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¿Debo seguir en mi trabajo?

Algoritmo laboral

El otro día, charlando con unos antiguos compañeros que ahora trabajan en B+I Strategy, me contaban que en una charla alguien les había explicado cómo hacer una evaluación periódica de su vida laboral. Es decir, cómo valorar si uno debía seguir adelante con su trabajo o buscar aires nuevos.
Se trataba, simplemente, de contestar a tres sencillas preguntas. En el último año… ¿he aprendido cosas nuevas? ¿me he divertido con mi trabajo? ¿he recibido una compensación satisfactoria? En caso de que la respuesta a cualquiera de esas preguntas sea negativa… es el momento de cambiar.
Ya, ahora me diréis que es una simplificación, que hay muchos matices, que si tal, que si cual… vale, sí, lo que queráis. Pero si lo pensamos bien, muchas veces la esencia de los problemas es en realidad de lo más simple, y enredándonos en los matices lo único que hacemos es perder perspectiva. Y a mí me parece que aprendizaje, diversión y retorno económico son tres factores esenciales para que un trabajo merezca la pena. Si falta alguno de ellos, por mucho matiz que queramos introducir, hay algo que falla.

24 comentarios en “¿Debo seguir en mi trabajo?”

  1. Bueno, pensaba que ibas a decir que en caso de que las 3 sean negativas es momento de cambiar. Al menos para mi sería así. Según tu situación, si solo una es sí y compensa las otras dos… Puedes estar aprendiendo mucho, divirtiéndote mucho o cobrando bastante como para que te de igual las otras dos. Es que encontrar tres síes rotundos debe ser la bomba 😀

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  2. No es una simplificación… así tendría que ser en un mundo ideal.
    Por desgracia en muchas ocasiones nos encontramos atrapados (nivel de ingresos, seguridad…) y lo difícil no es tomar la decisión de cambiar (en mi caso hace tiempo que la tomé) sino encontrar una alternativa atractiva y económicamente aceptable.

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  3. Solo se evita una cuestión que debería introducirse en el proceso ¿Puedo elegir cambiar de trabajo? Esta variable parece poder reorganizar el proceso de decisión ¿no?

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  4. Interesante proceso… aunque yo también lo valoraría como Ramón H., puede que falle alguno, pero mientras los demás compensen, mi proceso terminaría en «continuar». De hecho, cuando yo empecé donde estoy ahora la tercera pata ya cojeaba, pero las 2 primeras aguantaban la mesa perfectamente. Ahora empiezo a asustarme cuando la del medio empieza a cojear, pero tengo esperanzas de que acabe siendo simplemente un año olvidable 😛
    salu2

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  5. Ramón H., yo creo que sí debe ser que TODAS sean positivas. Al menos, un poquito, un mínimo. Si alguna de ellas es directamente negativa… desde luego, para mí, no habría cantidad suficiente de las otras como para compensar. Luego cada uno valora más una que otra, pero estar en un trabajo en el que siempre hagas lo mismo, o en el que no te diviertas ni un poco… qué tortura, ¿no? Lady Madonna… un «año olvidable» es una aspiración un poco baja, ¿no? Al fin y al cabo, no tenemos tantos años a nuestra disposición como para ir dándolos por perdidos… en fin, no sé, creo que es una aspiración legítima, por la que merece la pena luchar, conseguir un trabajo en el que aprendas, te diviertas y que te compense económicamente.
    Xavi, Miguel; yo creo que SIEMPRE se puede cambiar. Otra cosa es que dé miedo, o que suponga un riesgo. Se puede cambiar de sector, se puede cambiar de ciudad, se puede cambiar de país, se puede cambiar de orientación profesional… y en último caso, se puede emprender. Creo que pensar «no puedo cambiar» es una barrera autoimpuesta, una profecía que acaba autocumpliéndose.
    Jesús, muy bueno el video, no lo conocía 🙂 Pero seguro que, por encima de lo que nos parezca, este tío tiene razón: seguro que una semana después de pasarnos 12 horas diarias manoseando cuerpos esculturales acabaríamos viéndole el lado negativo.

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  6. Bueno Raúl, es que cuando mi trabajo me divierte, me divierte mucho. Y eso es algo que, por lo que veo a mi alrededor, es difícil de conseguir 😉
    El caso es que, como bien adivinabas en el post, no creo que esas preguntas tengan una respuesta de sí o no, sino que admiten matices. Pongamos porcentajes? Una respuesta de 100% a las 3 es el trabajo perfecto, una respuesta de 0% a las 3 es un trabajo que debes abandonar, hasta aquí todos estamos de acuerdo. Pero a partir de aquí hay miles de posibilidades con las que jugar y valorar si te compensa. Desde luego, tu umbral probablemente está al 99% de las tres (quizás porque valores las 3 por igual), otros somos más flexibles y admitimos que alguna variable caiga un poco mientras las demás se mantengan.
    salu2

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  7. Me vale cualquier porcentaje por encima del 0%; es suficiente como para decir «sí, me divierto» o «sí, aprendo». Obviamente puedes divertirte muchísimo, o un poquito. Aprender muchísimo, o un poquito. Ganar muchísimo, o «lo justo». El problema es cuando en algunas de esas variables es el 0%, que es cuando respondes «NO»; «no aprendo nada», «no me divierto nada», «ganaría más quedándome en casa».

