Llevo un tiempo dándole vueltas a esto de los robots y el futuro del trabajo, y trato de considerar todos los argumentos que se plantean alrededor de este tema que, para mí, es uno de los grandes retos económicos y sociales de los años por venir.
Hoy me cruzaba en twitter con una reflexión:
«Robótica y empleo van juntos. Cada robot que nosotros instalamos tiene dos ingenieros detrás»
Es un tuit, no conozco el contexto de la frase, y a lo mejor resulto injusto. Pero me parece muy interesante, en la medida en que refleja cierta corriente de opinión «tecnooptimista», que ante los retos que mencionaba acaban optando por el «no pasa nada, la tecnología proveerá». ¿Un problema para el empleo? No, hombre, por cada robot tenemos dos ingenieros.
Vale, el robot permite que haya dos ingenieros… ¿y cuántos puestos de trabajo amortiza? ¿Cuál es el saldo neto de creación/destrucción de empleo? «Yo creo empleo» no sirve como respuesta, si el saldo global (como intuyo) es negativo.
Incluso si asumiésemos que son dos ingenieros a cambio de dos puestos de trabajo amortizados por el robot, que no hay destrucción neta de empleo… ¿cuál es el perfil de esos puestos de trabajo que se destruyen? Apuesto por trabajos poco cualificados, desempeñados por personas que están muy lejos de ser ingenieros. Si destruimos empleos de «baja cualificación», y lo que aparecen oportunidades que requieren una mayor cualificación… ¿Qué hacemos? ¿Transformamos automáticamente a unos en otros? ¿Es creíble que podamos tener una sociedad de «solo ingenieros»? ¿Qué va a pasar con todas las personas que «no den el nivel»?
Como digo, me parece que ahí hay mucha miga. Y nos vamos a enfrentar irremediablemente a ese problema. A ver cómo lo resolvemos.