Llevo años peleándome conmigo mismo sobre mi «marca personal»; no sabiendo si soy capaz de definirme como producto, ni si sé venderme. Leo sobre «branding personal» y hay momentos en los que siento que sí, que tiene sentido (eso de tener un objetivo bien definido, y una estrategia, y un plan, y…) y otros en los que algo dentro de mí se rebela; y supongo que por eso cada vez que he intentado ir por ese camino me he atascado rápidamente.
Hoy leía un artículo al respecto que pone negro sobre blanco algunas de mis inquietudes relacionadas con la marca personal.
Empecemos cuestionando la autenticidad. Dicen los expertos en branding que la autenticidad es una de las claves de una buena marca personal. Y sin embargo, el proceso consiste precisamente en coger tu yo auténtico (que es el que eres cuando no te preocupa cómo te ven los demás) y pulirlo, encauzarlo, «ponerlo bonito». Tienes que tener una «estrategia», tienes que «focalizarte», tienes que dejar de hablar de cosas que distraigan de lo que quieres conseguir, siempre buscando la coherencia, los resultados. Pero claro, como dice la autora del artículo, «¿cómo vas a ser «auténtico» si te ves forzado a censurarte en aras de tu marca?«.
«Ya, pero lo que muestras es parte de ti, no estás engañando a nadie». Bueno… eso me hace recordar a esos reportajes de las revistas del corazón en los que se hace una foto de la protagonista de turno (¡es ella! ¡es auténtica!) y se retoca hasta límites insospechados, eliminando cualquier presunta imperfección para fabricar (sí, fabricar) la imagen que se quiere mostrar. ¿Es ella? Sí… pero no. De nuevo citando a la autora, «cuanto más pensamos en nosotros en términos de marca, menos personal se vuelve todo. En vez de tu yo real, con todas sus circunstancias, tenemos un yo pulido y artificial, la versión que lanzamos al mercado«.
Pero es que además tengo mis dudas de que sea una estrategia que funcione, más allá de que filosóficamente me pueda gustar más o menos. Imaginemos que desarrollas tu estrategia para tener una marca muy definida, darle visibilidad, etc… con el objetivo de posicionarte como experto y destacar en un determinado segmento. Quieres ser «el detergente que lava más blanco»… igual que lo quieren ser decenas de otros. ¿Pueden destacar todos a la vez? ¿Pueden conseguir todos aparecer en la primera posición cuando se busca en google? Es evidente que no. En el esfuerzo por destacar te conviertes en un commodity, difícilmente distinguible de tantos otros con un perfil básicamente igual que el tuyo. Todos con una foto similar estilo gurú, todos con una frase definitoria que combina el «experto en» con el «apasionado por», con una bonita web en la que se regurgitan una y otra vez los mismos temas, con una cuenta de twitter que retuitea a intervalos regulares los mismos links de las mismas fuentes, con uno, dos o tres libros publicados que se pierden en la marea de libros de la misma temática…
¿Realmente esto vende? Mmmm… Sí, es verdad que a veces tienes muy claro que necesitas un «experto en X», te vas a google y revisas los resultados. O intentas pensar en alguien a quien hayas visto en la tele, o cuyo libro se haya reseñado en la prensa del ramo, o que te suene de twitter. Y aun así, lo que ves no es suficiente. Puedes deducir un conocimiento técnico (al menos su apariencia; no olvidemos que estamos viendo la cara pulida que nos quieren mostrar), pero… ¿es alguien con quien vas a trabajar bien? ¿va a tener un encaje cultural con tu organización? ¿compartís unos códigos suficientes como para que la cosa funcione? El que va a contratar a un experto… ¿necesita que sea el «experto number one» (de hecho, ¿está capacitado para evaluarlo?), o le vale que sea un tipo solvente en lo suyo que además te ha dado pistas de que te vas a entender bien con él?
