Me llamo Raúl y me gusta compartir ideas, reflexiones y herramientas para tener una vida más sencilla, equilibrada y significativa. Cientos de personas ya se han suscrito a mi newsletter semanal gratuita. Más información, aquí


La determinación de precios en Triopic

Siguiendo con el argumento sobre si Triopic aporta algo o no, decía que en el comentario de Manuel había implícita (bueno, explícita más bien) una referencia al precio: «dejarte casi 40€ más los gastos de envío, en un marco con tres fotos, me parece excesivo» o «¿Qué justifican los más de 40€ que me va a costar el marco?».
Vaya por delante lo que ya he dicho en más de una ocasión: un precio no es caro o barato de por sí, únicamente cuando se pone en referencia al valor percibido por parte de quien lo paga. Y ésa es una cuestión totalmente subjetiva: lo que a uno le parece caro a otro le puede parecer barato, y viceversa. Pero dicho esto, ¿por qué 39,95 (iva incluído, ojo – sin IVA queda en 34,44) y no otro precio?
Bien, por un lado tenemos el coste: en el coste del Triopic se incluye esencialmente el marco, el revelado de las fotos, el coste del embalaje (caja, protección, etiquetado, precinto…) y parte del coste del envío (no se repercute todo el coste de mensajería al cliente). Adicionalmente incluirá (cuando lo tenga bien afinado) una parte de «ingresos compartidos» con los autores de las fotografías. Además hay una masa de «coste no imputado» (el tiempo dedicado a la creación de elementos del catálogo, el tiempo de gestión de los envíos incluído el montaje, costes generales como ordenador, consumibles o la propia línea, el hosting, el TPV…) que también hay que tener en cuenta. Y eso haciendo yo todo (imaginaos que tenga que tener a una persona en administración, o en montaje… su coste habría que imputarlo también), usando mi casa como almacén y taller (imaginaos si tuviese que tener un local).
Teniendo en cuenta este coste (más o menos acotado), hay que definir un precio de referencia que permita obtener una rentabilidad (una parte nada despreciable de la cual, no lo olvidemos, se va a para Hacienda, en este caso en forma de IRPF), y que además permita un cierto margen de maniobra comercial: es decir, que pueda hacer un descuento promocional (como el que he establecido para «amigos del blog», un 30% de descuento; o un descuento puntual en determinados artículos para incentivar su compra; o cualquier otra iniciativa comercial que se plantee), o un descuento importante para grandes cantidades, o un margen para un potencial distribuidor (por ejemplo, distribuir los Triopics en determinadas tiendas físicas de decoración).
Ya véis, por lo tanto, que definir un precio no es algo baladí. Obviamente, luego está la parte del mercado. Si el mercado decide que ese precio es demasiado alto, tendré que reducir el precio lo que implica o bien reducir el coste para mantener el margen, o bien trabajar con menos margen. Y si llega un momento en que la presión del mercado y los costes hacen que el margen sea tan pequeño que no merezca la pena… pues «no hay trato» y a desaparecer. Como ya he dicho en otras ocasiones… «Libre mercado. Asignación eficiente de recursos. Utilidad y coste marginal. Y no hay nada más.»

18 comentarios en “La determinación de precios en Triopic”

  1. Un placer que compartas esta experiencia. Te lo agradezco, Raúl. Y reconozco tu capacidad de emprendimiento, sobre todo en la parte en que no se detiene en los flecos y va al grano.

    Responder
  2. José María, yo claro que pediré. Mira, haré que mis Triopics los regalen con los dominicales de los periódicos y así matan dos pájaros de una misma subvención ;D
    Eduardo, durante mucho tiempo he mirado los toros desde la barrera. Ahora he salido a torear. Seguro que me llevo más de un susto, volteretas y cornadas. Pero voy a torear a mi estilo, porque si no, mejor quedarse en el callejón.

