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Aprendiendo números de teléfono de memoria

Hace poco me leí (de un tirón) un pequeño libro llamado «Improving your memory«. En él, aparte de algunas consideraciones generales sobre la memoria, se plantean una serie de técnicas muy directas de cara a facilitar la memorización. Las técnicas están basadas en los conceptos de visualización (recordamos mejor imágenes que conceptos «abstractos») y de asociación (recordamos mejor las cosas si las vinculamos con algo que ya sabemos).
Me propuse poner en práctica alguna de las técnicas. Y elegí memorizar los móviles de mis padres. No sé si habrá mucha gente a la que le parezca raro, pero lo cierto es que no tengo, o mejor dicho, no tenía ni idea de cuáles son sus teléfonos. Desde el advenimiento de los móviles, son un número grabado en el teléfono y jamás me preocupé de prestar la más mínima atención a las cifras que los conformaban. «Papá móvil», «Mamá móvil». Punto. Pero un día puedes verte sin móvil, sin acceso a internet, y necesitar hacer una llamada. Así que manos a la obra.
Para este objetivo, el libro propone dos técnicas. Por un lado, la técnica de las imágenes que riman con los números. Se trata de asociar cada cifra a una palabra que rime con el número, como por ejemplo «siete» rima con «chupete» (hay otra alternativa que es asociar cada cifra a una imagen que recuerde su forma; un cuatro sería una silla, por ejemplo). Así, mis asociaciones (alguna la cambiaré, si no me acaba de convencer) son:

  • 1=tuno
  • 2=tos
  • 3=pies
  • 4=gato
  • 5=brinco
  • 6=beige
  • 7=chupete
  • 8=bizcocho
  • 9=nieve
  • 0=ropero

A partir de ahí, se trata de agrupar cifras y crear imágenes. Por ejemplo, un número de teléfono de 9 cifras se puede dividir en 3 grupos de 3 cifras. Imaginemos: 665012***. Pues bien, tenemos el 665, el 012 y las otras tres cifras. Ahora se trata de coger cada grupo, y crear una imagen visual (y si puede ser grotesca, divertida, en movimiento, tridimensional, etc… mejor; nos ayudará a recordarlo) que incluya las imágenes «rimadas» que hemos definido. Por ejemplo, el 665 lo podemos transformar en dos hombres vestidos con un traje beige (beige, beige… seis, seis…) que dan un brinco (cinco). El 012 lo podemos transformar en un ropero del que sale un tuno al que le da un ataque de tos (ropero, tuno, tos… cero, uno, dos). Y el tercer grupo de cifras, pues otra imagen.
El complemento perfecto a esta técnica es la del «viaje«. Se trata de situar esas imágenes en sitios que conozcamos (lo cual nos ayuda a recordarlos mejor), que tengan un orden (así nos permite no confundir qué grupo de cifras va en cada momento), y si además tienen una vinculación adicional con lo que quieras recordar, mejor.
Por ejemplo, en el caso de mi madre, situé sus tres imágenes en la que fue la casa de su infancia, la casa de mis abuelos. Así, los dos hombres de beige que pegan un brinco están en la habitación de la entrada (con lo cual ya no es una imagen situada en lo abstracto, sino que puedes visualizarla con la ventana en su sitio, con la puerta y los muebles que recuerdas, etc.). El ropero del que sale el tuno con tos lo puse en la sala de estar. Y la tercera imagen, en el cuarto del pasillo. De esta forma las imágenes están en orden, y además están directamente vinculadas con mi madre.
Y con mi padre, tres cuartos de lo mismo: utilicé la casa de la abuela. En la entrada, pintada de beige, visualizo a un pié gigante que da un salto desde la mesilla (beige, pies, brinco… 635). En la sala de estar, a la que se accede desde la entrada, hay un gato beige que camina entre la nieve (gato, beige, nieve… 469). Y en la terraza, donde mi abuela tenía sus geranios, visualizo la tercera imagen
Suena ridículo, ¿verdad? Eso piensa también mi mente «racional». Pero lo cierto es que ahora me sé, y sin posibilidad de equivocarme, dos números de teléfono que antes no me sabía. Y tengo la forma de recordarlos siempre que quiera, recurriendo a imágenes y asociación de ideas.
Qué curiosa es la mente humana… tanto como para pensar en explorar más de estas técnicas.

9 comentarios en “Aprendiendo números de teléfono de memoria”

  1. Me alegra que te haya servido el libro, pero no sé si este enfoque ataca la raíz del problema. A mi me da la impresión de que la memoria está bastante relacionada con la atención: si hacemos o vemos algo de forma consciente podemos recordarlo, pero si lo hacemos en modo automático, no. Normalmente hacemos las cosas sin pensar y eso hace que nos resulte difícil memorizarlas.
    Tengo la intuición de que la forma correcta para mejorar la memoria en todos los aspectos de nuestra vida sería aplicar técnicas de mindfullness. Quizá algún día explore este enfoque, porque la verdad es que de memoria voy fatal y de hacer las cosas de forma atenta, mucho peor.