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  8. Sí claro, supongo que partimos de que sea mayor del 0%. Pero habrá ocasiones en que un 80%-80%-15% me valga, y otras en que prefiera un 50%-70%-70%, etc. La gracia supongo es el detectar cuándo esos porcentajes ya no son válidos. Cuando hay un 0% está claro (aunque es respetable que se continúe porque a veces no vas solo por la vida y hay que encontrar el momento justo para que afecte lo menos posible a los tuyos).
    Los casos donde no hay 0’s son los más «complicados» a la hora de decidirse. Y para esos casos, quizás no sea tan trivial. Que conste que yo ahora mismo estoy muy contento con mis porcentajes 😀

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  9. Vale, empezamos a entendernos. Pensaba que lo tuyo era un «blanco o negro», simplemente no te había entendido 😉
    Si se trata de «con sólo un cero no se debe continuar», estamos de acuerdo. En el resto de porcentajes, como dice Ramón H., ya entran los factores de ponderación del valor de cada una de las variables.
    salu2
    p.s. aunque tenga malos días, no tengo ningún cero 😉

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  10. Bueno que peligro, ¿tu has oído hablar de la caja de pandora? Yo la verdad es que no me puedo quejar. Haciendo el análisis por encima, la compensación me parece razonable, dispongo de tiempo libre gracias a mi horario, el ambiente es razonablemente bueno (lo cual es muy valioso para mi) y en cuanto al aprendizaje, pues bueno en eso me tengo que buscar las habas y echarle yo ganas, pero sí que se puede, buscando charcos, llegar a día 31/12/2008 con «variación de existencias positiva» Y seguridad, más que la media de los trabadores actualmente, lo cual es importante.
    Inconveniente, tengo la sensación de que en cuanto una empresa pasa de 1.000 empleados empieza a concentrar gente con desequilibrios mentales que se dedican a volver loco a todo el mundo. Sobrellevar eso no siempre es fácil, sortearlos es lo mejor.
    Buena reflexión la que propones y lo que dice Miguel tambien ¿puedo elegir? esa es una gran pregunta

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  11. Muy bueno.
    Pero ya sabes como «atan» los contratos indefinidos/fijos.
    Y la cualificación profesional, si no es alta es bastante «chungo» si estás medio bien en una empresa, pero el trabajo es por ejemplo muy monótono.
    Pensemos en los operarios de lineas de producción, fijos en su mayoría, con una remuneración maja, pero que su trabajo desde luego ni le divierte, ni poco le van enseñar a esa persona que lleva 15 años en la empresa.
    Su miedo más grande será que le despidan, y a la monotonía ya se acostumbro. A cambio una cierta estabilidad y salario digamos decente.
    Ese no cambia ni de risas, lo que quiere es seguir como está, prejubilarse y dedicarse a sus cosillas.
    Y si le despiden, pues imagínate al que no sepa de otras cosas (me refiero a conocimientos, en la titulitis no quiero ni entrar que me pongo malito).
    Lo que cuentas es lo que debería ser ideal, y estoy de acuerdo, pero la cruda realidad del entorno y solo hay que observar un poco es otra.
    Lo del SE PUEDE cambiar, parece que no va mucho con la men talidad española, especialmente si no son universitarios o sus conocimientos o cualificación profesional son de perfil bajo.
    Salutes.

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  12. ¿Diríamos que el propósito o sentido de nuestra vida es algo más que aprender, divertirse o sentirse recompensado? ¿si la respuesta es sí, ¿no deberíamos preguntarnos algo más?

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  13. José María, digamos que sí… ¿debemos esperar encontrar ese sentido en el trabajo, o ya es mucho pedirle?
    José Antonio, realmente envidio a quienes tienen la capacidad de «anularse», de soportar la monotonía durante décadas, de hacer día tras día, hora tras hora, lo mismo… en espera de «la prejubilación». Yo no puedo.
    León, obviamente hay que hacer una valoración global. Malos días los vamos a tener siempre. Lo importante es que el resultado «neto» sea positivo. Si no…

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  14. Raúl,
    En el último de los interrogantes estoy de acuerdo a medias. En la gráfica lo defines como «¿dinero?» pero en el texto hablas de»compensación satisfactoria». Me parece mucho más adecuado el último término ya que no todas las compensaciones son económicas ¿te fuiste a trabajar a Aranda por dinero?
    Influye la cercanía, los horarios, la flexibilidad, etc. Un cúmulo de eso es lo que denominamos «compensación satisfactoria». Actualmente mi centro de trabajo forma parte de mi sueldo, digamos que encarece mi salida de la empresa.

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