mentalidad conservadora 🙂
    Pero otra cosa te digo, yo de relaciones publicas se perfectamente que no puedo ejercer y que no pondría a nadie como yo en un puesto así. Para eso hay que ser un gris, como decían mas arriba. Totalmente de protocolo robotico.

    Responder
  10. Yo conozco mucha gente que se ofende o que se «atribula» si quieres, en temas de religión. Yo por ejemplo, me «cabreo» con argumentos poco sostenibles, me parecen un insulto a mi inteligencia (sea cuanta sea :D)
    Para mi una cosa es relacines públicas (el puesto de trabajo), y otro tema es el relaciones públicas que llevamos dentro. Yo empiezo siempre despacio, nunca tengo prisa en coger confianza con la gente, al fin y al cabo, no es una carrera de velocidad caerle bien a la gente. Puede pasar que no lo consigas.
    Más que ser un gris, yo lo asumo como un «voy a respetar tus posibles susceptibilidades, respetuosamente no seré libre de hablar lo que me de la gana hasta que sepa que lo voy a hacer sin ofender». Eso lo elijo yo, aquí cada uno tiene su propia forma de actuar.
    De hecho, creo que es algo parecido a eso que nadie parece tener en cuenta hoy en dia, eso de que «mi libertad termina donde comienza la de los demás». No se puede ir por la vida haciendo/diciendo lo que te de la gana, sin atender a las consecuencias.
    Y no creo que tenga mucho que ver con el PP 😀 Es una cuestión de racionalidad.

    Responder
  11. No creo que nadie tenga el derecho en decidir como se deben comportar los demás y en el caso de hacerlo me temo que no tendría ningún sentido porque nadie le haría caso. No hay un libro de «esto lo puedes decir, esto no». Así que poca opción queda. Tolerancia 😉
    Lo que puede ser racional para ti, para otro puede ser irracional. Por ejemplo, hay países donde la gente se viste de blanco en los entierros y hacen fiestas, eso aquí, es un insulto. ¿Que vas a hacer? ¿quemarlos a todos? Que hagan y digan lo que quieran… Siempre es lo mejor, siempre.
    Aunque para eso están las elecciones personales. Puedes elegir quedarte en un mundo hipócrita o arriesgarte en el mundo de la verdad absoluta. También puedes alternarlos cuando estimes oportuno. Al fin y al cabo tampoco hay que hacer mucho caso a los prejuicios, los bocazas, los drogatas, las putas, los cómicos, los obreros, los pijos, todos son personas estupendas con diferentes propiedades. Tampoco hay porque caer bien a todo el mundo, ni te tienen porque caer bien por ninguna razón. Tienes el derecho de que alguien te caiga mal por la mas absurda de las razones. Como la colonia que usa, por ser la de tu ex o el color de la ropa que lleva. Yo se que hay gente a la que le caigo fatal solo por existir en la red… Mucha gente es que ni entiende un carajo nada de lo que digo jajaja Estoy bien carente a la hora de hacerme entender y eso que pongo ejemplos y todo pero nada, cuando alguien no quiere entender poco se puede hacer.

    Responder
  12. Hombre, entender entiendo lo que dices, pero donde tú dices hipocresía, yo digo prudencia. Suele ser buena consejera, de verdad. Tolerancia es también otra cosa, algo deficitaria en España, pero no se lleva nada mal con la prudencia. De hecho, si yo voy a otro país, tiendo a ser prudente: si voy a comer, primero veo qué hay, y como come el resto de gete (esto aplica en cualquier mesa española, para mi); si voy a un entierro en donde la gente viste de blanco y hace una fiesta, no creo que me vaya a escandalizar, ni mucho menos a comentar que en mi cultura, la gente llora en los entierros. ¿Me uniría? No lo se, dependería del mmento y de si yo lo considero oportuno. Al final es todo un caso de opción personal.
    Por cierto, un entierro de esos aquí, no creo que se considere un insulto. Para mi al menos no lo es, y no lo consideraría insulto, ya que yo no practico ni comprendo ninguna religión (opción personal), pero no por ello voy a demonizar a un creyente ni practicante, ni a sus costumbres y tradiciones.
    Tampoco me parece que sea todo blanco (verdad absoluta) o negro (hipocresía). La mesura, la prudencia, etc, no son nada molonas, para vender hay que provocar (me permito usar las palabras de Raúl :P) y todas esas cosas tan 2.0 y tan modernas. La libertad de expresión mola, pero libertad de expresión no significa decir siempre la verdad absoluta y objetiva, caiga quien caiga. La libertad implica siempre unos límites, que son los de la libertad de los demás, si no fuese así, el concepto de libertad no existiría.
    Lo cierto es que mis palabras siempre se van a poder interpretar como hipocresía, como ls tuyyas, las de Raúl, las de todos. Depende del cristal con que lo veas.
    Es lo que tiene haber inventado palabras como hipocresía y demagogia, que se usan ahora más que hace 20 años.

