[Ésta es la página principal de mi diario de aprendizaje sobre Coaching. Pertenece a la iniciativa «Mis aprendizajes», en la que quiero compartir la evolución de mis propios procesos de aprendizaje y mi experiencia aplicándome mis consejos sobre aprendizaje y desarrollo eficaz de habilidades]
Por qué coaching
Cuando comparto reflexiones sobre mi trayectoria profesional, hay personas que me lanzan una idea: que me ven en el rol de «coach». Es algo a lo que intuitivamente le tengo cierto recelo, pero cuando no son una ni dos ni tres las personas las que te lo dicen, empiezas a darle alguna vuelta más. Lo cierto es que siempre me ha gustado ejercer una cierta labor de «referente». Me gusta que otras personas se acerquen a mí porque sientan que les puedo aportar algo.
Pero siempre he abordado esas relaciones de una manera más intuitiva que otra cosa, sin ningún tipo de metodología. Y eso me genera mucha inseguridad, que se traduce en inacción. Creo que transformar esa «intuición» en algo más sólido puede ayudarme a hacer cosas que hasta ahora rehuyo por falta de seguridad.
También me he dado cuenta, reflexionando sobre esto del coaching, que mi visión está condicionada por una serie de prejuicios en los que nunca he profundizado. Tengo una visión muy desinformada de lo que son los procesos de coaching y de lo que significa «ser coach». Y por eso creo que es interesante hacer una aproximación un poco más estructurada al tema, para saber de qué estoy hablando y tener más criterio a la hora de juzgar.
Ya en esas primeras aproximaciones, la sensación es que desarrollar mis habilidades como «coach» puede ser muy útil a nivel personal y profesional. Y no estoy pensando necesariamente en «trabajar de coach», si no más bien en aplicar esas habilidades en cualquier circunstancia.
Para qué coaching
¿Cuál es mi visión de futuro, una vez haya gestionado este proceso de aprendizaje?
- Me visualizo con un arsenal de herramientas conscientes, que me permiten tener conversaciones productivas no solo desde la «intuición» si no como resultado de ir aplicando esas herramientas a voluntad. Como consecuencia me siento mucho más seguro en mis interacciones con otros, tanto en el ámbito personal como en el profesional.
- Aprendo a ser más empático, menos egocéntrico y vehemente, a respetar a los demás en sus circunstancias, sus objetivos, sus razonamientos, sus decisiones y sus tiempos… aprendo que mi misión no es «llevarles por donde yo creo que deben ir», si no acompañarles en el camino que ellos vayan descubriendo.
- Como consecuencia, tengo más capacidad de impacto y transformación en los demás. No una transformación «dirigida» (y por lo tanto ficticia), si no de la que se deriva del «despertar» del otro. Más impacto positivo en las vidas de los demás.
- Aplico esa capacidad en todos los ámbitos: el personal (con los niños, con mi mujer, con la familia…) y el profesional. No necesariamente como «coach oficial». Pero al final todo el trabajo (incluyendo los temas del blog, por ejemplo; o los proyectos de consultoría) se ve beneficiado por esa capacidad.
- También aspiro a tener un efecto directo en mí mismo: por un lado explorándome a mí mismo, comprendiéndome mejor. Y también siendo capaz (no sé si eso es posible o no) de «autocoachearme», de irme a esa posición del «observador» y desde allí tener conversaciones productivas conmigo mismo que me permitan avanzar y mejorar.
Cómo
Para ayudarme en este proceso he buscado la ayuda de mi amigo Alberto Mallo. Alberto es psicólogo y coach certificado. Y además es un buen amigo, que me conoce desde hace más de quince años, y sabe también de qué pie cojeo. Confío en él, y sé que sabrá llevarme como procede.
Por recomendación de Alberto he abordado el libro «Ontología del lenguaje«, de Rafael Echeverría.
Proyectos prácticos
En el momento de iniciar este proceso me cuesta todavía visualizar de qué manera hacer una aplicación práctica de mis avances. Mi idea es ir aplicando el aprendizaje en mis conversaciones diarias (p.j. con los niños), y también ver la manera de volcarlos en la generación de contenidos relacionados en el blog, podcast, vídeos…
Compromisos
- Voy a aplicar la guía para diseñar un plan de autoaprendizaje eficaz.
- Voy a compartir el seguimiento del proceso en el blog.
- Voy a dedicar un hueco al día (después de comer), de forma consistente, para avanzar.
- Voy a realizar sesiones de seguimiento con Alberto.
Seguimiento
- Semana 1: primera aproximación al coaching y «Ontología del lenguaje»
- Semana 2: he acabado con «Ontología del lenguaje»
- Semana 3: una semana un poco difusa, pero he empezado con «Coaching» de John Withmore y he añadido unas cuantas reflexiones.
- Semana 4: continúo con John Withmore. Preguntas eficaces, método GROW…
- Semanas 5 y 6: acabo con Withmore, y al acabar me doy cuenta de que «no tener libros que leer» me incomoda…
- Semanas 7,8 y 9: alguna pequeña práctica supervisada, y la conclusión de que una de las cosas más importantes es «gestionarse a uno mismo» (las ganas de intervenir, de dar opinión, de marcar agenda…). Necesito poner en práctica, pero esa perspectiva me bloquea.
- Semana 10: una persona se ofreció a hacerme de «conejillo de indias». La perspectiva de esa conversación me genera inseguridades. Trabajo en reformular las inseguridades y en preparar esa primera conversación.
- Actualización 11: abandono el seguimiento semanal… ¡Pero he tenido mis primeras conversaciones de coaching!
Hola Raúl
No sabes cuanto agradezco que hayas mostrado tu diario de aprendizaje. Estoy haciendo un posgrado de Coaching ejecutivo y la verdad es que no tengo nada claro cómo o qué estudiar/leer por mi cuenta ya que lógicamente con lo que se imparte en clase no se puede llevar a la práctica. Esta situación me está angustiando mucho porque me encuentro muy perdido y no tengo muy claro el camino que debo seguir, ni qué debo leer ni dónde apoyarme para avanzar en el aprendizaje de una materia que me apasiona.
Sólo una pregunta: ¿Si tuvieses que empezar ahora cambiarías algo de lo que ahí aparece?
Muchas gracias y felicidades por tu blog y podcasts
David, gracias a ti por tu comentario.
Echando la vista atrás estos meses… no leería el libro de Echeverría. Me ha gustado más «El arte de soplar brasas», de Leonardo Wolk. Más accesible, para mí. Y quizás me habría lanzado mucho antes, y con más decisión, a «hacer prácticas». Tardé lo que tardé porque tenía que luchar contra mis propios miedos, pero realmente en términos de aportación al proceso de aprendizaje… es brutal. También introduciría el ver/analizar conversaciones de coaching (p.j. las que hay en youtube) para ir viendo «ah, fíjate, ahí hace esto, y ahí hace esto otro…»
Cuando me acerqué a este mundillo tenía el prejuicio de que tendría que aprender un lote de herramientas, que sin ellas no se puede funcionar… y al final te das cuenta de que lo realmente esencial es muy poquito, y que lo importante es empezar a torear.
¡Ánimo con tu proceso!