Especialización y paquetización, ¿hora de caerse del guindo?

La semana pasada tuve un par de conversaciones que me hicieron reflexionar, no sin cierto pesar.
Por un lado, en la conversación con David López él puso mucho énfasis en diferenciarse mediante la especialización, «yo soy esto». Y en buscar nichos y explotarlos.
Por otra parte, tomando una caña con un antiguo compañero, me contaba que estaba a punto de licenciar unos productos de formación «muy bien armados». Estuve echando un vistazo y era el típico curso sobre comunicación, trabajo en equipo, etc, etc… con un lacito, una marca, una «metodología patentada». «Al final, es lo que te está demandando el mercado, nadie quiere que les hagas cosas a medida si no que les vengas con un producto».
Especialización. Paquetización. Así es como llegas al mercado.
Llevo años resistiéndome a esas ideas. Defendiendo que ser generalista es un valor. Defendiendo el enfoque personalizado y «artesano» por encima de la aplicación industrial y repetitiva de una metodología o un «producto». Defendiendo que frente a los vendedores de «soluciones probadas» había hueco para la exploración honesta.
No es la primera vez que me asaltan estas dudas, y de hecho ha sido algo bastante recurrente a lo largo de los años. Pero esta vez, a estas alturas, estoy empezando a «sentirlo». Quizás haya llegado el momento de rendirse, dejar atrás el idealismo y ponerse «práctico».
Meh.