Hoy estaba curioseando un rato en LinkedIn cuando he visto que alguien ponía una imagen con una estadística relacionada con el proceso de ventas. «Joder, qué impactante», he pensado. «Voy a ver los datos originales», y me he puesto a buscar el estudio que se supone que servía de base al cuadro. En la búsqueda, he llegado a varias páginas donde se explica que esos datos son… falsos. No existe tal estudio. De hecho, ni siquiera existe la entidad que se supone que había hecho el estudio. Nada. Cero. Son datos que alguien, como tú y como yo, un día se inventó. Puso como fuente un nombre aparente, y la empezó a usar. Y «la manada» hizo el resto.
Hace pocos días circulaba por internet una foto con un cartel de una inmobiliaria en unos terrenos quemados, acompañada de grandes gestos de indignación, «qué cabrones, con los terrenos recién quemados y ya están sacando tajada». Ya sabemos, los putos especuladores que provocan incendios para recalificar terrenos. Resulta que la foto era falsa. De hecho, es que es falso que haya una relación entre incendios y oscuros intereses. Pero qué más da…
Nadie se para a cuestionarse las cosas. Tenemos el dedo rápido para replicar cualquier «información» con un mínimo de verosimilitud (y a veces ese listón lo ponemos muy muy muy bajo), siempre y cuando refuerce nuestras creencias previas. En el fondo da igual si es verdad o es mentira: parece verdad, y coincide con lo que pienso, así que adelante.
Asusta pensar con qué facilidad se puede manipular a la masa. Cualquiera puede (podemos) inventarnos cualquier cosa, darle una mínima pátina de verosimilitud, apoyarlo con algo de «argumento de autoridad» (aunque sea inventándonos un estudio, o atribuyendo unas declaraciones a un experto falso), y dejar que la naturaleza humana haga su trabajo. Una vez que la historia se ponga en marcha, nadie podrá detenerla. Por cada persona que se pare a cuestionarla y señale su falsedad, habrá nueve que se la traguen doblada y la repliquen, incluyendo medios de comunicación (que se supone que están precisamente para lo contrario, pero que en su afán de dar «noticias» muy rápidas y que consigan mucha audiencia son una máquina de divulgar mierdas).
The amount of energy necessary to refute bullshit is an order of magnitude bigger than to produce it
Somos seres terriblemente manipulables. Da miedo.
No digo que todo sea una conspiración judeo-masónica-comunista, pero seguro que el incendio del monte de Benidorm y la posterior construcción de la grandiosa Terra Mítica, es fruto de la casualidad.
Como dijo Chico Marx, «¿A quién va usted a creer, a mí o a sus propios ojos?»
Pues está claro: Para creer «a los propios ojos» hay que esforzarse por usarlos e ir a las fuentes, como tú has hecho. ¿Cuántos lo hacemos antes de compartir o pulsar en «me gusta»?
Lo de esforzarse ya no está de moda.
«Por cada persona que se pare a cuestionarla y señale su falsedad, habrá nueve que se la traguen doblada y la repliquen,…» ¡Olé tus huevos! Te falta eso de: según un riguroso estudio de la universidad… y tal. 😉
Hola Raúl, es verdad que somos seres altamente manipulables, y tal vez mas nivel social que individual.
Pero no me lamentaría tanto por esa condición natural (si es que lo fuese) en tanto la credulidad la entiendo como virtud.
Dependiendo del contexto donde se construya una mentira/verdadera, esta puede ser condenable o plausible.
No olvides el gran trabajo de Jorge Luis Borges que algo tenia de lo que has señalado.
Todo lo cual no nos exime del desarrollo de una capacidad critica y observadora, pero sin perder nunca nuestra credibilidad ante los otros como punto de partida.
¿Leiste el libro de Javier Cercas: El impostor? La historia del sindicalista Enric Marco y su gran mentira/verdadera… es muy interesante ver lo que lleva a Javier Cercas a escribir este libro. Comparto su opinión: http://bit.ly/2cZhjBv
Es primera ves que comento en tu blog. Muchas gracias por compartir con nosotros tus observaciones. Me gustan y me aportan mucho. Saludos.
Igma
Antxon no jodas hombre, ese porcentaje yo lo tomo como una frase hecha y no al pie de la letra. Estoy completamente de acuerdo contigo Raul, no aporta nada compartir sin contrastar, es una practica que no tiene color político, igual se dispara contra el PP que contra Podemos que contra cualquier entidad que se ponga a tiro, no provoca sino hartazgo y confusión, no aporta nada, solo sirve para crispar.
Un saludo
Gracias por este post, la masa lo necesita.
Otro que llega a la Era de la Conciencia.
Bienvenido, Raúl.
Ese es uno de los grandes problemas de las redes sociales, nos llega tal cantidad de información (muchas de ellas falsa) que es necesario hacer un filtrado, pero como nos llega de amigos o de gente cercana ya damos por sentado que es valido esa información.
Un saludo.
Y no solo nos creemos cualquier mierda, si no que la contamos con convicción como si fuese nuestra propia verdad.
Además, me impacta que pensemos que esto es una cosa novedosa fruto de las redes sociales, cuando la mayoría de la gente no se cuestiona nada de lo que le cuenta el vecino, el telediario, el panadero…