    Responder
  13. Pues no se…
    A mi me gusta mucho fijarme en el comportamiento humano y si llegas a una reunión y dices algo que no es cierto, cuando te vas, te conviertes instantáneamente en «el tío ese mentiroso, que dijo tal cosa» como en el caso de ir a otra reunión mas conservadora y digan «si el tío ese bocazas que no tiene sentido de la medida» Medir es muy complicado, cada uno tiene su baremo, es como lo de las anoréxicas, para ellas siempre es mucho peso el que tienen. No tiene mucho sentido intentar poner un limite que no se sabe realmente donde esta. Un día te levantas y tu limite esta en un sitio, otro día esta en otro, según el enfado y demás… Quizá la chica aquella tenia un mal día o le había pasado cualquiera sabe que con alguien del PP… El problema es que los limites los pone cada uno a conveniencia momentánea…
    Es muy fácil decir como tienen que ser las cosas pero normalmente luego empiezan a contradecirse y a convertirse en normas sin sentido. ¿»Tal» persona puede decir «cual» cosa pero «yo» no?
    Supongo que estas cosas son sólo posible comprenderlas cuando has vivido ciertas experiencias. Yo he moderado foros, chats y eso… Nunca aciertas en bloquear un comentario por muy grosero que sea, siempre hay alguien a quien le parece censura dictatorial, lo mejor es dejarlos todos porque sino «el malo» eres tu. No hay mas que ver como ponen a parir a las webs que borran comentarios. Si uno no quiere oír pues uno se queda en casa y ya esta… Saber estar en sociedad no tiene porque ser perseguir esa «normalidad» inexistente (puesto que nadie es «normal») sino saber tolerar la diferencia de los otros. (aunque a veces es complicado).
    En detalles tan tontos como este empiezan conductas como «el país se esta llenando de inmigrantes» o «esos gitanos tendrían que estar todos en la cárcel» o cosas similares…
    A parte tampoco creo que sea sano estar limitándose todo el rato y reprimiéndose. Me conozco a mas de uno del PP (y varios curas) que prediga tal o cual historia como «la familia», «la iglesia» y chorradas así pero luego te lo ves vestido de cuero en un bar gay mientras le mean encima… Totalmente absurdo. La «anormalidad» que todos llevamos dentro debe salir, sino se reconcentra y es perjudicial para nosotros… Anda y que le den a la gente! jejeje que luego vienen los canceres jejeje

    Responder
  14. La verdad es que le has cogido gusto a meter al PP en todo… no se muy bien qué tiene que ver en tdo esto, pero supongo que tendrás tus razones.
    A ver, una cosa es los casos particulares, puede que haya un señor que predique con la familia y luego se deje mear vestido de cuero… Ese señor desde luego no se reprime, sino que predica la hipocresía.
    Pero desde luego, si yo estoy cabreado y tengo una reunión, no voy a compartir mi enfado con los allí presentes. Qué les importa mi circunstancia personal? Parto del principio de que el mundo no gira en torno a mi y a mis circunstancias, y cuestionarme que Fulano puede hacer y decir ciertas cosas y yo no… pues tampoco lo comparto. La comparación con los demás es fuente de envidias y de infelicidad, a menos que con fuerza de carácter sepas aprovechar esas comparaciones para crecer como persona.
    Y como bien dices, estas cosas se comprenden cuando tienes ciertas experiencias… y yo te puedo contar parte de la mia, de todos los blogs y grupos de correo asociados por los que he pasado y/o gestionado: si hay normas bien definidas, hay forma de prohibir ciertos hábitos. Si yo estoy en mi casa, tengo invitados, y uno decide mientras charlamos que va a hacer popó en mis genarios, lamentablemente tengo que vetarlo de casa. Lamentablemente para él, claro.
    En un blog, foro, chat…, lo mismo. Si uno decide que mientras estamos hablando de las nuevas tendendias demográficas en el tercer mundo, él va a: insultar, generar comentarios claramente off-topic, humillantes o vejatorios, racistas o pedófilos, pues claramente yo voy a aplicar las normas y voy a seguir el proceso aviso-amosnestación-veto de por vida. Que alguien quiere verlo como una dictadura? Primero que busque esa palabra en el diccionario, y luego que piense que SU dictadura de decir lo que le de la gana pasándose las normas previas por el «venerado» es equivalente, o peor.
    Yo no estoy a favor de «permitirlos todos», ni mucho menos. Creo que la audiencia fiel y real de mi blog no se merece la molestia de los irracionales, sinceramente, y los hay a montones, gente que irrumpe en
    las conversaciones si otro afán que alimentar la definición de troll. Seguro que si estamos unos amigs en un bar, hablando de nuestras cosas y se une un elemento que se empeña en decirnos a la cara lo desagradables que somos para él, y el asco que le damos… no lo invitamos a una cerveza ¿verdad?
    Si todo el mundo estuviese preparado para vivir en sociedad, sí que tendría sentido lo que comentas (quiero decir para mi, en ningún caso quiero decir que estés equivocado), pero por la experiencia que tengo, las normas, tanto escritas como tácitas, seguirán siendo necesarias. Que la anarquía nunca ha funcionado 🙂

    Responder
  15. Me parece perfecto pero en ese caso, en tu casa, pones las normas que quieras. En tu grupo, en ti. Cada uno decide que normas quiere usar en si mismo y en los demás. No podemos intentar imponer normas a los demás. Porque en ese caso si es dictadura. Alguien dicta, lo que los demás deben hacer.
    Perdon por reavivar este comentario, estaba revisando cocomment.com

    Responder

Deja un comentario