
«Aprender a dibujar» es, si lo piensas, un concepto extraño. No ves un solo niño al que no le guste garabatear como loco sobre un papel. Lamentablemente, esa inquietud se va perdiendo con el tiempo para la inmensa mayoría, enterrada bajo un montón de «saberes» más esenciales, más prácticos. Renunciamos al placer del «hacer por el gusto de hacer», y desterramos todo lo que no nos permita obtener resultados inmediatos, todo lo que no tiene un «para qué». Una pena…
Reflexión de Puño en su conferencia de 2011.
No puedo estar más en sintonía con tu tendencia a redescubrir el pensamiento visual. Un saludo.