Skillopment en 2018: ¿dónde estoy?
En plena vorágine de «buenos propósitos para el año nuevo», una de las cosas sobre las que estoy reflexionando es sobre Skillopment. Realmente, cuando el otro día hacía repaso de 2017, fui consciente de todas las cosas que habían sucedido a lo largo de todos los meses. Porque hace un año apenas había nada: aquellos posts que dieron luz a la idea, y la charla que hice en Sevilla hilando un discurso inicial. Ya en 2017 vino el trasladar esas ideas a un pequeño libro, la creación de la lista de correo, el modelo Skillopment, la guía de autoaprendizaje, el podcast, un buen puñado de artículos, un par de charlas más, algún taller «de pago» para una empresa, un intento (fallido) de montar un curso abierto, un producto orientado a clarificar prioridades de aprendizaje (tímidamente anunciado… más sobre ello más adelante)… vaya, que te pones a contar y te das cuenta de que el año ha cundido.
La parte buena es que ese crecimiento, esa expansión, se ha producido de manera bastante orgánica. Es decir, las cosas han ido surgiendo y se han ido consolidando de una forma muy natural, sin sensación de rozamiento ni de tener que «forzarme». Y eso para mí es buena señal, un augurio positivo de cara al futuro: esto es algo que me interesa, que tiene potencial, que hago con gusto…
También lo puedo mirar de una forma menos complaciente. Y es que confieso que cuando empecé a construir el tema en mi mente había una fantasía. En su versión más radical, me convertía en un gurú capaz de crear un imperio sobre la base de esta idea con todo lo que eso implica: grandes conferencias, cursos pagados a cojón de mico, bestsellers, cohorte de admiradores y de envidiosos… bueno, dejadme tener mi fantasía escapista :D. Lo cierto es que había también una versión más modesta, y por lo tanto más alcanzable: convertir Skillopment en un «side project» con una capacidad moderada de generación de ingresos complementarios con potencial de convertirse en principales. En ese sentido es donde sé que podría haber hecho más cosas, y donde creo que puedo enfocarlas mejor en 2018, en tres aspectos diferentes: contenidos, distribución y monetización.
Contenidos más valiosos…
En relación a los contenidos, aunque estoy razonablemente satisfecho, creo que puedo hacer más. He publicado posts, he enviado notas a la lista de correo, he hecho entrevistas y píldoras para el podcast… y quizás me quedo con la sensación de que me he quedado en un nivel demasiado «genérico» y demasiado «teórico». Contenidos que, siendo necesarios, debería complementar con otros más concretos, más focalizados en colectivos más acotados, con una mayor dimensión práctica… Tengo un amigo que me dice que yo soy demasiado «conceptual», y que me cuesta ponerme en los zapatos de gente que necesita cosas más concretas. ¿Quiénes están al otro lado? ¿Qué contenidos pueden necesitar, qué les aporta realmente valor a su vida, a sus procesos de aprendizaje? ¿Qué les interesa, y cómo les interesa? Tengo que ser capaz de llevar las cosas a su terreno, y no esperar que sean ellos los que vengan al mío.
Ahí hay un aspecto, el de la «comunidad«, que estoy intentando fortalecer. Es complicado, porque no deja de ser una relación «de uno a muchos» y mucha gente la vive así (con un rol más pasivo), pero en la medida de lo posible busco que las personas que están al otro lado tengan la puerta abierta para interactuar, para expresar sus inquietudes, sus ideas…
… que lleguen a más gente…
Los contenidos entroncan directamente con el segundo aspecto, el de la distribución. Cuando generas contenidos es pensando en que otros los vean. Y a ser posible, que les gusten tanto que los mencionen, los compartan en sus redes sociales, decidan suscribirse para recibir nuevos contenidos… pero si falla lo primero, si no llegas a demasiada gente en primera instancia, estás ahogándote a ti mismo. Cuando publico contenidos en el blog suelo replicarlos en twitter, linkedin y facebook, pero tengo la sensación de que estas plataformas cada vez tienen (para mí) menos alcance, y además siempre va sobre las mismas personas. La «segunda oleada» (gente que se hace eco de las publicaciones) no suele ser muy abundante así que me cuesta llegar a nuevos públicos. Para colmo, el SEO no me genera muchas visitas «de archivo». Entre unas cosas y otras tengo la sensación de que la repercusión de mis contenidos podría ser mayor de lo que es.
Aquí creo que hay mucho por hacer en varios sentidos:
- En algún momento dije que el SEO para mí no era importante. Pero lo cierto es que quizás me he pasado de frenada ignorándolo, y me vendría bien darle una vuelta a este aspecto. Me estoy planteando incluso recurrir a alguien para que me haga una «puesta a punto».
