Aprovecho que tengo el PC encendido para contar, «en vivo y en directo», cómo me ha ido en esta primera experiencia en movilidad digital. Y digo la primera porque realmente ésta ha sido la primera vez en la que me he desplazado con mi móvil 3G (Sony Ericsson K780i, estoy muy contento con él excepto por la calidad de grabación de video… con video de más resolución ya sería casi perfecto), que en realidad es la base de todo. Porque sin 3G, la verdad, poco vas a hacer…
El móvil me ha permitido, como factor importantísimo, gestionar el correo. Gracias a la aplicación para móviles de Gmail he podido chequear el correo cada poco tiempo y detectar «emergencias» que pudiesen requerir mi actuación. En varias ocasiones, esa actuación la he gestionado directamente desde el móvil (contestación de algún correo, buscar alguna información, renviar algún correo antiguo…). No, escribir con teclado SMS no es excesivamente cómodo, pero tenía la tranquilidad permanente de saber que todo estaba razonablemente «bajo control».
También, gracias al móvil, he podido trastear un poquito por internet. Ver el twitter, leer las noticias de El Mundo, leer algunos feeds en el agregador (estoy migrando a Google Reader desde Bloglines…). De acuerdo, la pantalla del móvil no es el mejor espacio para leer nada de forma intensiva, pero sirve para matar el rato. Y eso de sacar el «aparatito» en cualquier rato muerto y mantener tu vida digital mola…
Otra cosa que me ha encantado es lo de «mobloguear». Sacar una foto, enviarla vía mail a Flickr… et voilá, al instante publicada en el blog. Vale, igual no son cosas superinteresantes (al fin y al cabo, estoy de vacaciones!) pero me encanta la idea de plasmar la inmediatez de las cosas en imágenes. Espero ir incrementando este tipo de contenidos en el blog a futuro.
Y por último, claro, el móvil me ha permitido conectar el PC a internet. Esto ha sido un poco menos habitual: y es que al final, encender el portátil es más para «trabajar», implica encontrar una ubicación, sentarse con un rato largo por delante, etc… qué queréis, yo no soy de esos que si tienen cinco minutos se ponen con el portátil en las rodillas (aunque, paradójicamente, ahora sea ésa la situación): para mí el portátil es un sobremesa «transportable». Aun así, he hecho tres o cuatro sesiones de ésas, que me han servido para gestionar todo el correo (y no solo el de «urgencia» como en la gestión con el móvil).
Así que, como digo, una experiencia francamente satisfactoria. Habrá quien piense (y yo también) que un periodo de «desconexión total» no hubiese venido mal. Pues sí, francamente sí. Pero lamentablemente este negocio de los blogs no cierra: los blogs funcionan 24×7, y coordinando 9 en la actualidad, más los que están «en el horno»… lo de la desconexión total es un poco utopía aunque, para qué engañarnos, con un poco más de relajación ya lo he llevado.
móvil
Oficina portátil
Aquí estoy, repitiendo la escena de hace unos meses: empaquetar, transportar, llenar. Las trabajaciones es lo que tienen. Esta tarde iniciamos la «ruta turística» para pasar unos días fuera del entorno habitual. Yo empaquetaré mis cosas de trabajo en mi mochila (de Andersen, toma reliquia) y se convertirán así en oficina portátil. Cosas de la vida moderna…
Cambiar la SIM de Vodafone
Soy cliente (a veces satisfecho, a veces no tanto) de Vodafone desde 1999. Bueno, en realidad en 1999 era cliente de Airtel. Y desde entonces tenía la misma tarjeta SIM. La verdad es que no me había dado ningún problema, pero hace poco me comentaron que sería una buena idea cambiar la SIM. Algo de que antes eran de 32k y ahora son de 64k, y eso se supone que iba a funcionar mejor…
La verdad es que el proceso es sencillo. Simplemente vas a una tienda que sea «servicio post-venta» y solicitas una nueva SIM. Tienes derecho a un cambio gratuito al año, si no te cobran. Luego llamas al servicio de atención al cliente para activar la nueva SIM… et voilá.
La verdad es que no he notado ningún cambio. Bueno, sí, uno: el tener que aprenderme un nuevo PIN después de 8 años de usar el mismo. No sé por qué me da que me voy a equivocar alguna que otra vez…