    Responder
  3. Pues ahora paso a criticarte yo 😛
    No, en serio, estas cosas me parecen que son «predicar en el desierto». El que ya lo sabe, suele mirar los precios no como «un robo, se están lucrando a mi costa», sino como un acuerdo que no me interesa…
    El que no lo sabe, lo tiene claro, quieres robarle porque no trabajas gratis y, lo peor de todo, pretendes sacarle un beneficio malévolo, que usarás para fumarte enormes puros mientras explotas a tus trabajadores…
    Por salud mental, y porque me conozco las críticas hacia los precios y lo muhco (muchísimo) que duelen, te recomiendo que, directamente, ignores esas consideraciones… ¿que es muy caro? ¿que soy un ladrón? Pues vale, pero ni te contesto… Ese no es tu cliente ni el que tiene que preocuparte ni 5 minutos…
    Además, esto de los precios es gracioso… Lo englobo dentro de lo que yo llamo:
    «fíjate en lo que HACEN tus clientes y no en lo que DICEN»
    Muchas veces, el que dice que no lo compra porque es caro, si costase la mitad, tampoco lo compraría… 😛

    Responder
  4. Jaime, no se trata tanto de «enfadarse», sino de explicar el por qué de las cosas. Sí, ya sé que puede ser «predicar en el desierto» en según qué sitios, pero pretendo sacar temas de debate interesantes con la «parroquia» de aquí; si no sale bien la aventura, al menos que nos hayamos divertido en el camino y hayamos aprendido, ¿no?
    ¿39,95 es caro? Puede ser, aunque se trata de encontrar a los clientes que estén dispuestos a pagar eso. ¿Se puede vender lo mismo a 20 euros? Lo dudo, no si pretendes imputar todos los costes. Y aun así, habría quien dijera (efectivamente) que 20 euros le parecen demasiado.
    En fin, me gusta tu frase de lo que «los clientes hacen». Eso es lo que yo quiero comprobar. Todo lo demás son opiniones, muy respetables, pero opiniones al fin y al cabo.

    Responder
  5. Bueno, que igual el comentario me salió muy destroyer 😛
    Un poco la idea que quería decir es, que si discutes/justificas TUS precios con «el público», en un 80% de las veces, al menos YO me mosqueo.
    Porque se suele hacer a continuación de comentarios tan «gratificantes» como «esto es un robo»
    Porque sos tus precios y tus productos, y sabes el sudor, sangre, y lágrimas que cuestan venderlos.
    Porque te gustaría pensar que estás en un negocio para algo más que «ser un chorizo», sino también para realizar cierto «papel social», aunque sea tonto…
    Igual es que soy un blandengue, pero ya digo que me las he visto con «clientes» con los que discutir y, al menos a mí, me afecta bastante… Tanto que prefiero dejarlo ser y, por lo menos, no ahondar…
    Igual es que en estos temas soy muy sensible, pero me dan mucha rabia ese tipo de críticas…

    Responder
  6. Veo que has hecho caso de algunas de las sugerencias.
    Por cierto, me resulta extraño que te sea más simple hacer un marco con tres fotos que te envíe el cliente a tener varios tipos de marcos, siendo la inversión en el marco mayor que la inversión en las fotos.
    Gracias por todo lo que nos estás contando, es raro que alguien te cuente tanto sobre las tripas de su empresa.

    Responder
  7. Hombre, «complicado» no es. Pero si quieres ofrecer varios marcos, necesitas (para poder servirlo inmediatamente) tener stock de todos ellos. Eso significa multiplicar por X el dinero que tienes invertido en stock, y también el espacio que tienes que tener disponible. Y por otra parte eso significa entrar en una «carrera armamentística»: si a alguien le parece insuficiente tener un único marco para elegir, es probable que tener dos o tres opciones tampoco le satisfaga (y que espere tener de todos los colores, varios anchos, molduras de distintos diseños). Y eso sí sería una locura (si quieres mantener stock de todos ellos), o impactaría mucho en tiempos y precios (si encargas el marco una vez seleccionado por el cliente; tardarían mucho en servírtelo y no accederías a descuentos por volumen).
    Probablemente sea una cuestión de volumen: si vendes 100 marcos al día seguro que no tienes problema en tener un local, un stock, etc. Ójala llegue ese momento.

    Responder
  8. Es lo que tienen las economías de escala…
    Acuérdate de los amigos cuando se pongan en huelga los sindicalistas del «aserradero»
    Ánimo

    Responder
  9. Me ha gustado la explicación, pero tengo una duda… ¿cómo tienes en cuenta todo? me explico, empleas alguna herramienta informática especializada o una hoja de cálculo sin más.
    Lo pregunto porque yo si he conocido herramientas de control de costes para un sector muy determinado; la construcción (ej. El Presto de Soft), pero desconozco la herramientas que pueden existir para una empresa genérica.