Creo que el CV es una herramienta muy pobre para establecer relaciones profesionales. Y creo que la «marca personal» así construída no deja de ser una evolución del CV: más amplio, multicanal… pero en el fondo una forma de «poner el escaparate» tratando de llevar la atención a un aspecto parcial y prefabricado de tu persona.
¿La alternativa? Creo en mostrarte tal y como eres sin estar continuamente pendiente de si es lo que los demás quieren ver. Creo en mezclar cuestiones profesionales con cuestiones personales, porque no somos compartimentos estancos. Compartir tus éxitos, y también tus tropiezos y tus dudas, porque nadie somos perfectos. Creo que hay que demostrar lo que haces y cómo lo haces, pero también quién eres y cómo eres. Creo que cuanto antes arrojes luz sobre todas tus características relevantes menos tiempo pierdes tú y menos tiempo haces perder a los demás. Creo que establecer conexiones personaleses un camino mucho más fiable para el éxito que el fabricar y publicitar un perfil brillante (y frío), y creo que para que las conexiones personales nazcan y fructifiquen hace falta mucho más que demostrar tu lado técnico; hace falta calidez, hace falta incluso un poquito de banalidad. Hace falta, en definitiva, ver a la persona más que al experto.
Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí
Para mi los valores estan muy ligados con las politicas que uno defiende e irremediablemente tambien con el dinero.
En España esta mal visto hablar de estas cosas, lo que complica que dos personas o empresas se conozcan bien antes de colaborar.
Por otro lado la gente aspira a demasiado. Ser el mejor seo, el mejor albañil, etc. es algo muy dificil (incluso dentro de una provincia, por decir algo). Veo mas inteligente diferenciarse mas para asi ser mas facilmente el mejor en algo. La abundancia de ofertas laborales generalistas frente a las especificas creo que es la causa de este problema.
jjjj…. Raul, alquien me ha llevado a tu post, a raiz del que publiqué ayer sobre mis neuras con la marca personal. Ya ves, no soy el unico que piensa lo mismo. Me ha alegrao haberte leido, y disfutar como lo cuentas… ¡¡no estamos tan locos!!!Es sentido comun,compadre!!!
Lo vi, lo vi 🙂 No sé, hay algo de «incomodidad» que a veces es difícil de verbalizar relacionado con el concepto.
Me pasa en general con cualquier «recetario». Me muevo mejor en la duda y en los matices.
Me ha gustado mucho esto que comentas Raúl.
Creo que se nos va de las manos esto de la «marca personal». Además me parece incluso que el término es equívoco. En nuestro caso, me inclino más a pensar en la «identidad» porque en realidad muestras lo que eres y cómo eres, entendiendo lo que explicas, que me parece que vas x este camino.
Quizá debamos ser más «normales» y mostrar eso que nos preocupa y que incluso nos ayuda a perfilar nuestra propia personalidad. Otra cosa es que esta «extimidad» sea posible y se quiera o no hacer.
En cauqluier caso, me quedo con esta visión.
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Abrazote Raúl
Yo estoy atascada en esto…pienso como dices en presentarme tal como soy,pero dudo si eso vende puesto que no puedo,al menos de momento, vivir de lo que me apasiona.
Por una parte veo que la gente que triunfa es por que se lo curra(fotos,soporte audiovisual,marca, etc);y por otra parte ves a gente que triunfa siendo ellos mismos…sin florituras y piensas ‘en que estoy fallando?
Interesantísimo artículo Raúl, coincido con mucho de lo que dices. No hay nada más frío que una marca ni nada más calido que un contacto personal, otra cosa es que una marca pueda ser cálida y una persona fría pero creo que en este campo hay una burbuja y muchos pseudoexpertos aprovechándose al estilo ibérico de las urgencias que genera el crudo panorama laboral en España.
No conocía tu blog pero pasa a favoritos 🙂
Salu2 de un bilbaino que trabaja en Santiago.
¡Gracias, Xabier! Yo también creo que solemos caer presas de «corrientes de pensamiento» que nos llevan a sitios un poco extraños… pero bueno, ahí estamos, intentando abstraernos y poner un poco de cordura!