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  2. Esa técnica la aplican los magos y los mentalistas para aprender cadenas de números y otras cuestiones aparentemente sorprendentes.
    Momento TV. En The Mentalist te lo cuenta bastante bien Patrick Jane, que efectivamente, se ganaba la vida, aplicando esa técnica y le iba muy bien.
    Estamos a 999 intentos de localizar a tu madre y a tu padre…
    Esta técnica la deberían enseñar en el colegio.

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  3. Marcos, así es. El libro plantea que, con un «viaje» lo suficientemente largo (y práctica, claro) puedes recordar lo que quieras.
    Yabu, no te falta razón. De hecho, el propio libro menciona la importancia de la atención como paso inicial para el recuerdo. Por ejemplo, cuando habla de recordar nombres, la técnica pasa por fijarse bien en la persona, identificar rasgos, y a partir de ahí construir la asociación.

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  4. ! que interesante !
    yo que era gran aficionada a recordar numeros DNI,Matriculas; teléfonos , cuentas. .. . con los móviles me planté, decidí no aprenderme ninguno.
    Curiosamente solo tengo memorizado el tuyo, por la de veces que lo usé cuando casi nadie tenía.

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  5. Yo estoy con yabu… creo que es más un «problema» de atención que de memorización. Yo me sé los números fijos de los padres de todas mis amigas… era donde las llamaba cuando éramos pequeñas, entonces no había móviles para memorizarlos. Y me sé el móvil de mis padres porque ni siquiera tenía yo móvil cuando compraron el suyo, pero me preguntas por el móvil de cualquiera de mis amigos y «me pillas», porque ya me ha cogido con móvil y es más fácil que el trabajo sucio lo haga la máquina. Me sé el de Salva por «auto-obligación», precisamente por si me encuentro en una situación sin móvil ni internet.
    En el trabajo me pasa algo parecido: el teléfono fijo no permite guardar números, así que me sé al dedillo los números de los clientes con los que más hablo… con decirte que el otro día tuve que llamar a un antiguo cliente (PoloFresa :P) y recordaba su número después de casi 4 años…
    De todas maneras, mi «técnica» para recordar los números, más que dibujos adicionales, es dibujar mentalmente el recorrido por el teclado numérico.
    salu2

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  6. Pues siento ser el que discrepe de toda la lista de comentarios. Jeje.
    Estos sistemas de memorización en cadena son muy antiguos e… inútiles. La mente tiene varios tipos de memoria, que podríamos diferenciar entre aquella relacionada con «experiencias sensoriales» y «conceptos». La primera recuerda eso, experiencias como un olor o una canción que has escuchado, y la segunda conceptos abstractos e ideas.
    La segunda, a su vez, se divide en memoria asociativa y memoria pura. La memoria asociativa es la que relaciona un concepto con otro, como que las raquetas se usen en pistas de tenis. La memoria pura es la que sirve para memorizar listas o datos concretos.
    Por un lado, en el último siglo ha habido un progresivo deterioro del respeto por el aprendizaje y el esfuerzo, de forma que métodos antiguos de aprendizaje, como la memorización pura de listas (la célebre lista de los reyes godos) se ha demonizado y calificado de obsoleta o carca… sin encontrar un sustituto a sus funciones. Es un tipo de memoria que requiere esfuerzo y ejercicio, conceptos que producen alergia en la sociedad actual.
    La memoria asociativa sirve para hacer demostraciones, como las de los concursos de memoria, o trucos, como los de los magos. Pero NINGUNA de las técnicas propuestas en el último siglo y medio se ha afianzado o demostrado una validez a largo plazo, empezando por esta que mencionas y terminando por otras menos conocidas como el «palacio de la memoria».
    Hemos experimentado un cambio social con los móviles: hemos pasado de llamar a «casas» para llamar a «personas», pero no estamos preparados para sustituir un número por una colección de números, tantos como contactos. La solución es usar la memoria del teléfono. No hay nada malo en usar herramientas que apoyen nuestras funciones diarias. Los teléfonos antiguamente no se aprendían por esfuerzo, sino por repetición diaria: tanto llamabas a alguien que, al final, te lo aprendías. Es decir, mediante un refuerzo del recuerdo.
    Lo que no quita que es una lástima que haya tanto rechazo a la memoria pura y su desarrollo.
    Un saludo 🙂

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  7. ese técnica se llama mnemotecnia, pero no es buena cosa recordar un montón de datos en la cabeza, por ejemplo, no hay ningún científico que se sepa la tabla periódica, a pesar de que trabajan con ella constantemente es mejor dejar espacio para trabajar el cerebro con cosas nuevas, es diferente que tener memoria para recordar las cosas importantes

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