- Siempre he sido bastante tímido a la hora de «dar la brasa» con mis publicaciones. Las publico, las anuncio en mis RRSS… y luego tengo la sensación de que si vuelvo a mencionarlas estoy siendo un pesado y abusando de la confianza de quien me sigue. Pero quizás haya un punto intermedio entre «estar todo el día a base de retuits» y «no retuitear nunca». Tengo un histórico de contenidos que merece la pena reflotar.
- Cuando leí «Revolución Knowmada«, uno de los aspectos en los que más se hacía énfasis era en la realización de «posts invitados». Es decir, buscar publicar en casa de otros, de forma que puedas presentarte ante nuevos públicos que no te conocen y atraerlos hacia ti (con bonus de enlaces entrantes). Esto es algo que apenas he explorado, y que está en mi mano hacer: buscar personas afines en cuyas publicaciones tenga encaje mi mensaje, y ver si me prestan sus casas.
- En este mismo sentido, creo que debería interactuar más (en facebook, linkedin, twitter…) con personas afines. A veces creo que soy demasiado «lobo solitario», y eso no ayuda demasiado a que otros sepan de tu existencia.
- En un tono similar, pero cambiando el online por el offline, debería intentar «salir más». Promover charlas gratuitas, ir a eventos… en definitiva, darse a conocer a otros públicos. Aquí debería tomar un rol más activo a la hora de provocar oportunidades, de ofrecerme…
Todo esto debería ayudarme a generar un círculo virtuoso en el que los contenidos tengan más visibilidad, más viralidad, lleguen a más gente, etc… contribuyendo a la difusión del mensaje, al posicionamiento, a la autoridad…
…y que generen oportunidades de monetización
… y en última instancia, a la monetización. Que no es el objetivo principal pero oiga, también está bien y creo que hay un potencial de intercambio de valor en lo que hago.
Hasta ahora he planteado varias iniciativas orientadas a la monetización. Con un denominador común… y es que han sido demasiado tímidas, la verdad.
En un primer momento, me planteé que podría ser una buena idea montar un taller en abierto para desarrollar habilidades de aprendizaje… planteé la fecha, lo anuncié a la lista de correo, en redes sociales… y bueno, digamos que tuvo una acogida «fría». No despertó interés. Me queda la duda de si fue el planteamiento del taller, si fue el precio, si quizás fui demasiado optimista (parece que sí, que montar un taller en abierto requiere de una «base de audiencia» mucho mayor), si fui demasiado tímido al airearlo… el caso es que no cuajó, y la sensación que me quedó es que es una batalla complicada sin un «sponsor» que tenga ya a la audiencia.
Curiosamente, al hilo de esa iniciativa fallida surgió la posibilidad de hacer un taller «in company» que salió razonablemente bien (también con aprendizajes e ideas de mejora), y que estamos buscando la forma de adaptar para expandirlo dentro de esa misma compañía. Un buen primer paso (y monetización, ¡yay!) del que debería haber más. ¿Y por qué no ha habido más, os preguntaréis? Por un problema mío, con varias ramificaciones. Por un lado, varias personas (gracias Alfonso, Jaime…) me han alertado de la necesidad de definir mejor a mis públicos objetivos. ¿A quién se dirige el taller? Cuando defines un público objetivo, es más fácil generar un argumentario, y empezar a mover el producto a gente concreta. Eso es algo que debería haber hecho hace ya tiempo, y que no he hecho porque la labor comercial está fuera de mi zona de confort. Así de sencillo. Salir ahí afuera, plantear tu idea, exponerse al rechazo… Sí, lo escribo y suena ridículo, pero cada uno tenemos nuestros demonios. En fin, que está en mi mano romper esa barrera y darle vida.
Algo parecido sucede con el «paquete» que he ideado para ayudar a personas a clarificar sus prioridades de aprendizaje, un mix de formación+coaching que como digo he conceptualizado, he colgado en la web… y ahí lo tengo, sin atreverme a dar el paso de ponerlo en el escaparate, de venderlo con decisión. ¿La causa? La misma. Otra barrera a romper que está en mi mano.
Otra iniciativa que tengo en mente es montar algún curso online, con vídeos y demás. Aquí me ha echado para atrás un poco el esfuerzo de producción, y cierta aprehensión a la cámara (de hecho cuando monté el canal de youtube fue un poco pensando en «ir probando» este medio). En mente tengo lanzar alguno durante estos próximos meses, pero antes debería resolver los problemas explicados en los párrafos anteriores (porque si no me encontraré en las mismas).
En fin, como veis mucha tela que cortar… pero aquí tengo las tijeras. ¡A por ello!
PD.- Cualquier feedback, reflexión, matiz, crítica… será bienvenida, ¡gracias por adelantado!