    Responder
  10. Hombre, la verdad es que no es precisamente un producto complejo… vamos, que con una libreta y un boli vas que chutas :). Hoy por hoy no necesito nada más. Desde luego, para sectores más complejos, sería otra cosa. Yo creo que una hoja de cálculo siempre vas a poder usarla; otra cosa es que luego alguien desarrolle un software para «darlo mascado» a un sector concreto (pero imagino que, como ocurre siempre, habrá necesidades de personalización y adaptación a una empresa concreta).

    Responder
  11. Gracias por tu respuesta… aunque me imagino que con estructuras más complejas, el ponerle el precio real a los productos no se hará con una libreta y un boli… o sí 😉
    El caso es que no encuentro en internet información sobre una forma sistematizada de tener en cuenta todos los aspectos… por ejemplo ¿cómo valoras los “costes no imputados”? ¿cómo valora el tiempo que tardas en hacer cada tarea?
    No se si has visto una serie llamada «The big bang theory», pero en un capítulo llamado «The Work Song Nanocluster» ocurre algo similar… http://www.imdb.com/title/tt1256028/
    Se intenta montar un negocio (con gran similitud al tuyo) y el desastre aparece cuando no se pueden realizar los pedidos a tiempo.
    Esta es una de las razones por las que buscaba una herramienta algo más compleja y que permitiese hacer proyecciones, no solo monetarias, sino de tiempos y stocks.

    Responder
  12. César, la realidad es que no hay una manera «estandarizada» de hacer las cosas… Cada uno lo hace un poco como buenamente puede, y recordemos que hay muchísimos pequeños negocios que no es que no lleven un control exhaustivo, sino que casi casi es un caos total. Se me ocurre el caso de los bares, que suelen ser tremendamente difícil de gestionar en detalle. ¿Cuanto es el precio de coste de un café solo? ¿Y uno con leche? ¿Y un cortado? ¿Y si me lo piden con leche fría o caliente? ¿Y el tiempo si el camarero lo lleva a la mesa?
    De hecho, creo que en la práctica, el poner precios a muchos de estos productos se hace más por imitación y comparación que realmente analizando los costes… O peor, en casos de productos de gran consumo (como un teléfono móvil) se suelen diseñar las cosas al revés, se decide primero el precio y luego se ve hasta donde se puede llegar…
    Obviamente hay herramientas complejas para empresas complejas, pero para pequeñas empresas yo creo que lo mejor es ir, poco a poco, montando una hoja de cálculo con tus necesidades. Sin obsesionarse con el futuro, pero que sea lo suficientemente versátil como para ir adpatándola poco a poco… Si se llega a un punto que es inmanejable, pues ya habrá otras opciones, pero querer tenerlo todo previsto desde el minuto 0 no sólo creo que es malo para la salud, sino que luego la realidad se encargará de cargarse cualquier plan que hagas…
    Ya sé que es una propuesta «mutante» y no es probablemente lo más académico, pero, a mi modo de ver, es mucho más importante el «ponerse en marcha» y posteriormente adaptarse que el intentar tenerlo todo atado desde el principio…

    Responder
  13. Bueno, Jaime… me sorprendes; de un plumazo te cargas los «planes de negocio» que con tanto ahínco buscan inversores, capitales riesgo y demás… 😉
    Ahora en serio, debo confesar que mi contacto con empresas que se han creado ha sido escaso, pero lo poco que he podido observar, sobre todo con las de Internet, es que para montarlas, lo primero es financiarse… y luego buscar de donde sacas el dinero… la tan famosa monetización.
    Cuando comenté lo de sistematizar, me refería a cómo ponerle precio a algo que es nuevo, que no lo puedes comparar con nada y que será el eje de tu plan de negocio… ya que aún para empezar poco a poco, tienes que tener algo de financiación ya sea propia o… ajena…
    Y que no se te olvide nada que luego te pueda dar una sorpresa.
    Además, respecto a lo que me comentas de los pequeños negocios, dos apuntes:
    1º Los precios se sacan mediante comparaciones con la competencia… vales tanto como el de al lado, más o menos.
    2º No suelen ser negocios expansivos… no suelen tender a convertirse en franquicias o emporios comerciales.
    No los veo reflejados como referentes a lo que quiero lograr.

