Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


He venido a hablar de mi libro: Efectividad KENSO

«Es que pasa el tiempo, se acaba el tiempo, entra la publicidad, entran unos vídeos absurdos que todos hemos visto ya, y no se habla de mi libro. Pues entonces, a qué he venido yo aquí».

He estado repasando la famosísima (al menos si estás en España, y si tienes ya una edad… porque esto fue hace ya 30 años, glups) escena que se produjo en un programa de entrevistas en las que el autor Francisco Umbral le reclamaba a la presentadora, Mercedes Milá, que cuándo se iba a hablar de su libro. La escena completa está aquí (es deliciosa).

Desde entonces «yo he venido aquí a hablar de mi libro» ha quedado en el lenguaje popular como sinónimo de «yo vengo aquí con el único interés de hablar de lo mío, y lo demás me da igual».

Bueno, pues hoy yo he venido a hablar de mi libro, aunque no es que todo lo demás me dé igual.

Pero es que si todo va bien, este próximo miércoles 25 de enero llega a las librerías (físicas y virtuales, en formato papel y en formato ebook) mi (nuestro; de Quique, Jeroen y mío) libro «Efectividad KENSO». 

La cuestión es que, aparte de hacértelo saber (porque igual te resulta interesante su lectura: la info del libro la tienes aquí), quería aprovechar para compartirte una reflexión sobre eso de escribir un libro.

Porque, la verdad, nunca pensé que yo lo haría.

Es verdad que he autopublicado un par de cosas: pero Skillopment es una recopilación de artículos cortos, y La Rueda de la Vida es más un cuaderno de trabajo. También he participado en libros colectivos, aportando un capítulo.

Pero escribir un libro «de verdad» es otra cosa.

En mi mente, un libro era un proyecto demasiado difícil. No me tengo por una persona constante. Y una cosa es escribir cosas para el blog, o la newsletter (escribes, publicas y hasta luego Mari Carmen), y otra es pensar en una estructura, irle dando forma a lo largo de las semanas, que todo tenga coherencia, no perder la motivación en el camino… 

Buf.

Pero mira, está claro que era una creencia limitante. Apoyado en el trabajo conjunto con Quique y Jeroen, y haciendo una buena labor de «trocear» el contenido para poder ir avanzando de a poquitos… llegamos al final.

Siempre se dice que la mejor manera de comerse un elefante es, precisamente, a trocitos… y en este caso así ha sido.

No quiere decir que todo haya sido coser y cantar, pero al final el león (o en este caso el elefante) no era tan fiero como lo pintaba.

También hay una frase que me gusta repetir: «Nadie construye una casa; lo que haces es poner un ladrillo, luego otro, luego otro… y al final, como resultado, obtienes la casa».

Nadie «escribe un libro». Lo que haces es que, con eso en mente, trabajas para transformar ese objetivo de llegada en tareas mucho más manejables y concretas. Las más cercanas las puedes definir ya, las más lejanas las irás viendo… pero todo es un camino de acciones concretas que puedes abordar.

Pim, pam, pim, pam… hasta que llegas a donde querías.

Nadie «escribe un libro», pero si te lo montas bien acabas con un libro en las librerías.

Y yo, la verdad, me siento muy orgulloso del proceso.

Deja un comentario