    Responder
  14. Bueno, realmente un plan de negocio no es más que un trozo de papel con unos pronósticos a lo Bruja Lola. Están bien para enseñarselos a la gente, y seguro que el tener que pensarlo permite tener una idea clara de lo que PUEDE pasar, pero lo verdaderamente importante no es en sí el plan de negocio, sino el marcarse rutas y saber cambiar a tiempo de camino. Vamos, tener que pensar sobre ello y plasmarlo en papel. Una vez hecho y puesto en marcha, pues el plan de negocio puedes usarlo para hacer pajaritas 😉
    Ah, es que estamos hablando de empresas de Internet. Yo es que, lo reconozco, tiendo a buscar las cosquillas cuando hablo de que la mayoría de las empresas que veo a mi alrededor son bares, fontaneros, tiendas de decoración, diseñadores freelance o talleres para coches 😉 Evidentemente, para montar una infraestructura, si necesitas financiación, tienes que plantearte las cosas de manera distinta, sobre todo para convencer a gente de que invierta en tu empresa, pero ahí lo más importante creo que no es la herramienta que uses, si no que seas capaz de convencer. Y una vez que tengas el dinero, trabajar el día a día que es a lo que me refiero. Evidentemente, no te va a dar con una hoja Exel si desde el principio cuentas con 100 trabajadores, pero creo que son las menos las empresas que empiezan de esta manera… Es más, creo que a día de hoy, salvo casos muy particulares, montar empresas de 100 trabajadores desde el principio tiene que ser extremadamente complicado sacarlas adelante…
    Si no puedes comparar tu producto con nada… Bueno, hay que buscar más, o pensar por qué no existe nada parecido (y digo esto como algo negativo)… Siempre hay comparativas que hacer. Internet es sólo un canal, pero se puede vender publicidad (Google o los periódicos on-line), servicios personalizados (un bufete de abogados), servicios premium soportados sobre versiones gratuitas (Ubuntu o millones de servicios «freemium»), directamente bienes (Amazon). O quizá la novedad sea el tener el canal de Internet para promocionarse…
    Sobre los pequeños negocios:
    1.- No necesariamente lo mismo, pero no es lo mismo plantear un negocio como «voy a montar un Starbucks, que vendo el café más caro que el bar de la esquina» que «voy a montar un Factory, que vendo la ropa más barata que en El Corte Inglés», que «voy a montar una tienda de electrónica cobrando lo mismo que PC City, pero ofreciendo todos los ordenadores con Linux». El conocer los precios de la competencia es vital, porque te permite posicionarte como igual precio, más alto o más bajo, que suele ser importante. Abrir algo sin saber cuanto se suele gastar la gente en lo que ofreces es un camino que tiene pocos visos de funcionar.
    2.- Lo expansivo o no expansivo lo tendrá que definir el dueño y el éxito que tenga. Digo yo que Apple o HP son «maomenos» expansivos y empezaron en un garage. Google sin una monetización clara (ojo, que Google hay una). Burger King empezó siendo un restaurante «de barrio» en Miami. Y Zara en un piso cortando patrones (y puede tener poco con Internet, pero desde luego no es para nada una empresa de «baja tecnología»)
    De todas formas, creo que estamos hablando de cosas distintas… Una cosa es el plan de negocios y «la visión» de la empresa, y otra son los mecanismos de control que se llevan a cabo para «supervisar» si vamos por el camino adecuado y corregimos… Mi argumento es que, mucho más importante que tener un sistema de medida sofisticado, es:
    a) Que sea adecuado al tamaño
    b) que sea ágil, sobre todo cuando empezamos y no tenemos claro lo que hay que medir importante o no…
    Eso sí, mejor tener uno que no tener ninguno…
    De todas formas, algo de literatura general sobre gestión de proyectos creo que puede tener muchas claves sobre como calcular costes para que no se pasen por alto detalles, que puede ser en lo que estás pensando… Buff, el problema es que hace mucho que me leí ese tipo de cosas, las tengo en la cabeza, pero no sé recomendar nada… 🙁

    Responder

Responder a Bodo Cancelar la respuesta